Mis ojos se sienten cansados por forzarlos a estar más tiempo de lo debido frente a la computadora, quito mis lentes y hago presión sobre mis parpados cerrados con mi dedo índice y pulgar, evitando así tallarlos. Estiro mi mano y cierro la pantalla de la laptop.
—Ya, es todo por hoy —digo para mí y tomo la copa de vino que había dejado abandonada.
Me siento en el sofá y me estiro hasta sentir que algunos de mis huesos truenan, seguido muevo mi cuello para tronar algunos huesos más. El cansancio se está apoderando de mí, esta semana voy a multiplicar mi trabajo para poder estar un poco más libre la otra e ir descansada a Seattle, entre mi área y el proyecto me siento full; pero muy contenta con todo. Después de una larga llamada con Robert -quien no me ha soltado en ningún momento desde entonces- por todo lo de mis planes para sincronizar ambas compañías, logrando así una junta con ellos en quince días, pero por ahora no quiero saber ya más de trabajo.
Apenas subo el volumen de mi televisor y mi celular me hace sobresaltarme con el timbre asignado que tengo a las llamadas de mi amiga. Alcanzo el aparato y deslizo el botón verde.
—Aló, preciosa.
—Querida, es viernes y necesito ir por unos tragos —la voz melódica de mi amiga en el auricular de mi teléfono me indica que ya tiene todo un plan.
—Yan, esta vez si vas a matarme, estoy derrotada —rechazo y bebo el ultimo trago de vino.
—No, no voy a matarte porque tienes que acompañarme ¿o es que acaso vas a dejar que tu amiga vaya a vagar sola y un hombre alto, guapo y fuerte la secuestre? —trata de sonar indignada.
—Amiga, tu eres la que secuestraría al hombre alto y fuerte.
—No olvides «guapo» —hace énfasis en esa última palabra. Ruedo mis ojos.
—Y guapo —suelto un suspiro—. Yan, estuve dos horas hablando con Robert para explicarle a fondo lo que es y significa mi proyecto, añade otra hora y media intercambiando emails.
— ¿Quién es Robert?
—Es el representante de M.C Logistics.
—Ah, no sabía que hablaste ya con él ¿lo ves? Tu necesitas distraerte.
—Yanell...
—Anda, vamos, yo paso por ti y te llevo de regreso si no quieres conducir
Mi loca amiga sonaba desesperada, siendo sincera ella también ha estado de lleno en su trabajo, creo nos merecemos al menos una noche.
—Está bien, me cambiaré —miro mi reloj de mano— ¿a qué hora pasas por mí?
—Como en treinta minutos, máximo cuarenta.
—Bien, aquí te espero.
—Gracias cariño, ya me apresuro, ciao.
Finalizo la llamada. Me levanto de mi cómodo lugar de descanso con la copa entre mi mano y la dejo sobre la barra, me dirijo a mi habitación para buscar algo menos formal. Cambio mi outfit por un pantalón clochard en color camel, una blusa corta en color negro con sus mangas largas de tela translucida del mismo color y mis stilettos negros. Retoco mi maquillaje, acomodo mi cabello y listo. Salgo a la estancia y me siento tentada a servir otra copa, cuando voy a encaminarme hacia la botella el timbre se hace presente, oprimo el botón en el intercomunicador.
— ¿Sí?
—Ya llegué Lexi, ¿subo?
—No te preocupes, ya estoy lista —tomo mi bolsa negra, verifico que tengo dentro mi cartera y efectivo.
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Si Volviste A Mi Vida.
RomanceLexi crea un proyecto para su trabajo; pero un inesperado viaje le hace revivir sentimientos al reencontrarse con su amor de adolescencia. *** En busca de ayudar a expandir la empresa donde trabaja, Alexandra Goldwyn: la mano derecha del presidente...