Cuando llego al lugar me adentro al estacionamiento, escucho música como si estuviera muy lejos, aunque esta esté dentro del lugar a unos metros. En la entrada, menciono al encargado que Yanell Hudson me espera adentro, él revisa la lista, luego de unos segundos asiente y me hace pasar, al entrar veo a gente en mesas y a otros bailando, el lugar estaba lleno de gente, las luces de colores me animan un poco, al fondo, curiosamente comienza a sonar Into You de Ariana Grande, los beats de la canción en el lugar se escuchan increíble, y obvio me sé esa canción sensual con sus toques románticos, comienzo a cantarla mientras me adentro entre la gente. Estoy segura de que mi amiga no se encuentra sentada, el ambiente está más que animado, es candente.
Después de algunos segundos caminando entre la multitud —y sin dejar de cantar la canción—, siento como si alguien tuviera su vista clavada en mí, volteo hacia atrás pero no veo a nadie conocido, cambio de dirección y continuo mi camino.
»Tell me what you came here for. ‘Cause i can’t, i can’t wait no more…
De pronto me detengo, miro a mi alrededor por un momento, pero no veo a Yanell, «tal vez si esté sentada» pensé. Algo roza mi espalda por encima de la espina dorsal, ascendiendo hasta mis vértebras cervicales, me quedo en shock, un aliento choca contra mi cuello.
—Feliz cumpleaños, sexy Lex —esa voz, me enciende por completo. Sonrío al sentir la otra de sus manos tomarme de la cintura, pegándome a su cuerpo.
Me giro permaneciendo cerca de él, la letra de la canción queda tan bien con este momento, tanto que me hace estremecer, y el roce de su piel eriza por completo mi epidermis. No lo piensa y me besa. Me besa con ansias, con ganas de poseerme, con ternura y muy lento a la vez, mis manos se enredan en su cuello y revuelven su cabello de la nuca.
Es este uno de los momentos más perfectos, jamás me imaginé un cumpleaños así de emocionada. Me separo de él, la canción está terminando, y golpeo su hombro.
—Te detesto —él se ríe con el golpe que le doy, pero mis golpes no lo hacen moverse ni un poco, mucho menos me deja de abrazar.
—¿Por qué? —dice sonriente.
—Me haces sentir mal en mi cumpleaños diciéndome que no vendrías y ni siquiera me habías felicitado, además no pensé que lo recordarás —de nuevo pongo mis manos en sus hombros.
—Jamás lo olvidaría —dice contra mis labios. Nos sonreímos en silencio por unos minutos.
—Estás aquí, McClain —muevo mi cabeza en negativa, aguantándome una risa.
—Siempre estaré aquí —me besa de nuevo y esta vez, lo hace más relajado—. Extrañaba besarte —dice cerca de mi oído, de nuevo comienza a recorrer con la yema de sus dedos mi espalda desnuda, sabe que eso me vuelve loca—, y tocar tu piel.
—Yo también te extrañaba —nos mantenemos un momento ahí, de pronto, la duda del millón—. Rob, ¿y Yan?
—Está en una de las mesas —menciona sonriente.
—Ahora resulta, que ya es tu cómplice —entrelaza su mano con la mía, ese toque, aún me provoca choques de electricidad por todo mi cuerpo.
Mi quedante me guía entre la gente, subimos a la planta alta, dentro de un área un poco más privada veo de lejos a mi amiga sentada, frente a ella un hombre y una mujer, que reconozco de inmediato en cuanto me acerco más.
—¡Amiga! —grita Yan, se levanta con un mojito en su mano y me abraza—. Perdóname que me haya ido así, pero todo estaba planeado.
—Ya me di cuenta —la abrazo fuerte.
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Si Volviste A Mi Vida.
RomanceLexi crea un proyecto para su trabajo; pero un inesperado viaje le hace revivir sentimientos al reencontrarse con su amor de adolescencia. *** En busca de ayudar a expandir la empresa donde trabaja, Alexandra Goldwyn: la mano derecha del presidente...