10 | F de fabuloso

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|Sin editar|

— ¿Quién se presentará ahora? - preguntó Blaine en voz baja a sus amigos.

— Creo que será Fred. — dijo Dom mientras le robaba una galleta a Afrodita, la cual la miró haciendo un mohin, haciéndola ver adorable.

— Oigan, ¿cómo le haremos para que los idiotas no hagan una locura? — preguntó Venus mientras dejaba de acariciar el vientre de su hermana.

— Por el momento hay que tener un ojo sobre ellos. — dijo Jason. — Ellos no entienden algunas cosas, los muy estupidos no se dan cuenta que ponen en peligro su nacimiento, principalmente él. — lo último lo dijo en un tono oscuro.

Lyss y Lorc que estaban escuchando apretaron sus cubiertos y bajaron la cabeza, odiaban a ese chico solo por hijo de ese hombre. Victoire muchas veces les había dicho que entonces deberían odiar a Jason, por que también era su hijo, pero no, Jason es su hermano mayor, por que su padre siempre se los ha repetido.

"Jason no llevará mi sangre, pero es mi hijo y es su hermano, ese hombre solo donó su maldito esperma, pero solo eso, su hermano y ese hombre no tienen nada que ver."

Ellos lo sabían bien, y ese sujeto también, por eso cada que se encontraban eran puro pelear.

— Hay que continuar antes de que sea hora de comer. — dijo Ted mientras le daba un par de galletas saladas a su esposa.

Jason miró a su madre, la cual estaba absorta repartiendo caricias a su padre, quien la abrazaba sin dar indicios de soltarla pronto.

Su mente lo hizo viajar en sus recuerdos, en uno en específico, cuando se entero que él y Theodore Nott no tenían relación sanguínea alguna.

10 de noviembre del 2002, Mansión Nott.

Jason estaba jugando con su cachorro que su padre le había regalado por su cumpleaños. Jason, de solo 4 años jugaba con una pelota en el extenso jardín de la casa.

— Oreo, sabes, voy a tener un hermanito o hermanita. - dijo el pequeño niño con una sonrisa mientras acariciaba detrás de las peludas orejas del cachorro.

— Hola, Jason. – se puso de pie rápidamente asustado al escuchar aquella voz.

Oreo comenzó a ladrar, alertando a los demás miembros de la casa, a los segundos, una pequeña elfina con un lindo vestido color rosa pálido apareció.

— Amo Jason. — su cantarina voz sonaba dulce mientras se dirigía al pequeño, miró al intruso y colocó al pequeño detrás suyo. — Señor Scamander, usted no debe estar aquí.

— Estupida elfa, no te metas en mi camino. — gruñó el hombre con enojo.

— Scamander, fuera de mi casa. — Theodore Nott apareció con su varita en alto. Tenia una mirada oscura y su voz sonaba fría.

— ¡Papá! - exclamó el niño mientras corría hacia el mayor, quien lo abrazó.

— Te veo tan cómodo tomando mi lugar, Nott. — dijo con burla.

— Estas demente.

— Rolf, vete. — la cantarina voz de Luna hizo su aparición.

Rolf la miró, y sus ojos brillaron. Theodore al notarlo frunció el ceño, dándole a Luna al pequeño para que lo cargara y se colocó frente a ellos.

— Estas mucho más hermosa que hace años, querida Luna. — dijo con una sonrisa en sus labios.

— Rolf, ¿qué haces aquí? — Luna apretó a Jason en sus brazos, escondiendo el rostro del niño, evitando que mirara al mayor.

𝐺𝑖𝑟𝑎𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜𝑠 𝑅𝑜𝑡𝑜 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora