Lexi crea un proyecto para su trabajo; pero un inesperado viaje le hace revivir sentimientos al reencontrarse con su amor de adolescencia.
***
En busca de ayudar a expandir la empresa donde trabaja, Alexandra Goldwyn: la mano derecha del presidente...
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Le interrumpo diciendo:
—Agradezco su oferta de llevarme, pero no es necesario.
—Oh, yo no iba a ofrecerme, solo iba a decirle que puedo pedirle un taxi.
Maldito cretino, que estúpida Lexi.
—No hace falta, yo sé pedir un taxi —es todo lo que le respondo. Muerdo mi lengua para no golpear su cara burlona.
Entro como rayo al elevador y evito mirarlo, porque sé, que sigue ahí de pie. Agradezco infinito al hecho de que las puertas cerraron rápido, oprimo el botón del lobby, en eso pido otro uber que me lleve al hotel, tarda en cargar la aplicación debido a la baja señal dentro de aquí. Debo confesar que estar dentro de un elevador es lo único que odio de trabajar en una empresa, me aterran después de una mala experiencia hace unos años. Ya en el lobby mi app me asigna un conductor que se encuentra a siete minutos de distancia, salgo de ahí y me recargo en una barandilla que está a lo largo de las escaleras de la entrada.
Me sentía extraña, físicamente no me sentía tan cansada como lo estoy mentalmente. Espero tener una respuesta positiva pronto. Era tonta la idea de haber venido hasta acá solo para contestar unas preguntas que prácticamente tenían respuesta al leer mi presentación, este tipo me hará la vida de cuadritos si nos acepta, pero no me voy a dejar, no me va a ganar.
*+*
Hoy jueves voy a dedicarme a descansar por instrucciones de mi jefe, si hoy no me dan respuesta de M.C Logistics, mañana regreso a California con toda tranquilidad y sin presionar a la compañía que trabajaría en conjunto a nosotros. Mi hermano pasa por mí en la tarde, vamos juntos por su novia y convivimos lo que resta del día, ambos cocinaron la cena y seguimos comiendo del pastel que Nat horneó para mí el día de ayer, era muy grande y solo podía compartirlo con ellos, esa es la razón de que yo lo haya dejado aquí. La noche cae y es momento de despedirme.
— ¿Regresarás mañana a California? —pregunta mi hermano mientras me envuelve en sus brazos.
—Sí, no he recibido correos, llamadas o mensajes de la compañía y no voy a presionar, es mejor así, ya me darán respuesta cuando esté en mi respectivo hogar y ellos hayan meditado bien la propuesta —me mantengo con los brazos alrededor del torso firme de mi hermano y con mi cabeza recargada en su pecho.
Nathalie nos veía con ternura y sus ojos reflejan un toque de nostalgia. Me separo de él, voy con ella y la abrazo de la misma forma que a Alex.
—Buen viaje de regreso a casa Lexi, deseamos que acepten tu propuesta, así pasarás más tiempo con nosotros, puedes vivir aquí si regresas, tenemos una habitación disponible.
—Nat, agradezco tu propuesta, pero no quiero ser inoportuna ni molestar, son una pareja, deben de tener su espacio —me separo y nos tomamos de las manos—. Además, dejaré que mi jefe gaste en mí, nunca le pido nada y que me haga mudarme a otro estado es demasiado —levanto mis hombros hago una sonrisa divertida—. Él se ofreció a solventarme un departamento.
