La casa de Robert luce aún más linda de lo normal. Las rosas, las luces todo se ve precioso, desde la ventana de una de las habitaciones veo todo el jardín trasero adornado divinamente. Unas manos se posan en mi cintura, la anatomía de mi novio se pega a mi espalda, yo con gusto recibo su abrazo posando mis brazos sobre los que me rodean.
—Quedó bien ¿verdad? —dice sobre mi oído provocando una sensación de electricidad por todo mi cuerpo.
—Sí, se ve precioso —sonrío viendo un ligero reflejo de nosotros en el vidrio de la ventana—, creo que no quedó tan mal.
—Se ve demasiado bien.
Me giro sobre mi eje para quedar frente a él, paso mis manos por su cuello.
—Creo que nos cayó de perlas que Nathalie se llevara tan bien con Yanell, así podía encargarme yo misma de la decoración —miro sus ojos—. No puedo creer que mi hermano aceptara proponerle matrimonio aquí a mi cuñada.
—Alex no es muy expresivo, pero es un romántico de closet, siempre dijo que ese kiosco le parecía romántico y que le gustaba para una cena con Nath —besa mis labios—. Le robé la idea —menciona refiriéndose a nuestra cena de primer mes. Su celular suena en el bolsillo de su pantalón, mira la pantalla—. Es Alex, está en la entrada, acaba de llegar, debe estar esperando a que abran la reja.
—Me iré al kiosco antes de que llegue aquí a tu casa y nos vea en plan romántico —me río, dejo un beso en sus labios antes de salir de la habitación.
Antes de que mi hermano venga a ver como ha quedado todo, me dispuse a revisar cada mínimo detalle en la mesa y en el kiosco en general. Charles se acerca a mí.
—Está todo listo, señorita Goldwyn.
—Gracias, Charles, ya llegó mi hermano y no tarda en comenzar todo.
—No me había percatado de que son hermanos —menciona él y se para junto a mí.
—Sí —volteo a verlo—. Charles, mi hermano no sabe de mi relación con Robert, ellos son mejores amigos y lo de nosotros surgió antes de darnos cuenta de quienes éramos en la vida del otro. Decirle a mi hermano sería hacer explotar una bomba, se molestaría muchísimo.
—Señorita, ustedes no me deben explicaciones, aunque aprecio mucho que lo haga —aclara su garganta—. Créame que todo lo que usted me diga, se quedará conmigo hasta la tumba, los McClain me han dado toda su confianza siempre por la persona que soy.
—No lo dudo, gracias, Charles —le sonrío.
—¿Me permite darle mi opinión?
—Claro, con mucho gusto la escucharé —lo miro atenta.
—Sé de la amistad larga entre su hermano y mi jefe, pero pienso que no deberían de ocultar su relación, son personas maduras y por lo que vi el día de la cena de ustedes, sus sentimientos son genuinos, no deberían mantenerlo oculto. Pienso que el amor es para disfrutarse, no para esconderse con miedos ni con vergüenza.
Charles me saca una sonrisa con sus palabras.
—Gracias, Charles, sé que tienes bastante razón, pero, no sé, mi hermano siempre fue una figura de autoridad para mí, siento que estoy traicionándolo de cierta forma.
—Si ustedes mantienen su relación a escondidas, ¿no piensa que están traicionándose a ustedes mismos y al amor que se tienen?
Voy a responderle a mi acompañante pero escucho a mi hermano y mi novio hablar mientras se acercan. Alex se ve como todo un galán, sonrío al verlo, bajo los escalones y me encuentro con él al pie de las escaleras.
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Si Volviste A Mi Vida.
RomanceLexi crea un proyecto para su trabajo; pero un inesperado viaje le hace revivir sentimientos al reencontrarse con su amor de adolescencia. *** En busca de ayudar a expandir la empresa donde trabaja, Alexandra Goldwyn: la mano derecha del presidente...