thirty five

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Harry
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Me paré del sillón como pude y agarré a Louis de la cintura haciendo que deje de moverse de esa forma, me había re calentado y sabía que pajeandome no iba a salir esa calentura que tenía en todo mi cuerpo, moje mis labios respirando un poco agitado y me acerqué mas a el hasta pegar nuestros pechos, me mataba verlo en ropa interior, quería tocarle todo.

—¿Qué? —Susurró con una sonrisa, acerqué mis labios a los de el para empezar a besarlo con desesperación, agarraba su cintura y lo pegaba mas contra mi entrepierna que a esta altura ya estaba mas que dura.

Mi lengua jugaba en su boca y de vez en cuando las entrelazabamos para sentirnos mejor, dejé una mano en su cintura y la otra la llevé a su culo para apretarlo bien fuerte, no sé si ya lo había dicho, pero ese culo me volvía loco.

—Lou... te necesito.—Hablé agitado cuando nos separamos del beso, pasó su lengua por sus labios sacando todos los restos de saliva que yo le había dejado.

Subió una ceja con las mejillas rojas y largó una risita que me encantó, agarré una de sus manos y la llevé a mi entrepierna para que sienta como me ponía con solo verla en ropa interior, trago saliva largando un suspiro y volvió a besarme apretando mi erección.

Gruñi a mitad del beso y cuando quise meter mi lengua en su boca dejé de sentir sus labios, abrí los ojos buscándolo y creo que entré en cuatro paros cardíacos cuando lo vi arrodillada en el piso bajando mi pantalón y mi boxer, no sé que era esto, pero siempre que teníamos algún tipo de contacto físico me calentaba el doble, con nadie me pasó esto y se me hacía re loco que a la hora de coger con el me ponga como loco.

Mis pensamientos se nublaron al sentir su lengua húmeda pasar por mi pene, y cuándo creí estar tocando el cielo, su boca me confirmó que no estaba ni cerca de estarlo. Chupaba mi erección y se la metía a la boca haciéndome largar gemidos, abrí mis ojos y los bajé para verlo hacer ese trabajo, llevé mis manos a su pelo y lo agarré para poder controlarlo mejor, lo hundía hasta donde veía que podía y después dejaba que el solo siga, el ruido de su saliva y mis gemidos se escuchaban en toda la habitación.

Acabé en su boca después de varios minutos dándome placer, y cuando se levantó del piso me sonrió como un nene de doce años.

Si todos los nenes de doce años hacen lo que acaba de hacer Lou, me muero.

—Dios, sos hermoso. —Hablé tomándolo de las mejillas y besandolo, esta vez despacio.—¿Vamos arriba? —Pregunté dejando muchos besitos en sus labios, me miró con una sonrisa y subió una ceja divertido.—Bah, no sé ¿Querés?—Susurré.

La verdad es que no habíamos cogido muchas veces, si fueron dos, son muchas, es qué cuando pasaba tiempo con Louis no era necesario tener sexo para divertirme, era raro, diferente y eso me encantaba. Porque aunque yo sea un zarpado de mierda, el se encargaba de sacar mi lado tierno.

—Yo si quiero, ¿Vos? —Preguntó mordiendo su labio, sonreí y lo agarré de la cintura para subirlo arriba mío, empezando a subir hasta su pieza.

Cerré la puerta y lo recoste en la cama dándole besos por toda la cara, bajando a sus labios para volver a besarlo. Parecía como que mis manos actuaban solas, saqué su ropa interior, bajando mis besos a su cuello hasta llegar a uno de sus pezones, pasé mi lengua y mordi con delicadeza sintiendo como otra vez comenzaba a ponerme igual de caliente que recién.

Bajé sus bragas roja y sonreí mirándolo a los ojos.

Una de mis manos se metió entre sus piernas, viendo como largaba un jadeo cuando pase mis dedos por su entrada, sin avisar metí dos dedos adentro de el moviéndolos con rapidez, dándole en el punto justo de placer, sus piernas temblaban y mientras mas movía mis dedos en el, sus paredes los apretaban mas.

Sabía que estaba por llegar a su orgasmo, pero yo no quería que se venga tan pronto, saqué mis dedos recibiendo una mirada fea y antes de escuchar algún reproche, saqué un preservativo del bolsillo de mi pantalón y me lo puse bajo su atenta mirada, me sonreía y yo no podía esperar a estar adentro de el.

Jugué con su entrada y me reí cuando largó un quejido enojado, sus manos fueron a mi pelo y lo tiró un poco para hacerme saber que no tarde mas, pero seguí jugando, rozando la punta de mi miembro en su entrada.

—Por favor Hazz... —Se quejó. —, me voy a morir si no me la met... —No lo dejé terminar que entré en el sin avisarle.

Largó un gemido al igual que yo, me aferre a sus cadera empezando a penetrarlo mejor, mirando como largaba gemidos y arqueaba su espalda, sentía como mi cuerpo se descargaba con cada embestida y una sensación de placer recorría todo mi cuerpo al entrar y salir de el.

Lento y fuerte, largando algunos gemidos en su oído, apoyando mi frente en la almohada y cerrando mis ojos a causa del placer. Sus paredes apretaban mucho mas mi miembro y podía sentir sus piernas temblar, no daba más, quería hacerlo llegar, quería saber que conmigo también podía tocar el cielo.

Entonces escuché su gemido alto, acompañado de mi nombre, yo también llegué después de dos penetradas más.

Caí rendido arriba de el, respirando agitado, lo miré y no lo pensé ni dos veces antes de hablar:

—Quiero que conozcas a mi hermanita.

🇦🇷
(bandera Argentina porque ganamos el Mundial)

Volví familia

Después de demasiado, realmente demasiado tiempo, estoy aquí.

Y como fue mucha la ausencia, tengo maratón de los últimos 5 capítulos.

Pido perdón por la tardanza, y por los errores que puedan encontrar.

Los amooo.

Desconocido | larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora