El día es fresco, mis cólicos están ausentes —por el momento—. Alex mantiene una plática con Robert, mientras que Nath y Yanell se conocen un poco más, parece que se llevan muy bien; yo me dirijo a la cocina, en eso mi celular suena.
—Disculpen, es el mío —les aviso a todos. Me termino de acercar a la barra, tomo mi móvil y deslizo el botón verde que brilla en la pantalla—. ¿Aló?
—Alexandra, soy Nicholas, estoy en el recibidor de tu piso ¿podrías salir? —me consulta con un tono serio.
—¿Pasa algo? —me acerco al pasillo que se encuentra a lo largo de la puerta principal.
—Quiero hablar contigo antes de entrar a tu festejo, ¿podrías también traer tu bolso?
—Amm, okay, ya salgo —cuelgo la llamada un tanto confundida y regreso sobre mis pasos, voy directo a mi amiga.
—Yan, voy a salir unos minutos, ¿te encargarías un momento de esto? —digo, ella está confundida, lee mi mirada por unos segundos y asiente—. Gracias.
Me acerco al perchero, tomo mi bolsa y la cuelgo en mi hombro mientras camino a la puerta.
—¡Lexi! ¿A dónde vas? —pregunta mi hermano alzando la voz por la música.
—Salgo unos minutos y regreso —le respondo sin voltear.
Abro la puerta y lo primero que veo es a Nicholas cerca de los ascensores. Camino hacia él.
—Feliz cumpleaños Lexi —me extiende una bolsa de regalo, la tomo y seguido me abraza.
—Gracias Nick —nuestro abrazo dura algunos segundos, nos separamos—. Dime, ¿de qué querías hablar que es tan privado?
—¿Podemos ir a la terraza? —luce muy misterioso.
—Claro —sin cuestionarle algo más entramos a uno de los ascensores.
Sé que si hago más preguntas no me contestará ni una sola hasta llegar al lugar indicado.
Al salir del elevador nos encaminamos a una de las mesas afuera, justo en la terraza, nos sentamos y yo dejo mi bolso sobre la mesa.
—¿Y bien?, me estás poniendo nerviosa —le digo.
—Lexi, ¿recuerdas que hace unas semanas vine y me quedé en tu departamento? —dice.
—Sí, lo recuerdo perfecto.
—Te ofrecí ayuda con el tema de tu padre, cosa que ibas a pensar y nunca me volviste a decir nada —hace pausa. Lo miro confundida, me mantengo en silencio para que continúe hablando—. Perdón por lo que voy a decir, pero contraté al investigador.
—¿Qué? —negué con mi cabeza— Nicholas, yo no quería hacer esto, no quería que te involucraras y mucho menos que gastaras en la situación.
—Lexi, no te preocupes por el tema del dinero —toma mi mano sobre la mesa—. Encontramos algo.
Cierro los ojos al escucharlo, un sentimiento de emoción y nervios comienzan a invadirme, respiro hondo y sin abrir mis ojos aprieto la mano de Nick.
—¿Está vivo? —pregunto con temor.
—Bueno, por los registros al parecer sí —hace pausa—. Ha recorrido los estados que están sobre California, literal, estuvo unos años viviendo en Nevada, luego se fue a Idaho, de ahí se mudó a Oregón y el año pasado pisó Washington.
Mi boca y todo en mí tiembla, mis ojos pican amenazándome con expulsar las lágrimas que se forman dentro, me mantengo así por un momento, sin decir nada, sin moverme.
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Si Volviste A Mi Vida.
Roman d'amourLexi crea un proyecto para su trabajo; pero un inesperado viaje le hace revivir sentimientos al reencontrarse con su amor de adolescencia. *** En busca de ayudar a expandir la empresa donde trabaja, Alexandra Goldwyn: la mano derecha del presidente...