once

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Louis

—Che Niall ¿Estas en tu casa? —hablé del otro lado del celular mientras me ponia la campera de los Lakers que tenía.

—No ¿Por? —suspire y giré los ojos.

—Porque me olvidé la mochila en tu casa boludo. —me sente en la cama y escuche su risa. —¿Encerio no hay nadie?

—Bueno, esta Hazz. —hizo una pausa.—, anda y mandate nomas, seguro que el no se da ni cuenta, debe estar en su habitación.

—¿Seguro? —mordi mi labio nervioso, no quería encontrarmelo y verle la cara.

—Seeh, esta mas forro que de costumbre, ni idea que le pinto. —dijo hablando un poco bajito. —Me voy que estoy en la biblioteca.

—¿Qué haces en la biblioteca? —pregunté riendo un poco.

—Larga explicación, después te cuento. —habló y corto enseguida.

Giré los ojos y me paré de la cama para irme. Luego de cerrar la puerta con llave y meterla en mi bolsillo junto a mi celular me dirigí a la casa de Niall, por suerte no quedaba muy lejos.

Caminé con toda la paja del mundo, hacia frio y me lamentaba no haberme puesto otra campera que si me abrigue bien.

Llegué a la casa de Niall cagado de frío y cuando quise abrir la puerta estaba cerrada con llave, puteé internamente a mi amigo por no decirme que tenia que golpear para que me abran.

Largue un suspiró y golpeé la puerta decidido a que tenía que verle la cara a Harry, cuando escuché el ruido de la llave girando tome aire para aplicarle la ley del hielo.

No creo que sea complicado ¿No?

—Hola. —saludó, ni bien lo vi estaba en cuero, sin ninguna remera que le cubra sus perfectos abdominales.

Aun así giré los ojos.

—Niall no está. —avisó tratando de decir otra cosa.

No le respondí y lo rodeé para pasar a la casa sin pedir permiso, atravese el living y subí las escaleras para ir a la habitacion de Niall, entré y empecé a buscar mi mochila, pero no la encontraba.

El desorden que cargaba su habitación era increíble, y no me sorprendería que encuentre mi mochila en una cueba de ratas.

Sentí unos pasos pero no les di importancia, me moví para seguirla buscando pero cuando me giré me encontré con Harry, apoyado en el marco de ma puerta, todavía seguía en cuero y no me importó estar enojado con él, en esa pose se ve hermoso y me gustaría sacarle miles de fotos para mostrarle a él lo lindo y perfecto que es su cuerpo.

—¿Buscas tu mochila? —preguntó haciendo una mueca, no le respondí.

Aunque me parecía una perdida de tiempo que él este así y yo con mi ropa puesta todavía.

Seguí buscando sin darle importancia a mis pensamientos.

—Porque esta en el sillón. —dijo después de un rato.

Suspire y con pesadez trate de pasar por al lado de él, tratando de ignorarlo, pero él me interrumpió el paso.

—¿Estas enojado? —preguntó sonriendo, esquive la mirada y me cruce de brazos para que me de lugar.—¿Me estas ignorando? —volvió a preguntar.

Lo miré otra vez, y al darme cuenta de que no tenía pensado moverse, con mucho valor puse mis manos en su pecho desnudo y lo empuje un poco para atrás asi me daba paso a qué pueda bajar.

Cuando ya estuve abajo, visualice mi mochila y caminé hasta agarrarla, podía sentir que seguía atrás mio.

Quise abrir la puerta, pero no pude al darme cuenta de que estaba con llave y esta no estaba en la cerradura, suspire molesto al darme cuenta de que él mismo se había encargado de dejarme encerrada acá.

—¿Querías irte? —preguntó llamando mi atención, giré a verlo y tenía las llaves en la mano.

Caminé a él sin hablar así le sacaba las llaves y podía abrir la puerta, pero alejó su brazo para que no pueda hacerlo.

—Dame las llaves Harry. —dije enojado, mirandolo mal.

—Creí que me estabas ignorando. —mordió su labio y sonrió. —¿Hablamos?

Negué con la cabeza.

—Dejate de joder, no tengo todo el día. —pronuncie, todavía con enojo.

Se guardó las llaves en el pantalón yoggin que tenía, el cual le quedaba muy bien, y me miró.

—Dale Louis, es un rato nomas.

Agarré mi celular y lo desbloqueé, bajo su atenta mirada.

—¿Qué haces? —preguntó curioso, mordi con bronca mi labio y lo miré.

—Si no me abris, llamo a la policía. —amenace mostrandole el número marcado en la pantalla del celular.

Negó con la cabeza.

—Dale Louis, por favor. —rogó largando un suspiró.

—No Harry, ¿Qué parte no entendes? —pregunté ya enojado.

Largó un suspiro y pasó sus manos por su cara. Después de un rato en silencio y yo esperando a que me abra, soltó:

—Tenías razón. —mordió su labio nervioso

—¿De qué cosa? —pregunté mirando sus labios, por alguna razón necesitaba pasar mi dedo por ahi así lo dejaba de hacer.

—De que me engañaba. —soltó mirando hacia abajo, largue un suspiro.

—Ah. —fue lo único que dije, después de todo enterarte de que sos cornudo no es muy lindo. —¿Cómo te diste cuenta?

— Le dije que me contaron algo, de primero me empezó a gritar y a insultarme de porque no confiaba en el, pero después me lo acabó confesando. —hizo una mueca, al instante me dio pena de solo pensar en verlo triste.

Aunque no me haya creído no podía dejar pasar el hecho de ponerme en su lugar, después de todo yo tampoco le creería a alguien que viene a decirme eso de mi novio.

—¿Cómo te sentis? —pregunté dejando mi mochila de lado.

—Que se yo. —se hundió de hombros y suspiro. —Mal por saber que desperdicie un año y medio. —sus ojos se notaban apagados.

Me quedé callado, sin saber que responder.

—Gracias por decirme. —sonrió e imite su acción. —, perdón por no creerte Louis. —paso una mano por su pelo acomodando sus rizos y yo volví a sonreír.

—Yo tampoco le creería a un desconocido.

Asintió con la cabeza, mordiendo un poco su labio y me volvió a mirar.

—Lo que más me duele es que no pude hacer nada, me siento un inútil, y siento una presión acá... —se señaló el pecho. —Que no me la puedo sacar.

Me sentía mal, quería ayudarlo.

Seguro que por ese motivo me acerqué a él y lo abracé, pasando mis brazos por su cuello y tomandolo desprevenido.

Su cuerpo tenso me lo decía todo, se sentía incomodido.

Cuando lo apreté más a mi, pude sentir sus manos en mi cintura y cómo me apretó mas fuerte, mi corazón se aceleró al sentir como puso su cabeza en mi hombro y suspiró, largando todo el aire que contenían sus pulmones.

Erizando a su paso todos los pelos de mi nuca. Se relajó cuando por instinto acaricie su pelo, era suave, como lo imaginé la primera vez que lo vi detalladamente. Su perfume era muy rico.

Y Harry ya no parecía una persona fría.

Desconocido | larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora