12. Changes

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—¿Estás viendo lo mismo que yo?— preguntó Sonic con sus ojos brillando de emoción ante la espléndida fachada del hotel.

Shadow hizo una mueca irritado. —Dijo que por atrás— aceleró en la moto, llegaron a una pequeña caseta casi abandonada y ahí un guardia mobian los detuvo cruzado de brazos.

—Prohibido el paso.

—Venimos de parte de Manic— sentenció el bicolor.

El oficial soltó un ligero "Oh" y presionó un botón dentro de su caseta que desactivó las cámaras de seguridad. —Pueden pasar. Por el elevador de carga pesada al piso 11.

Shadow era observador, nada le pasaba por alto. Y eso definitivamente no era legal. Cuando al fin se estacionaron y cargó a Sonic en su espalda optó por dar su humilde opinión. —No me agrada tu hermano.

—Nada nuevo— murmuró el cobalto buscando indicios de la galantería que vio segundos atrás por la parte frontal del edificio. En su lugar ahora de encontraban en una zona más oscura, llena de carritos de lavandería y montacargas.

—Me refiero a que, nos puede meter en más problemas.

Ahora le prestó su completa atención. —¿Más de los que tenemos? Lo dudo mucho— Shadow gruñó. No era la respuesta que quería, y Sonic lo sabía, así que solo suspiró y jugó con las púas de su cabeza buscando calmarlo. —Todo saldrá bien. Es el mejor plan que tenemos hasta ahora, respira un poco, relájate.

—¿Que me relaje? ¡¿Qué me relaje?!— levantó la voz perdiendo los estribos. El hambre y falta de sueño lo estaban demacrando. —¡No tengo mi esmeralda, perdí a mis únicas dos amigas, una está secuestrada, la otra lastimada, perdí mi puesto en GUN, me persigue el gobierno y un maldito psicópata con el ego más grande que su propio bigote! ¡Y TE VEO TAN TRANQUILO Y ES FRUSTRANTE PORQUE SIGUES INVÁLIDO Y!...

Calló de golpe cuando recapacitó lo dicho. Las palabras llegaron a su cabeza retardadas y Sonic en su espalda dejó de moverse, quería verlo. Se estaba desquitando, un miedo ferviente acunó su pecho. Lo que menos quería era perderlo a él también.

—E-scucha yo...

—¿Terminaste?— su voz salió como un susurro. No se escuchaba dañada o fracturada, solo era su voz, suave, comprensiva. —¿Terminaste tu berrinche bebé emo?— burló y eso de alguna manera le quitó un peso enorme de encima.

—Perdón.

—Te perdono— hubo un pequeño silencio en lo que llegaban al ascensor de carga. Ahí presionaron el respectivo piso y esperaron a que las puertas cerrarán. Finalmente Sonic tomó la palabra. —Mi vida también se destruyó de un día para otro. No sé si vuelva a ver a mis amigos, ni siquiera sé como esta Tails. La última vez que lo vi estaba muy mal— un nudo comenzaba a formarse en su garganta. —N-no sé si volveré a caminar— y eso era lo que más le aterraba —Siempre echo a perder las cosas y ahora siento... Siento que arruiné todo solo por existir— respiró hondo para contener las lágrimas.

Llegaron al piso 11. La belleza del hotel regresó con el pasillo alfombrado de terciopelo rojo y las preciosas luces amarillas que iluminaban. Caminaron en silencio al fondo, era la única puerta.

Al ingresar, la belleza del lugar se fue a segunda mano.

Shadow se vio en la necesidad abrazarlo, darle apoyo, confort y tal vez, sentirlo de vuelta también, no estaba pensando con claridad. El cansancio, las emociones reprimidas le nublaban el juicio. Caminó seguro hasta la barra de lo que parecía una cocineta, lo sentó y al girarse regresó cruelmente a la verdad. ¿Sonic le permitiría darle un abrazo?

El erizo cobalto rápidamente intentó limpiar las lágrimas que habían escapado sin su permiso. Shadow lo detuvo, alejó sus manos y sujetó su rostro para verlo mejor.

My Heart Beats Boom Boom Boom ||SHADONIC||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora