41.- Miedo y lágrimas.

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Escucho unas voces a lo lejos, que van despertándome, entre abro uno de mis ojos, y veo como una silueta sale de la habitación, aprieto mis ojos e intento abrirlos poco a poco, me muevo sobre el sofá.

—Oh, despertaste —su voz, es como un sueño, se escucha más animado que ayer.

Enfoco mi vista, hasta que la imagen de mi padre deja de verse borrosa.

—Hola, buenos días —me siento en el sofá—. ¿Cómo te sientes?

—Con un poco de hambre, debo admitir —se ríe un poco y eso me anima a mí, me levanto y me acerco a él.

—¿Quieres que llame a alguien para que te traigan el desayuno?

—No te molestes, la enfermera vino y ya se lo pedí —extiendo mi mano hasta llegar a él y la toma—. Si te soy honesto, pensé que anoche estaba soñando —se ve mucho más lucido.

—No estás soñando, aquí estoy y no me iré, ya te lo dije —le sonrío—. Papá, ¿Alex viene a verte?

Su semblante se entristece un poco, no debí preguntar.

—No, solo cuando me encontró, vino, pero no fue un reencuentro muy grato para él por lo que noté.

Por como lo dice rompe mi corazón.

—Alex es un idiota, no le hagas caso —le sonrío.

Nick se acerca a la puerta y toca, se me queda viendo haciéndome una seña con su mano de que me acerque. Yo le digo que entre con una seña similar, él lo duda un poco, pero al final entra.

—Buenos días —con su cabeza hace un movimiento saludando a mi padre—. Nicholas Berkoff —se acerca a nosotros y extiende la mano a papá.

—Un gusto, Benedict Goldwyn —mi padre toma la mano de mi amigo—. ¿Es tu novio?

Mi jefe y yo nos miramos y nos reímos.

—No, papá, él es un gran amigo, también es mi jefe.

—¿Tu jefe?, ¿tan joven? —menciona incrédulo y nosotros seguimos riendo.

—Amm, sí, pero en estos momentos solo es mi amiga —Nicholas me sonríe.

—Qué gusto conocer a tu amigo.

—El gusto es mío, señor —voltea conmigo—. Lexi, Yanell regresó, te trajo ropa y otras cosas, las puso en la habitación donde se está quedando.

—Perfecto, muchas gracias, Nick —veo a mi padre—. Papá, te dejaré unos minutos solito, voy a ir a ducharme.

—Ve, mi niña.

—Oh, no te preocupes, Lexi, si gustan me puedo quedar para hacerle compañía.

—¿Papá? —le consulto.

—Por supuesto, ya estuve mucho tiempo solo —dice mi padre, feliz de que Nick se quede con él. Lo que dice me duele mucho.

—Okay, regreso en unos minutos —beso la frente de mi papá y salgo de la habitación. Me dirijo donde se quedó Yan y entro.

—Boo, buenos días —me saluda y me abraza.

—Buenos días, babe —me separo un poco.

—Te traje ropa, tenis, jabón, shampoo, toalla, tu cepillo para el cabello, cepillo de dientes, desodorante, maquillaje que no puede faltar, entre otras cosas.

—Gracias, amiga —busco ropa cómoda en una de las bolsas deportivas donde mi rubia favorita me trajo mis cosas, armo un outfit.

Con todas mis cosas personales entro al baño que hay en la habitación de Yan, tomo rápido la ducha, me visto, cepillo mi cabello y mis dientes, salgo y sobre el sofá me seco bien mis pies, para ponerme las calcetas y mis tenis. Mi mejor amiga solo me mira.

Si Volviste A Mi Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora