Un toque suave sobre mi brazo comienza a alejarme poco a poco de mis sueños, en un punto los poros de mi piel se erizan con el mismo toque, aunque quería despertar, mis parpados se sienten demasiado cansados y pesados como para hacerlo por completo y poder despabilarme.
—Lexi, tengo que irme —susurra Robert detrás de mí, cerca de mi oído, siento como el peso de su cuerpo reposa sobre la cama. Yo emito un sonido con mi garganta, haciéndole saber que lo escucho, me muevo un poco para levantarme—. No te levantes, voy a llevarme las llaves de tu auto para mandar a alguien que te lo traiga, tomé la llave de repuesto que estaba en el buró —besa mi sien, ya que la mitad de mi rostro lo tengo tapado con mi edredón—, te llamo más tarde —deja un ultimo beso, acaricia mi cabello, siento como el peso sobre la cama desaparece y seguido escucho sus pasos alejarse.
Me quedo acostada, el reloj de la pared indica que aún es temprano, por lo que me dedico a dormir un rato más.
*+*
Después de una larga y relajante ducha, llamo a quien me preocupa mucho, la llamada timbra como cuatro veces y al fin responde su voz un tanto ronca.
—Elizabeth, ¿Cómo sigues?, Bruce me contó lo que pasó.
—Hola Lexi, estoy bien, solo fue algo de un rato, pero voy a estar bien —al fondo se escucha una voz—, espera —se escucha como se despide de su novio, que al parecer saldrá de casa—. Listo, Bruce estaba por salir y nos estábamos despidiendo.
— ¿Segura que estás bien?, ¿quieres que te haga compañía un rato?
—Eso me encantaría, ven y platicamos un rato.
—Okay, ya voy —finalizamos la llamada.
Salí del departamento con mi bolso, ahí llevo mi cartera con dinero y mi celular. Subo al piso donde ella vive y toco en la puerta de su departamento, segundos después ella abre.
—Hola Lexi, pasa —abre la puerta por completo, dándome el pase. Nos saludamos con un beso en la mejilla y un corto abrazo.
—Me preocupé mucho por ti, ¿de que te sentiste mal? —caminamos juntas a la estancia.
—Solo me debilité un poco, tomé una decisión algo complicada y creo que eso me puso así —me indica que tome asiento, pero ella se queda de pie—. ¿Gustas algo de tomar o de comer?
—No, no, no te molestes, siéntate conmigo —me sonríe y se sienta—. ¿Se puede saber que decisión fue la que te puso así? —mi nueva amiga me mira nostálgica, veo como respira hondo.
—Hace unos años, conocí a alguien, que me ayudó a creer de nuevo en las personas, pero al final me rompió el corazón, fui una apuesta —me mira con una sonrisa incrédula. Yo me dedico a verla, dejándola hablar—.
»El caso es que terminé en esta ciudad, Graham, mi ahora pareja, me ayudó desde entonces, me cuidó, me ha hecho compañía hasta ahora, a la gente decimos que somos novios, pero realmente nunca hemos etiquetado nuestra relación, después de casi dos años aquí, conviviendo a diario, cuidándonos y consintiéndonos mutuamente, decidimos intentar algo más. Hace casi un mes, me llegó una carta, era de la hermana de aquel chico que me lastimó, me dijo cosas muy lindas y me invitó a su boda, está por casarse. No estaba dispuesta a ir ¿sabes?, pero Bruce me animó, me dijo que, si yo había perdonado a Trenton y si me sentía lista de enfrentarlo, que lo hiciera, y que iba a estar para mí, primero acepté, luego me negué, pero anoche lo volvimos a hablar, y el asunto me puso mal, es algo muy fuerte para mí, pero él es tan lindo, respeta todas mis decisiones y me impulsa a seguir. Entonces, este fin de semana me ausento, voy a pedirle al señor McClain mis vacaciones y voy a viajar a New York.
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Si Volviste A Mi Vida.
عاطفيةLexi crea un proyecto para su trabajo; pero un inesperado viaje le hace revivir sentimientos al reencontrarse con su amor de adolescencia. *** En busca de ayudar a expandir la empresa donde trabaja, Alexandra Goldwyn: la mano derecha del presidente...