TERRIBLE NOTICIA

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Pronto los jóvenes se movilizaron nuevamente a Roma a pesar de todas las alertas que le decía a Charlotte que no debía seguir con esto, pero siempre quería seguir su instinto y tener la esperanza de volver a verle, como la muy muy miserable tenía menos seguidores por lo que pensaban eran menos enemigos con los que pelear, de hecho, el ingreso fue demasiado sencillo. Alguno que otro rezagado, de los que los demás lograron deshacerse, por lo menos hasta que Charlotte llegó al pasadizo que daba hacia aquel pabellón principal donde el barón Dubois apareció frente a ella.

-Esta vez no preciosa, ahora si podré entretenerme entre tus dulces piernas. -

La joven sintió la mano de Husk sobre su hombro.

-Apresúrate linda, ve por él-

La joven se apresuró hasta llegar al salón principal donde aquel día a ella le habrían condenado a morir.

-Alastor querido aquí estoy-

Detrás de ella se escucharon los aplausos, los tacones resonaban cuando caminaba golpeando el fino piso de mármol.

-Mis felicitaciones condenada y hermosa semilla maldita, asi que deseas ver a tu querido amado, primero deberás pelear conmigo para verlo-

La joven se sentía frustrada y enfadada, ¿Cómo podía solicitarle tal cosa?, la haría pagar todas las noches que lloró por verlo a él, por retenerle de esa forma, pero Charlotte notó algo extraño en Gnaea, aún más cuando el iris de esta dama se tornó en rojo.

-Debo decirte que mi secreto debe marcharse contigo, yo he vivido tanto tiempo gracias al secreto que me reveló Elizabeth Vattory antes de morir en mis manos, la sangre de las jóvenes doncellas es un gran antioxidante. -

La joven frunció el entrecejo, le molestaba que quien juraba ser pura y correcta, quien había dicho que ella era un monstruo fuera del mismo tipo que ella.

- ¿Cómo puedes entonces cazarme, si eres igual a mí? –

La dama de cabellos blancos rio estruendosamente mientras observaba con desdén a la dama de nombre Charlotte.

-No querida, al salir la luz del sol yo querida mía estaré en pie mientras tú te convertirás en cenizas, es la diferencia entre alimentarte de sangre a simplemente bañarte en ella. -

Dijo mientras se mostraba una apariencia más aterradora, Charlotte por su parte no se amedrento, su esclerótica se tornó en sangre y sus iris amarillos, una vampiresa completamente pura contra una bazofia luchando por la vida de un hombre que posiblemente ya no estaba en ese mundo, ambas poseían bastante poder y Charlotte la hacía temer por su vida hasta que, en un golpe, la joven se sostuvo de lo que parecía un féretro para no caer.

-Querías ver a tu amado, porque no detallas a quien yace en ese féretro del que te sostienes para no caer al piso. -

La joven se enderezó para observar con amargura que el que yacía en ese féretro era Alastor, sus ojos estaban cerrados y se veía pálido.

-Alastor, despierta, por favor, Alastor-

Intento golpear el vidrio solo para quemarse la piel, haciéndola retroceder.

- ¿Qué intentas de hacer niña tonta? Que no ves que su alma ya no está en su cuerpo-

Charlotte miraba con enfado a la dama de cabellos blancos.

-No... no quiero creerlo, esto debe ser una broma-

Dijo mientras observaba el cuerpo inerte de su amado.

- ¿Quién puede bromear con algo así querida?, créeme nadie sobrevive a una bala en la frente, aunque fue deliciosa la cara de tristeza al saber que no volvería a verte. -

BAJO LA LUZ DE LAS SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora