No supe que decir cuando Adam pronunció esas palabras. Las dijo con tanta naturalidad, en el momento menos indicado que, en el fondo, entre las mariposas que me azotaban los intestinos y el ardor general de mi pecho por la luna llena, tuve miedo de responderle de la forma más incorrecta posible.
Simplemente me limité a sonreír tímidamente y apartar la mirada.
—¡Ya, larguémonos! —exclamó Ethan desde su coche.
Y sin darnos la oportunidad de responder siquiera, arrancó todo lo rápido que pudo para no perder ni un solo minuto.
Adam se detuvo unos segundos para verme y luego se centró en arrancar el coche, cerrando la boca y adoptando un gesto serio. Mientras, yo me quedé mirando hacia mi lado de la ventanilla mientras mi cerebro comenzaba moverse sin ningún tipo de control, alternando imágenes soñadas con los recuerdos. Hasta que se interpuso aquellas palabras de Adam y me hicieron sonrojarme, ahora, agresivamente. Me ardían hasta las orejas.
En el exterior comenzaban a mostrarse las nubes junto a un resplandor grisáceo pese a ser aún por la mañana.
—Adam, ¿crees que llegaremos a tiempo de verdad? —murmuré, incómodo, mientras en mi estómago comenzaba a sentir que mis intestinos se transformaban en una pelota—. ¿O...?
—Si te soy sincero... —empezó, sonriendo un poco—. Creo que Ulick es lo suficientemente fuerte, como para aguantar todo lo que le echen; sobre todo si tú eres su ancla. Aunque desconozco todo lo que haga ese potenciador, así que no tienes que ser fatalista.
—Eso espero... —suspiré y cerré los ojos para intentar no llorar. No deseaba por nada del mundo que todas esas horribles pesadillas se hicieran realidad, porque entonces caeríamos de boca contra una trampa demasiado compleja para salir indemnes—. Adam.
—Dime, zorrillo.
—Cuando te hablo de Ulick, ¿te sientes celoso? —intenté no sonar discriminatorio y tampoco morboso, pero era algo que me llamaba mucho la atención. La vez que estuvimos en la habitación de Ulick parecía un poco molesto pero, con forme pasaba el tiempo, ya no volvió a sentirse de la misma manera.
—Al principio un poco, porque ya sabes que me gustas desde que éramos niños —rio un poco entre dientes y me miró por unos segundos—. Sin embargo, estoy muy acostumbrado a no tener relaciones serias, así que con el tiempo te habitúas a «compartir» tus emociones con muchas personas.
—¿Por eso me diste la pluma, para darme un empujón? —lo miré intrigado, colocándome la palma de la mano donde estaba el regalo que me ofreció en San Valentín. Vi como sonreía, bastante contento, mientras conservaba ese rubor que se me hacía tan tierno.
—No estaba muy seguro de que acabaras sintiendo algo por mí, si te soy sincero —giró por el camino con algo de brusquedad, intentando no perder de vista el coche de Ethan y prosiguió—. Pero al ver que no te lo quitabas para nada, salvo para ducharte, me diste la esperanza de que era muy importante para ti. Y a lo mejor eso te ayudaría a valorar la opción.
—Sigo haciéndolo —le confesé—. Recuerda que Ulick es mi novio, oficialmente y es licántropo. Ellos sólo se quedan con una única persona, así que exista una tercera...
—Te da miedo su reacción —terminó por decir al verme callado durante unos segundos—. Es normal, pero si acepta que entre en tu vida con ese «permiso», te ayudaré en todo lo que pueda. Así que sólo te pediré que, cuando tomes la decisión, lo hagas porque estás totalmente seguro de ello.
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𝕯 e s e i [2]
Lobisomem【Libro II completo】 Aunque las cosas parezcan calmadas nunca hay que bajar la guardia, porque en cuanto menos te los esperes todos tus deseos se transformarán en pesadillas. No importa que la guerra no llegue; eso quiere decir que aún hay problemas...