Las pruebas de Narcisa

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CAPÍTULO 19, PARTE 2.

El día paso más rápido de lo que Harry hubiese esperado, un par de horas de sueño para recuperar el descanso perdido de la madrugada, una película y unos cuántos ejercicios de cálculo y ahí estaba conversando con Andrómeda por el teléfono cuando Kreacher apareció con para avisarle que la cena estaba servida.

Fue otra comida relativamente silenciosa, aunque esta vez Narcisa estuvo de humor para entablar una cordial conversación con él. Así se enteró de que la mujer era poseedora de un viñedo en Francia y se estaba aventurando en el mundo de los licores, una empresa en la que Draco al parecer tenía mucha fe. Harry no tenía idea de vinos, el era un tipo de cervezas e hidromiel, el vino decían era un gusto adquirido, pero él no se veía con la paciencia de adquirirlo.

-Bien madre, has estado evadiéndolo todo el día, háblame sobre el asunto por el que querías ver a Potter- dijo Draco una vez Kreacher retiró los platos.

-¿No puedes esperar a un momento más apropiado cariño?- preguntó la mujer manteniendo su postura rígida.

-No- contestó Malfoy como si la respuesta estuviese escrita en el aire -Tengo prisa por zanjar el asunto.

-¿Por qué?- Harry se adelantó a la pregunta de Narcisa.

-Porque si Potter, quiero poder sentirme en control de mi propia vida y no puedo si no entiendo qué demonios está ocurriendo- rugió molesto.

"pero no lo tienes, no lo tenemos, el control es una ilusión y a nosotros nos la quitaron hace tiempo Malfoy" quiso responder, pero la suplica implícita de los ojos plata lo contuvo.

-Bien, voy a hacer una serie de pruebas, pero no quiero preguntas antes de tiempo- contestó Narcisa quien también miraba a su hijo con expresión seria.

-Vamos a ello.

No habían pasado ni cinco minutos cuando la mujer volvió al comedor con una caja de madera levitando tras de sí.

-¿un cajón con tierra?- preguntó Harry curioso, Draco frunció el ceño y su nariz dio el habitual saltito.

-Sin preguntas- contestó escuetamente Narcisa- Quiero que posen sus manos sobre la tierra, que se concentren y me digan lo que sienten. Draco me ha dicho que la profesora Sprout los ha hecho sentir los brotes bajo la tierra, esto es lo mismo, díganme qué ven en la tierra.

Habían pasado casi dos meses desde que la magia de Draco había dado las primeras señas de volver, esa noche que había curado la mano de Harry. Sin embargo, antes de ello había estado más de un año sin sentir el flujo de la magia en su cuerpo, por lo que el chispazo de corriente eléctrica aún le provocaba sorpresa y familiaridad a igual partes.

Ese chispazo que lo recorrió por completo cuando su mano y la de Potter se encontraron sobre la tierra húmeda. Harry por su lado sentía que se le revolvía el estómago, durante bastante tiempo había tenido miedo a su magia, esa que desde los once años había amado con todo su ser, esa que le había dado una identidad más allá del niño de la alacena, esa chispa que rápidamente se convertía en un fuego incontenible, en una bomba de tiempo. Sin embargo ahí, sobre la tierra húmeda y el tacto frio pero suave de Draco, ese fuego se convirtió en un flujo de energía reconfortante.

Era como un río, un escurrir quieto y calmo como el agua y a la vez lleno de vida y energía como las chimeneas en Gryffindor. Un río que penetraba en la tierra bajo sus manos y la envolvía. Harry podía sentir la sensación de un campo de hierbas en la nuca, el sonido del viento moviendo las ramas, la luz verde colándose entre las hojas del bosque. El olor de la tierra húmeda, el sol calentándole la piel, cientos de dientes de león. No, no eran dientes de león, eran las plantas luminosas en el campo de Salazar, las "malezas".

Not Just Boys [Drarry || Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora