SIETE MINUTOS

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WINTER, HACE NUEVE AÑOS.

Papá mintió sobre algunas cosas. Con Henry había llegado otro niño, Harry Darkmoon al parecer, su madre y su padre habían muerto a mano de la rebelión. Ellos estaban detrás de miembros de la realeza y acaban con ellos por ser "injustos" y sus padres tuvieron mala suerte. Solo llego unos meses después de Henry pero la diferencia es que esta vez, mi padre no nos consultó.

No me cae muy bien, se la pasa molestándome y poniéndome de nervios. Mamá dice que sea paciente con él, que la esta pasando mal. Y por Dios, eso estoy intentando.

Cierro mi casillero cuando veo a Henry venir feliz con dos cafés en sus manos. Hablando de personas que me caen bien. Henry, es como mi hermano mayor ahora.

—Traje tu café, aunque le puse dos sobres de azúcar porque tu padre me matará si te doy el café amargo—Dice con una sonrisa.

Lo abrazo y veo algunas chicas mirarme mal. Tranquilas, es mi hermano. O algo así.

—No tienes que traerme el café todas las mañanas y tampoco tienes que dar reporte con mi padre.

Me pica el puente de la nariz y me suelta con una risita:—¿Si no te doy el café, con que energía vas a enfrentar a Virginia hoy?

—¡Dios! ¿Otra vez discutiendo? ¿No te cansas? Apuesto a que varios aquí ya estamos cansados de la misma charla en la cena, si dejaras el tema Dominic y yo podríamos ir a poner nuestro tiempo en algo más interesante—Dijo Harry justo detrás de mi con Dominic a su lado riendo.

—Estoy segura que todo el disfrute de tu tiempo tiene todo que ver conmigo pero no seas tan predecible—Contra-ataqué.

Mientras Henry iba tres grados adelante, Harry y yo estábamos en el mismo curso y mi hermano solo un grado atrás. Lo que quiere decir que yo me tenía que soportar a Virginia y a Harry.
Le di un beso a Henry en la mejilla y me fui a clase dejando los otros dos idiotas en el pasillo.

La clase era más pesada hoy, anoche apenas si había conciliado el sueño, las clases de historia me habían tomado más tiempo del que había considerado. Mamá quería que fuera una reina preparada y quería que estuviera orgullosa de mi.
Anotaba en mi cuaderno con los dedos como mantequilla mientras mi párpados querían cerrarse con fuerza y dormir seis horas más.

—Claro que puede dormirse en clase, tiene privilegios extra por ser la próxima reina—Habló Virginia con un tono burlón.

Traté de ignorarla, pero no soportaba que alguien dijera que tenía ventaja por mi familia cuando lo único que eso significaba era que debía trabajar más duro.

—Si, unas preferimos los privilegios que nos da el apellido que el esforzarnos usando las pollas como escalones para alcanzar nuestras metas—Solté con rabia.

Harry soltó una carcajada y Virginia le envió una mirada furiosa.

—Maldita perr...

No había terminado la oración cuando mi mano ya había aterrizado en su piel, la cachetada sonó tan fuerte que temblé. Mi palma ardió...

—¡Winter! A la dirección ahora.

Yo ya estaba saliendo por esa puerta de todos modos.

Dos horas más tarde.

—¡¿Que creíste que hacías!?—Mi madre gritó—¿Tú crees que una mujer con tu apellido debería estar montando estos numeritos?

—¡Ella me insultó! ¡Lleva atacándome desde primer año!

—¡No me interesa! Debes poner tu energía en cosas importantes, estudiar para que quizás comiences a tomar esto con seriedad.

—Lo estoy tomando con seriedad, mamá—susurré.

LA ELEGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora