eighteen

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Louis

Su respiración suave chocaba contra mi cuello, como hace media hora que ya se había dormido mientras yo le acariciaba el pelo, pero yo no podía dejar de pensar en él.

Ni tampoco podía dejar de acariciar su pelo.

Sonreí cuando lo vi acomodarse en la cama, pegándose más a mi cuerpo y escondiéndose más entré las frasadas, Harry era ese tipo de chico, que se mostraba malo y serio al principio, pero después cuando te dejaba conocerlo más era muy tierno.

Parecía un nene cuando dormia, sus labios entreabiertos y como su pelo se le iba a la frente, despeinandose todo, también como buscaba entredormido su propio calor, se escondía entre las sabanas mientras se apegaba más a algo, en este caso; a mi.

Me levanté despacio de la cama, sin hacer mucho quilombo para no despertarlo y todo salió bien cuando lo miré ya afuera de la cama para ver si seguía durmiendo, y si, seguía como un bebé.

Me habia dado sed, siempre cuando me quedo despierta a esta hora de la mañana me daba sed. Bajé casi corriendo las escaleras para buscar agua y volver rápido con Harry.

Entré a la cocina y prendí una luz que alumbraba poco, pero lo necesario para ver.

Saque un vaso y me serví agua, hidratando mi garganta y mi cuerpo, no sé si es cosa mia, pero cuando tengo sed siento mucho mas rica el agua.

—¿No podes dormir lindo? —la voz del primo de Niall hizo que me sobresaltara y giré rápido para verlo.

Giré los ojos sin que se de cuenta.

—Me asustaste. —respondí en un tono seco. —Y no me digas lindo. —avisé, disimuladamente llevé mis manos al borde de mi remera para bajarla y que no se vea mis bragas.

—Si sos re lindo. —mordió su labio provocadoramente, pero que a mi no me provocó nada en absoluto. —¿Tenes novio? —preguntó caminando a mi.

Negue con la cabeza ya cansado.

—¿Tan lindo y sin novio? —volvió a morder su labio, pero esta vez se paró en frente mio mirándome descaradamente, y si no le pegue una cachetada es porque estoy en su casa.

—No, no entendiste. —me reí disimulando. —Tengo novia. —mentí sonriendo, él abrió la boca y me miró sorprendido. —Ay perdón ¿Niall no te dijo?, no soy Gay. —seguí, viendo como fruncia el ceño decepcionado y frustrado. —¿Problemas?

—No. —sonrió y se alejó. —Creí que te gustaban los hombres. —caminó hacía la puerta mientras yo me aguantaba la risa.

—No lo tomes personal. —hablé antes de que salga por la puerta, esperé un rato y me reí en silencio.

Por lo menos asi se deja de joder un poco, aunque este bueno lo cagaba lo denso que era, a veces me daban ganas de pegarle un sopapo y decirle que se deje de joder y eso que recién había llegado hoy.

—¿Lou? —escuché esta vez, pero no era el primo de Niall, ni mi amigo, era el pibe con el que hace rato estaba durmiendo y que me tiene loco.

—¿Qué haces despierto? —me reí levemente, viendo como se rascaba un ojo y se acercaba a mi, todo despeinado.

—Me desperté y no te vi, creí que te habías enojado. —habló, todavía con cara de dormido y la voz ronca.

Esa voz, por la Luna.

—¿Por qué me iba a enojar? —me volví a reir, mirándolo caminar hacía mi, no respondió hasta que estuvo en frente mio.

—Porque me ocupe toda la cama. —susurró haciendo puchero, sonrei con toda la ternura del mundo mientras negaba con la cabeza, este chico es muy lindo.

—No te ocupaste toda la cama Hazz. —sonreí, se acercó a mi todavía con facha de que tenía sueño y apoyó su cabeza en mi hombro, casi escondiendola en mi cuello.

Mordi mi labio al sentir sus labios casi rozar mi piel, no quería que escuche mi corazón latir, pero aun así no me separé de él.

—Tengo sueño Lou. —susurró, sus palabras chocaron con mi piel y un extraño hormigueo recorrió mi espalda hasta subir a mi nuca.

Sus manos fueron a mi cintura y yo por incercia llevé las mias a sus rizos, acariciandolo.

—¿Dormimos? —pregunté suave, asintió con la cabeza pero no se movió, sino que todo lo contrario, me apretó más a su cuerpo y dejó dos besitos en mi cuello, descontrolado todo mi funcionamiento.

Se me había ido el aire, y juro que necesitaba ver sus ojos solo porque me hacía bien.

—¿Te gustan las mujeres? —preguntó después de un rato de estar así, sonreí y negué con la cabeza, aunque no me veía.

—No, solo lo dije para sacarmelo de encima. —respondí, escuché su suspiró y volví a sonreír. —Hazz me duelen las piernas. —dije después de un rato, en realidad no era verdad, solamente me temblaban pero sabía que la causa era Harry, con su linda carita.

Se separó lentamente, todavía con el pelo despeinado pero a diferencia de recién tenia una sonrisita. Me tomó de la cintura y haciendo un poco de fuerza me sentó en la mesada.

Giré los ojos divertido, y él se mordió el labio inferior, y a diferencia de Justin, él si provocaba muchas emociones en mi, con una simple acción. Bajó su mirada a mis piernas, y al acordarme de que estaba con una remera y bragas, me dio vergüenza cuando miró.

Sus manos tocaron ambas piernas, y suavemente fue subiendo, dando caricias, mis corazón latía igual de rápido que siempre que estaba con él. Las fue subiendo hasta llegar a mi cintura y ponerse entre mis piernas para volver a abrazarme y esconderse en mi cuello.

—Tengo sueño. —repitió, mordi mi labio y cerré los ojos, me encantaba todo lo que hacía, aunque eso conlleve a que me vuelva completamente tonto y no pueda controlar mi cuerpo.

Sin pensarlo llevé mis manos a sus mejillas cuando me separé un poco de él, dejé un beso en la punta de su nariz y hablé:

—Vamos a la cama. —me miró a los ojos y cuando me regaló una sonrisa hermosa, yo agregué: —Pero llevame.

Me acerco más a su cuerpo, haciendo que yo enrosque mis piernas en su cintura y que lo agarré del cuello para no caerme, él por otra parte me agarró de los muslos y sin decir nada empezó a caminar, mientras me miraba a los ojos.

Cuando llegamos a la habitación, él sin soltarme se tiró en la cama, pegando su espalda al colchón y conmigo arriba de él.

Sonreí cuándo no me soltó, y así se acomodó para dormir, sin que me lo pida yo empecé a hacerle mimos, y como si fuera involuntario, metió sus manos por debajo de mi remera y acarició mi espalda.

Y así nos dormimos, él y yo.

Desconocido | larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora