37.- Contacto de emergencia.

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La ambulancia, tránsito y otros autos que no reconozco llegan al mismo tiempo que Salazar.

—Señor.

—Encárgate del hijo de puta que nos chocó, quiero que pague por hacernos esto y huir —digo con coraje.

—Señor, vamos a revisarlo —menciona un paramédico.

—Llévenla al hospital, yo estoy bien, ella necesita atención —volteo de nuevo con Salazar—. Encárgate.

—Sí, señor —él se aleja.

Veo como suben a Lexi, ella aún no está consiente. Me subo a la ambulancia, minutos más tarde, ella despierta.

—Lex —tomo su mano y la beso—. Qué bueno que despiertas.

—¿Qué paso? —la veo quejarse—. Me... duele.

—Tranquila, señorita, en tres minutos llegaremos al hospital —dice un paramédico.

—¿Tú estás bien?, tienes sangre en la cabeza —menciona Lexi con su voz algo quebrada, está asustada.

—Estoy bien, tranquila, lo importante en estos momentos eres tú —a pesar de que está consiente, sus manos están heladas.

Llegamos rápido y nos pasan al área de urgencias, comienzan a atender a Lexi.

—Señor, tenemos que revisarlo también a usted —dice una doctora.

—No, necesito estar con ella —ver a mi novia así, me pone mal, histérico.

—Por favor, tranquilícese, ella estará bien, es mas —la doctora me toma del brazo y me guía a la camilla que está a un lado de ella—. Puede estar aquí, pero deje que lo revisemos.

—Estaré bien —logro escucharla, ella me mira e intenta sonreírme.

Los doctores que la atienden le quitan con cuidado la chamarra, la blusa blanca que trae debajo está empapada de sangre, veo como tiene algo encajado.

—Tiene una herida en el costado del abdomen, es un vidrio —dice un doctor joven, pero parece muy serio y atento a ella, eso me reconforta.

Comienzan a tratarla con cuidado, al momento quitan mi chamarra y comienzan a revisarme, un doctor se presenta conmigo, sinceramente no le pongo atención a su nombre, no sé qué hacen conmigo, solo me encuentro atento a Lexi, su rostro me preocupa, ella aún se ve asustada.

—Es el señor McClain ¿cierto?, usted va a estar bien, solo vamos a curar y desinfectar sus heridas, de todos modos, por los golpes le queremos hacer algunos estudios —me informa el doctor que está atendiéndome, lo miro y asiento.

Cuando se alejan, me levanto y me acerco a Lexi, su doctor está limpiando su herida.

—Ella va a estar bien —menciona el doctor que la atiende mientras que está sacando un vidrio del abdomen de Lexi—. La pequeña hemorragia cesó y la herida no es tan profunda como se ve —apunta a la herida y yo veo— ¿Ves?, solo quiero limpiar y desinfectar bien antes de suturar.

El rostro de ella está con los ojos cerrados viendo hacia otro lado, le duele y sigue asustada.

—Hey —tomo su rostro—, perdóname, linda, no pude esquivar al tipo que nos chocó.

—No —toma mi rostro con su mano temblorosa—, no es culpa tuya que esa persona se estrellara contra nosotros, de hecho, de no ser por ti, no sé si estaríamos vivos, era una camioneta la que nos impactó —se queda pensativa—. Por cierto ¿el conductor está bien?

—Ni te preocupes, Lex, él huyó, Salazar ya se está encargando —beso su mano—. Todo estará bien, te lo prometo.

Ella asiente, me mantengo a su lado mientras la suturan, la veo y escucho quejarse, unos minutos más tardes el doctor se aleja, amenazando con regresar, pasan algunos treinta minutos desde que se fue el doctor. Me acerco más a su rostro y beso su frente, al vernos nos sonreímos; pero su mirada se pierde y sus ojos se abren.

Si Volviste A Mi Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora