Charlotte se encontraba en el salón de baile donde por primera vez Alastor la habría visto, donde él se habría interesado en ella, se vio asi misma con un hermoso vestido rojo.
-Te ves tan hermosa querida mía. -
La joven volteo al escuchar la voz de su amado Alastor, lo miro incrédula mientras sus ojos derramaban lágrimas.
-Oh Alastor, sabía que estabas bien-
Pronto la melodía de Schubert Serenade, Alastor tomó con suavidad la mano de Charlotte.
- ¿Me concede esta última pieza por favor mademoiselle? -
Charlotte asintió mientras bailaban al compás de aquella hermosa melodía, todos estaban allí observando cómo su sueño de estar al lado de Alastor se volvía realidad.
-Me he enamorado de ti Charlotte, te amé como nunca lo había hecho-
Las palabras de Alastor alertaron a Charlotte de que algo andaba mal.
-Lo único de lo que me arrepiento fue de no casarme contigo, nisiquiera logre pedirte matrimonio, quería hacerlo volviendo de este rescate-
La joven se alejó de él con desesperación, no quería escuchar aquello que dolía.
-Aun puedes, Al querido yo iré a buscarte. -
El mismo suspiró mientras escuchaba el reloj avisando el medio día.
-Me temo querida que no hay más tiempo para nosotros, solo te pido por favor, Charlotte no me busques, no vayas devuelta a roma, te lo ruego-
Un último beso en los labios de la joven para desaparecer dejándola sola en aquel salón, todo estaba a oscuras.
-Alastor-
Dijo cayendo de rodillas mientras sus lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas y de pronto la joven despertó llevándose la mano a la boca, conteniendo aquel líquido que amenazaba con salir de su cavidad bucal, corrió con toda su poca fuerza al baño.
Se sentía mareada y demasiado débil, suponía fue al estar tanto tiempo expuesta a cosas santificadas y llenas de pureza, pero en cambio Stolas quien se encontraba vigilándola comenzaba a divisar otro tipo de problema relacionado a ello.
Mientras tanto en el vaticano la joven de nombre Gnaea se encontraba esperando a la tal Claire en sus aposentos, la misma se cubría únicamente por una delgada bata, a pesar de tener cientos de años, la dama poseía un cuerpo firme que reflejaba la juventud contraria a su edad real.
-Bien querida, bienvenida, realmente no tengo muchas cosas que ofrecerte, simplemente te he pedido que vinieras ante mí para revelarte mi secreto, el cual sé que llevarás hasta la tumba-
Pronto el cuerpo de Claire fue rodeado y ataviado con varias cuerdas, haciéndola colgar de cabeza, la joven había entrado en pánico comenzando a hacer gritos desgarradores mientras se movía de manera frenética.
-Hace mucho conocí a una dama de nombre Elizabeth Vattory, la primera vampiresa en el mundo, ella murió por mis manos, no sin antes revelarme el secreto de ¿Por qué se había mantenido tantos años tan joven y hermosa? ¿quieres saber cómo lo he hecho yo? A diferencia de Charlotte, yo no estoy condenada al manto nocturno, no necesito esconderme del sol ni mi poder se ve afectado por la simple razón de que vivo, yo estoy viva, he rejuvenecido únicamente por la sangre de jóvenes virginales quienes han muerto en mis manos, me temo que virgen ya no eres pero si eres joven, por lo que te pediré tu sangre querida para obtener más poderes, belleza y juventud, grita todo lo que desees, tus alaridos de cerdo serán acallados por los gruesos muros de mi habitación.-
El Barón Dubois apareció en la habitación, se posiciono detrás de Claire. Con una fina daga, cortó la yugular de la joven, mientras Gnaea ingresaba en la tina, llenándose de la sangre joven de Claire, bañándose con su sangre mientras la dama de nombre Claire veía cada vez más claro el fin de sus días, después de ello se desharía del cadáver como siempre lo hacía y su muerte sería todo un misterio como todos los demás encabezados sobre damas que habrían desaparecido sin dejar rastro, pronto termino de regodearse en aquella sangre cuando esta coágulo.
-Mi señora, el permiso ha sido concedido por el santo pontífice de Roma, pronto vendrán a concluir lo que has solicitado-
La dama tomó una de las copas de vino que estaban servidas al lado de la bañera y bebió casi que celebrando un triunfo.
-Perfecto, solo me falta enviar un pequeño mensaje a nuestra pequeña ramera-
Habría pasado tres días desde la última vez que Charlotte habría salido de la habitación donde se encontraba, no estaba comiendo y solo dormía, además que parecía que su cuerpo estaba algo afectado ya que salía recurrentemente a vomitar.
-Algo anda mal con la señorita Charlotte hace varios días no sale de la habitación-
Dijo Vagatha mientras Stolas parecía un poco inquieto, el sospechaba algo más tras aquellos síntomas, pero ¿acaso era eso posible?
-Mira plana no sé si estás consciente que lo más probable es que Alastor esté muerto, es obvio que esté deprimida, no hay mucho que podamos hacer ahora para reanimarla. –
Husk tampoco habría dicho ni una sola palabra desde aquel día, el apreciaba mucho a su amigo, aunque a veces no lo dijere, eran inseparables después de todo.
-Creo que él ya lo presentía. -
Dijo Stolas cortando aquel silencio como si lo hubiera hecho con un filoso cuchillo captando la mirada y la atención de todos en aquella sala.
-Lo siento, pero Alastor parecía haber aceptado su muerte antes de que esta llegara, me pidió que pasara lo que pasara resguardara a Charlotte, su vida era la prioridad, Alastor tomó la decisión no solo porque la amaba, creo que Alastor sospechaba que tal vez en el vientre de Charlotte se albergara una vida-
Todos se escandalizaron al oír lo dicho por Stolas.
-Algo que posiblemente tenga mucho sentido digo ellos parecían conejos cogiendo cada que podían-
Dijo Blitzo apoyando el punto de vista de Stolas, mientras Husk abrió la boca después de tantos días.
-No pueden culparlo era virgen cuando la conoció y créanme eso fue suerte, perder la virginidad con una dama de esa estirpe wao hasta a mí me sorprendió. -
Stolas sonrió al ver que por fin Husk había dicho algo más que solo un "aja".
-Papá, pero ¿Por qué sospechas que sea eso?, no hay embarazos vampíricos que estén registrados al menos no en los libros, además de la aberración de aquella maldita película ¿Cómo se llamaba crespustulos, copustulo? -
En ese momento Angel la corrigió-.
-Crepúsculo-
La joven le dio la razón a Angel, Stolas por su parte suspiró con fastidio, como olvidar la tan mencionada bazofia de vampiros, no sabía ni como esa porquería había tenido tanto éxito.
-Es obvio, los muertos no pueden dar hijos, pero Alastor estaba vivo en ese momento, sus espermatozoides probablemente también, no lo sé a ciencia cierta, no soy científico, pero sus síntomas sí parecen o se asemejan mucho a los de una mujer embarazada, no sé cómo podamos salir de las dudas, pero creo que tendremos que convencerla de cuidarse más y de ayudarle a alimentarse-
Dijo el joven Stolas, los demás asintieron, por su parte Millie y Moxxie además de Baxter agradecieron y además pidieron disculpas, las cuales fueron recibidas ya que después de todo ellos también les ayudaron a huir, Blitzo por su parte les dijo que volviendo a tenessi había un emprendimiento que quería llevar a cabo y que los reclutaría ya que sus capacidades eran muy especiales. Por su parte Charlotte se encontraba acostada en la cama mirando hacia el techo, mientras por acto reflejo sin darse cuenta, sin ser realmente consciente de su acción, llevó la mano hacia su vientre.
-Alastor, no creo que sea posible, no quiero que sea real, no puedes haber muerto, no ahora que soy libre nuevamente. -
Dijo mientras lloraba amargamente, la joven aún se rehusaba a creer en esa respuesta, muy en el fondo de su marchito corazón albergaba la esperanza de volver a verle.
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BAJO LA LUZ DE LAS SOMBRAS
Fiksi PenggemarAlastor trabaja en un periódico desmintiendo mitos, una de esas travesías le llevara a una aventura increíble y descabellada a la ciudad de Pensilvania