LA HEREDERA DEL INFIERNO

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La joven de nombre Charlotte después de la muerte de sus padres se encargó de no salir de la mansión o por lo menos de no ser vista cuando saliere, siempre utilizando vestido de manga larga con guantes un hermoso sombrero grande los cuales en su mayoría poseían un velo negro para cubrir su rostro, no tuvo el corazón para despedir a los servidores que allí trabajaban, los cuales podían dejar de servir a su casa en el momento que lo desearan, así fue como poco a poco pasaban aquellos años, mientras ella en aquel espejo veía como su rostro aun reflejaba la juventud de sus 16 primaveras a pesar de estar en esa mansión por más de 100, se encontraba observando con tristeza a los lejos de su ventana los últimos rayos de una tarde soleada, extrañaba aquella sensación de calor que brindaban los últimos rayos del sol al contacto con su piel y el cómo los rizos rubios de su cabello brillaban de manera angelical cuando estos reflejaban la luz del sol, ahora solo quedaba el aprecio hacia la penumbra de la noche cuando todos estuvieren descansando bajo el velo nocturno, la puerta de su habitación se abrió, para mostrar la figura de su dama de compañía, Vagatha Cabrera, la joven era una inmigrante del país de Venezuela, la misma era una muestra exquisita de lo que había en aquel país su fina figura, su cabello largo color avellana con aquellos hermosos ojos color miel, el tono moreno de su piel, la misma había perdido uno de sus ojos en un accidente durante su infancia por lo que utilizaba un parche para cubrirlo, la misma había llegado a Pensilvania gracias a un amigo de su familia, ¿recuerdan a la chica albina de la taberna rosa?, bueno pues a los que se estaban haciendo ideas debo comentarles que es un hermoso varón que ama vestirse de chica, cosa que logra gracias a sus finos y andróginos rasgos, retomando, el Joven se llamado Anthony Bianchi el mismo es un hijo de inmigrantes italianos, el mismo tuvo algunos problemas con la mafia por lo que tuvo que huir temporalmente a Venezuela, luego quedó tan agradecido que prometió que en cuanto encontrara un trabajo y un lugar estable se llevaría a Vaggie para que tuviere una mejor vida y una más tranquila, la misma halló gracia ante los ojos de Charlotte, algo que fue reciproco, la joven latina quedo fascinada con aquel aspecto gótico y sombrío que desprendía el aspecto de la heredera de los Magne, la misma se quedaba acompañando a la joven y a veces cuidándola, la misma al pasar tanto tiempo y conocer a tan fina dama no pudo evitar desarrollar sentimientos románticos que la involucraran a ella, por lo que siempre existía el temor que la joven Charlotte se enamorara de algún joven o dama de la villa, por lo que a veces le pedía que no saliera del castillo sin ella, recién había notado la presencia de los recién llegados y no pudo evitar hacer mala cara al ver que los tres eran bastante atractivos, hubo uno de ellos que fue el que más pesado le cayó y al juzgar por su nombre Alastor era un caos deambulante.

-Mi sra le pido como un favor que por nada deje la habitación durante estos días, han venido algunos forasteros a nuestro pueblo y se ven bastante arrabaleros, por su salud y sus principios en juego, por favor no salga de este recinto-

Rogó la joven latina, Charlotte le miró sin lograr entenderlo, ya que desgraciadamente debía ir a tomar sangre de algún animalillo ya que si no lo hacía temía beber la sangre de alguno de los recién llegados forasteros.

- ¿Por qué no Vagatha? Sabes bien que no es de mi agrado pasar tanto tiempo encerrada, además que tengo que recordarte que para mí desgracia debo beber sangre para mantenerme con vida, es decir prefiero sea la sangre de algún animal indefenso antes de que la sangre de algún pueblerino o forastero-

La joven agachó la mirada, a veces deseaba que aquella mujer fuere invisible para evitar que cayeren rendidos ante la belleza de hermosa doncella gótica que poseía la joven Magne.

-No soy quien para prohibirle el salir de aquí señora mía, pero le pediré entonces que cuide muchos sus pasos, no me agrada nada en especial uno de esos forasteros-

La joven asintió si con ello lograba que el turbado corazón de Vagatha se calmara un poco, andaría con cuidado, esperaría a que sus forasteros se quedaren dormidos, para poder salir al campo a encontrar su "vino".

BAJO LA LUZ DE LAS SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora