17.- ¿Pasamos a la segunda cita?

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—Tranquila, no es un lugar mágico, pero ahí hay algo que me gustaría que vieras —me da una mirada fugaz para concentrarse en el camino.

En el trayecto mi vista se centró en las avenidas, los autos pasar cerca de nosotros y las luces intermitentes de algunos edificios, de pronto veo que entramos llegamos a una privada, se abre el portón para entrar, recorrimos unas calles las cuales son de tres propiedades enormes cada una, a nuestro alrededor hay arboles preciosos y perfectamente podados. Llegamos a un muro alto y luego un barandal se abre. Dentro de la propiedad seguimos un camino perfectamente curveado, en medio es una pequeña rotonda, y en un punto de esa rotonda está la entrada a una casa enorme y muy bonita.

—Robert, ¿en donde estamos? —indago mientras él pasa la entrada principal de la casa para llegar a lo que supongo es un garaje, este se abre en automático al acercarnos a la puerta. Mi acompañante piloto no responde

No sé si estoy más impresionada por la casa tan bonita y grande, por el amplio garaje o por la cantidad de autos y motocicletas que tiene, logro identificar la motocicleta negra en la que me llevó al hotel aquella primera vez.

Estaciona el auto y me ayuda a bajar, en silencio me guía hasta una puerta, la abre para entrar, llegamos como a un mini recibidor, atravesamos otra puerta que nos lleva a una cocina muy amplia e impecable.

—Bienvenida a mi casa, Lexi —yo giro lentamente sobre mi eje, apreciando la simplicidad pero elegancia de todo el lugar.

— ¿E-esto es lo que ibas a mostrarme? —pregunto admirando la cocina que tenia hermosas encimeras con un marmoleado en negro y blanco, una isla en el centro del espacio, todo estaba perfectamente ordenado, aquí si sería toda una chef.

—En parte, nunca he invitado a nadie a mi casa, en ocasiones me visitan mis padres, pero es muy rara la vez que lo hacen, no me gustan mucho las visitas —hace pausa, yo no dejo de ver las paredes, las luces—, ¿te gusta?

—Sí, es muy agradable y acogedora —volteo con él—, ¿por qué me trajiste? —me acerco a él y luego toma mi mano.

—Estoy a punto de arruinar algo que tenía planeado para mañana, si no lo hago, creo no tendría la oportunidad nunca más, así que lo amerita —me suelta para acercarse al gigantesco refrigerador, abre una de las puertas, lo veo sacar un recipiente algo grande de vidrio oscuro con tapa de plástico que lo deja reposar sobre la barra de la isla.

— ¿Qué es eso? —camino hacia la barra.

—Quita la tapa —me pide sonriente. Yo quito la tapa y al ver el contenido me muero de la ternura y a la vez quiero carcajearme.

—Robert —murmuro. Es un cheesecake de fresas con crema batida, en el centro donde vienen las fresas con su respectivo sirope de la misma frutilla, tiene letras escritas con la misma crema, admiro el postre por unos segundos y cito—: «Me gusta estar contigo, ¿pasamos a la segunda cita?» —es lo que dice el postre, suelto una risa nasal, muerdo mi labio inferior para evitar que mi sonrisa se extendiera más—. No hemos tenido la primera cita.

—Lo sé, pero podemos tenerla en este instante —se ríe de la misma forma que yo—, además, pasa que, mientras hacia esto, deseaba que ya lo vieras para que lo probaras y...

Si Volviste A Mi Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora