| Sin Editar |
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𝙻𝚊 𝚙𝚎𝚘𝚛 𝚝𝚛𝚊𝚒𝚌𝚒𝚘́𝚗, 𝚗𝚘 𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊𝚗̃𝚘, 𝚜𝚒 𝚗𝚘 𝚍𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚌𝚘𝚗𝚏𝚒𝚊𝚖𝚘𝚜.
— @_ggukchim
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Quinto año
Recordaba claramente el día en que se conocieron, primero le había parecido un angel bajo los rayos de la luna. Haciéndola parecer como si no fuera de ese mundo. Sus cabellos casi blancos brillaban y su piel blanca resplandecia hermosamente. Aquella risa cantarina era igual como si una sirena le susurraba al oído y lo seduciera para poder llevarlo a las profundidades y así conducirlo a su muerte.
Después cometió un error.
La llamó loca y le decía palabras hirientes, que en realidad no sentía y en su corazón se disculpaba con agonía.
Pero ella le perdonó y estuvo a su lado cuando más lo necesitaba. Cuando en su tercer año había recibido aquella carta, donde le decían que su padre había torturado a su madre hasta llevarla a la locura. Al principio lo odió y lo repudió, pero después supo la verdad.
Fue la única manera que su padre encontró para protegerla. Por que era eso o que fuera asesinada por Bellatrix.
Y ella, su linda y hermosa Luna lo abrazó sin decir nada, solo transmitiéndole consuelo. Aquel apoyo silencioso era suficiente para hacerlo calmar, y más, cuando ella de repente había comenzado a cantar. Una canción de cuna, que junto a su voz suave le hizo caer dormido en los brazos de la que todos apodaban "La loca Lovegood".
- ¿En qué piensas? - fue sacado de sus recuerdos por la voz de su novia.
Theodore miró a la rubia, la cual le miraba con curiosidad. Con sus hermosos ojos color cielo brillando con cariño hacia su persona.
No sabía que había hecho para que ella lo amara, pero quería que el tiempo se detuviera, para que ambos puedan estar juntos toda la eternidad.
- Solo recordaba el pasado.
- ¿Algo lindo?
- El conocerte siempre será un buen recuerdo. - dijo mientras sonreía y acariciaba la mejilla dulcemente y se acercaba al rostro de la chica y dejaba y dulce y casto beso. - Eres mi pequeño angel. - dijo mientras unía sus frentes.
Luna sonrió mientras cerraba sus ojos.
- Y tú eres mi estrella, una que vino a acompañar a esta solitaria luna.
Ambos se fundieron en un beso lento, que poco a poco fue subiendo de intensidad.
Y de nuevo, se dejaron llevar por aquella pasión que envolvía sus cuerpos. Llenando aquella habitación que la sala de menesteres les había brindado, con sonidos húmedos de sus besos.
Las caricias suaves que hacían estremecer sus cuerpos. Los húmedos besos que les hacían suspirar. Y aquellas dulces palabras cargadas de amor que entre gemidos se les escapaba.
Ya no eran unos niños, ahora eran unos adolescentes llenos de hormonas, en un momento de su vida, que era peligrosa. Después de todo, uno no puede vivir tranquilo sabiendo que, el que no debe ser nombrado a regresado para arruinar sus vida y conducirlos a la locura.
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𝐺𝑖𝑟𝑎𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜𝑠 𝑅𝑜𝑡𝑜 ©
FanfictionEn una de las discusiones entre cierta pelinegra y una pelirroja, causó que la tercera generación viajara al pasado, y aunque muchos tenían la intención de hacer unos cambios para bien, otros no tenían esos mismos pensamientos, causando que la tensi...