UN ÚLTIMO VALS

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El día prontamente llegó, Alastor se encontraba algo resfriado por la estupidez cometida el día anterior, Charlotte lo notó porque se escuchaba congestionado, además de escucharlo estornudar varias veces.

-Deberías quedarte aquí, no deberías salir. -

Dijo Charlotte poniendo su mano sobre la frente de Alastor, para el antes mencionado se sentía grata aquella mano fría sobre su frente caliente.

-No te preocupes, es solo un resfrió, no hace falta que te preocupes por ello. -

Dijo el joven evitando todo tipo de contacto con la joven, desde el día anterior la sensación extraña al estar cerca de ella se había intensificado asi como sus pensamientos hacia ella, él joven marchó con tranquilidad dejándole sola.

Al llegar al edificio donde laboraba, el joven comenzó a laborar con regularidad a excepción que esta vez sus compañeros tenía que repetir su nombre tres veces y de manera que su voz se escuchare fuerte y claro ya que parecía completamente en otro mundo.

-Oye raro de mierda ¿Qué te sucede? -

Alastor volteo a ver a Husk el mismo sin comprender absolutamente nada, el mismo dejo de leer unos segundos.

-No me sucede nada. -

En eso Sir Pen quien escuchó lo dicho por Husk llegó corriendo al lugar, comenzando claramente a revisar a Alastor.

-La vampira ya lo idiotizo, eso fue por eso actúa como tonto. -

Alastor se puso de pie, Sir Pen notó en ese momento que ya había logrado hacer enfadar a Alastor.

-a mí nadie me idiotizo en todo caso, no me pasa nada, además ¿de dónde sacas que es una vampira? –

Alastor suspiró con fastidio su mirada reflejaba arrepentimiento.

-Solo diré que hice algo que no debí hacer-

Husk lo miró con sorpresa, ver en una misma oración Alastor y hacer algo indebido al mismo tiempo no es algo muy normal.

- ¿Te cogiste a alguien? -

Alastor le miró con fastidio y negó con la cabeza.

-Es obvio que no haría algo como eso sería muy estúpido de mi parte ¿no crees Husk? –

El mismo bajó su ánimo, ya que quería oír por primera vez que el siempre sr perfecto Alastor había fallado o caído en la tentación.

Pronto llegó con Rossie, la misma lo esperaba con una invitada especial, Charlotte volteo a ver en la dirección de Alastor, la misma se encontraba vestida con un vestido de tela pegado al cuerpo color gris, se veía todavía más tentadora que con la blusa empapada y la falda negra.

-Hola joven Rousseau-

Alastor tragó grueso y desvió la mirada en el momento que recordó lo del día anterior.

-Hola joven Magne, Rossie a ti también buenas tardes, vengo por el traje para mi boda. -

Rossie asintió, mientras se lo daba a Alastor para que se lo probara, salió de los vestidores y a Charlotte le gustó lo que vio.

-Se ve tan apuesto joven Alastor, el rojo y el negro fueron hechos especialmente para usted, resaltar como el novio más atractivo del universo-

Dijo con suavidad la joven haciendo que Alastor se ruborizara, Rossie por fin comprendió que algo había sucedido entre ellos dos, luego de que Alastor se cambió de ropa ambos fueron a lugar donde se casaría el joven, sería en el campo una pequeña e improvisada boda en los dominios de la naturaleza.

-Debo practicar el baile con Claire asi que esperaremos a que ella llegue, si gustas me esperas aquí-

En ese momento el celular de Alastor comenzó a sonar, el mismo no esperaba que Claire le llamara.

-Cielo...perdona... me surgió un contra... tiempo por lo que no podré... ir... ¿puedes practicar sin mí?... digo después de todo nos veremos... en la boda...-

Dijo Claire quien parecía estar conteniéndose, algo en esa llamada no le agradaba mucho al pelicastaño, pero decidió dejarlo pasar.

-Perfecto cariño, nos vemos en la boda-

Dijo en un claro enfado, realmente no porque la amara ni nada de eso si no que le hiciera perder tiempo.

-Bien no vendrá. ¿te gustaría ayudarme a practicar señorita Magne? -

La joven asintió de manera positiva con la cabeza.

-Perfecto, entonces manos a la obra-

El celular de Alastor comenzó a reproducir la melodía Matrimonio de Amor interpretada por Richard clayderman, el joven guio a la joven hasta el centro de lo que sería la pista, hizo un ademan, siendo respondido por una elegante reverencia de parte de la joven Charlotte, la acercó a él, la dama colocó una de sus manos sobre el hombro del caballero mientras que este la colocó en la espalda media de la joven, luego juntaron sus manos, y comenzaron el vals, ambos gratos de la compañía mutua además de la compañía de la luz de la luna y el brillo de las estrellas, una leve inclinación de vez en cuando, la dama en sus brazos era sencilla de guiar, sabía que con Claire tendría uno que otro problema pero eso en ese momento no le importaba.

-Bailas muy bien joven Rousseau, digno de un caballero de fina cuna en mis tiempos-

El joven aceptó aquel alago para luego sonreír y continuar con el baile.

-Es porque tengo a una hermosa y fina dama que se deja guiar y que además aprende muy rápido-

Dijo mientras se terminaba el baile con una muy leve inclinación, Alastor al verla tan fácil de manejar no pudo evitar sentirse tentado por segunda vez de besar aquellos hermosos labios, la sensación del día anterior aún estaba en los propios, sus pensamientos volvieron a su lugar y se incorporó para luego separarse de la joven Magne.

-Bien ahora tengo que pensar en los votos-

Charlotte suspiró con tristeza, sabía que los votos en un matrimonio serían como la declaración de las facultades por las cuales él la eligió a ella como su esposa, una fina y larga declaración de amor.

-No sé dónde empezar. -

Claramente Alastor no tenía una idea de cómo conquistar a una dama con palabras lo que la hizo sentir feliz, aquel día que hablo con ella de forma tan galante lo delataba, jamás fue su intención enamorarla.

-Piense en las cosas que debes decir, lo que sientes por ella y cómo quieres vivir tus días con ella.

Alastor rio al ver que solo tenía respuestas negativas, tomo las manos de Charlotte.

-Oh querida mía, desde el día que te conocí has sido un gran dolor de muelas, no deseo ver tu cara, cuando estoy contigo siento nauseas, además de sentirme mareado por ese horrible perfume que utilizas, ni que hablar de lo asfixiado que me haces sentir con tus caricias, desearía que en nuestro matrimonio no tuviere que hablarte, verte o tocarte, pero bueno yo decidí tomar esta decisión porque... ese es el punto ya no se ni porque lo hago-

Ambos se miraron a los ojos y comenzaron a reír al compás.

-No le dirás eso debes ser dulce.

Alastor suspiró nuevamente, cerró los ojos por un momento y se enfocó en ella.

-Claire desde el día en que te conocí mi mundo dejo de tener un sentido lógico o científico, nada de lo que logras me parece que tenga una explicación, esto que siento por ti tampoco lo tiene o tal vez sí, pero no quiero saberlo, desearía pasar no solo esta vida si no mi eternidad a tu lado, porque te amo y prometo amarte aún más allá de la propia muerte-

Los ojos de Charlotte brillaban con la intensidad de las estrellas, esas palabras tan hermosas algo le decía que no iban dirigidas a Claire, pero era lógico que él no aceptaría tal cosa.

-Bien, justo algo como eso puedes decir, derretirás el corazón de cualquier mujer con esas palabras. -

Dijo Charlotte ocultando la esperanza en lo más recóndito de su alma, lo amaba, pero él estaba decidido a dar ese mal paso, no había en ella nada que lograse detenerlo.

-Gracias, lo tomaré en cuenta. -

BAJO LA LUZ DE LAS SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora