thirty two

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Louis.

Al escuchar mis palabras, Harry dejó de hacer ese movimiento con su mano y me quedó mirando, mordiendo su labio, hasta que largó una carcajada haciéndome mirarlo raro y medio mal.

—Uh, ¿Qué? —pregunté frunciendo el ceño, sonrió y bajó un poco su cara a mi para mirarme a los ojos y reír un poco mas.

—No me puedo concentrar si me decís así Oli. —mordió su labio evitando reír otra vez, giré los ojos y sonreí cuando vi que se separó dejando un beso en mi frente. —Bueno, ¿Y el pete? —relamio sus labios y se puso en modo sexual otra vez.

—Mmm... a ver tu pito crack. —hablé, esta vez en joda y él volvió a reírse, se tentó como por medía hora, hasta que lo tuve que callar para que no escuche Niall la risa hermosa de Harry.

—Dale amor. —murmuró con una sonrisa. —Tengo la pija parada y vos me haces reír. —avisó volviendo a apretarla por arriba de su pantalón para que me de cuenta de la erección grande que tenía.

Sin decir nada, llevé mis manos al borde de su pantalón y sonreí cuando vi que relamio sus labios, deseoso, lo bajé con cuidado, mirándolo a los ojos y a medida que su mirada se volvía a oscurecer yo quería sentir su miembro en mi boca.

Bajé su pantalón, mirando el tremendo bulto que tenía en su boxer, se marcaba a lo largo y parecía que en cualquier momento iba a explotar, acerqué mis labios y dejé un beso por encima de la tela, sintiendo con mis labios el calor que transmitía su erección. Fui subiendo mis beso a su abdomen, pasando mi lengua con ganas y escuchando sus jadeos salir.

—Me voy a morir bebé. —murmuró con la voz ronca, un calor llenó mi cuerpo y decidido llevé mis manos al elástico de su boxer negro para bajarlo lentamente, a propósito, mirando su cara.

Su erección quedó en frente mío, y mientras observaba algunos detalles de su pija, el ambiente se volvía mas caliente, recorría con mis ojos su longitud, mi boca se llenaba de saliva cada vez más.

—Dal... dale mi amor. —pronunció pesadamente, algo desesperado y con la voz ronca, pasando sus manos por su pelo desaconodandolo todo.

Sonreí y acerqué mi boca a su erección para por fin meterla la mi boca, agarrando con una mano la parte que sobraba, empezando a chupar y pasar mi lengua con deseo, sentía lo caliente y palpitante que se encontraba, me calentaba mucho más.

Largó un gemido cuando acelere mis movimientos, pero se tapó la boca con una mano evitando gritar.

Me encantaba sentir como su pija entraba en mi boca, y él mismo se encargaba de hacer movimientos con su cadera hacía adelante para que pueda entrar mucho más de su miembro en mi, en la habitación solo se escuchaba su respiración agitada y los gemidos que contenía mezclado con los ruidos de la saliva. Con su otra mano, acomodó mi pelo y agarró mi nuca para empezar a hundirme mucho más a él.

Su pija chocaba con mi garganta, y las ganas de sentir su semen recorrerla aumentaron mucho más cuando lo miré, sus mejillas completamente rojas cubrian su cara, junto a sus labios entreabiertos y tapados por su mano para no largar gemidos tan fuertes, sus ojos cerrados con fuerza y su pelo rizado todo desacomodado.

Acelere mas mis movimientos y cerré los ojos cuando él hundió completamente mi cabeza para que su pija entre entera en mi boca y pueda llegar a su orgasmo, largando todo ese líquido espeso y tibio para que recorra mi garganta.

Escuché su gemido ronco y tapado por su mano, y segundos después como se separaba de mi, sonreí cuando noté que seguía teniendo espasmos mientras se volvía a poner el boxer y el pantalón con la respiración agitada. Seguí todos sus movimientos, desde que fue a su placard para ponerse una remera y apagar la luz, hasta que volvió con una sonrisita a mi lado.

Me agarró de la cintura y me tiró a la cama, haciendo que me acomode yo primero con la espalda en el colchón y mi cabeza en su almohada, para después tirarse él arriba mio, suavemente, mientras me abrazaba y se escondía en mi cuello.

Pasaron unos minutos así, sin que ninguno diga nada solamente se dedicaba a hacer caricias en mi cintura con una de sus manos y con la otra acariciaba nuestros dedos entrelazados, hasta que él se dedicó a romper el silencio.

—¿Te hice mal? —preguntó un poco preocupado, sonreí con ternura y seguí dejando mimos en su pelo.

—No, Hazz.

—¿Seguro? Es que nunca trato así cuando me hacen un pete. —murmuró, largue una risita y volví a negar con la cabeza. —Pero es que me pone a mil verte ahí abajo. —habló, esta vez un poco divertido.

Me reí y mordí mi labio, sonreí cuando él levantó su cabeza para mirarme a los ojos, se quedó observandome sin decir nada, sus ojos verdes me hacían poner nervioso, y tuve que bajar la mirada así no me ponía más rojo.

—Sos hermosa. —dijo en un tono bajo, en un suave movimiento hizo que quedara arriba de él, con mis piernas envueltas en su cintura, llevó sus manos a mis mejillas para acunarlas y acercarme a él para dejar un besito corto en mis labios. —Bebito.

Sonreí y pasé mis brazos por su cuello, para abrazarlo y esconderme con una sonrisa ahí mismo.

—Vos sos hermoso Hazz.

Empezó a acariciar mi espalda con sus dedos, por arriba de mi remera, mientras dejaba algunos besos en mi cabeza. En esta posición podía escuchar el latido de su corazón, era tranquilo al igual que su respiración, me calmaba, mucho, sentir como el podía trasmitir tanta tranquilidad con su persona.

—Lou, mi amor... —murmuró con suavidad, mi corazón latió rápido cuando lo escuche hablarme así, me encantaba que me diga de ese modo y con toda la tranquilidad del mundo.

—¿Si, Hazz? —pregunté levantando un poco mi cabeza así lo miraba a los ojos, le sonreí y dejé un beso largo en sus labios bonitos.

—Nosotros... —murmuró algo dudoso, y podía sentir como su corazón comenzaba a chocar con mi pecho, mordió su labio y yo le sonreí para que me diga. —¿Qué somos?

Y no pude creer que una pregunta tan sencilla, haya revolucionado todo en mi.

Desconocido | larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora