Durante el día que estuvimos en la reserva, noté a Magnus más diferente a lo que estaba habituado. No había rastro de burla en su cara y tampoco de enfado, sin una gran y aplastante frialdad que me hacía ver terriblemente incómodo cuando nuestros ojos se cruzaban en las salas. Según Ethan, guardaba más silencio que de costumbre y que, además, se marchaba al bosque a solas con la excusa de pensar qué hacer con su vida.
Era demasiado extraño, aunque decidí no darle tanta importancia. Era un puerco asqueroso que intentó violarme, además de hablar pestes de su propio primo; de Ulick.
Pasé bastante tiempo jugando con los niños, hablando con las chicas de la manada y —aunque esto sonara muy extraño—, poco a poco, la gente de esta reserva improvisada comenzó a verme con mejores ojos tanto a mí como a Adam. Los ancianos seguían siendo desconfiados, mas no me importó, aunque no fueron groseros cuando intercambiábamos saludos y despedidas.
Y cuando quería darme cuenta, ya habíamos llegado al mes de mayo.
Las clases fueron un auténtico infierno por ser época de exámenes, provocándome dolores de cabeza y poniéndome insoportable. En más de una ocasión le hablé muy mal a Adam y, en otras, me ponía a llorar de la nada tras sentirme presionado por todo: exámenes, entrenamientos con el ojiazul, mi frustración por no encontrar a Ulick, las búsquedas infernales entre los bosques para encontrar a esa asquerosa bruja, Eddy siendo insistente para que me concentrara, la hipocresía de Helena que me sentaba como una navaja, la abrasión de Sasha con hacerme sentir bien y tranquilo —sin éxito—, las miradas odiosas de Claude... Quería explotar.
—Ya, tranquilo —susurró Adam en mi oído mientras me acariciaba las manos, estando tumbados en la cama—. Es tu último año, así que tienes que dar un poco más de ti mismo. Después serás libre y podrás hacer lo que quieras.
—¿Y si no es así, Adam? —respiré entrecortadamente por la ansiedad—. ¿Y si repito? ¿Y sí...?
No me dejó terminar la pregunta, porque él se subió encima de mi cuerpo y juntó sus labios con los míos. Colocó sus cálidas manos en mi cuello y me tentó con su lengua, haciendo que yo mismo no me negara a dejarla entrar. Nos dimos un beso largo y lento, sintiendo el hormigueo en mi pecho y suaves cosquillas en la parte baja de mi estómago.
—Todo irá bien —dijo al separar sus labios, dándome un beso breve—. Y cuando todo esto acabe iremos a donde quieras, el tiempo que desees y tendrás las veinticuatro horas del día para disfrutar de todo mi cariño —volvió a besarme de la misma forma y me arrancó, ahí, una sonrisa tímida—. Eso es, sonríe para tu búho.
—Qué bobo eres... —me reí entre dientes y pasé mis brazos alrededor de su espalda para pegarlo a mí. Inspiré aire lentamente y sentí su corazón respondiendo a mis latidos, inquietos, mientras sus manos se agarraban de mis hombros—. Sabes que Ulick no compartirá a su novio, ¿verdad?
—Bueno —suspiró con pesar—, tenemos tiempo para convencerle de que me dejes estar en tu vida sentimental... Y sexual, siempre y cuando tú lo desees —movió su cabeza para mirarme con esos ojos azules brillantes, recordándome al mar—. Soy parte de tu vida, Elijah. No sólo compartimos tribu, aunque tú no formes parte directamente de ella, sino que además tienes lo más valioso que puedo ofrecerte y nunca te lo quitas. Así que te daré lo que necesites —hizo una pausa para besar mi cuello con algo de dificultad, ayudándole en el afloje de mis brazos para que ascendiera—. Amistad, amor, sexo, comprensión... Cuando le dijiste a Irma que me querías a tu lado me hiciste muy feliz, así que ofreceré todo lo que está en mi mano.
—Adam... —murmuré un poco triste—. Ulick forma parte de mi vida, hemos compartido muchos recuerdos juntos y no sé qué pasara cuando le encontremos.
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𝕯 e s e i [2]
Manusia Serigala【Libro II completo】 Aunque las cosas parezcan calmadas nunca hay que bajar la guardia, porque en cuanto menos te los esperes todos tus deseos se transformarán en pesadillas. No importa que la guerra no llegue; eso quiere decir que aún hay problemas...