Not Just Boys [Drarry || Harco]

Un nuevo milenio

CAPÍTULO 25, PARTE 2

Mientras vaciaba los viales de felix felicis en los tragos de sus amigos Harry había imaginado que las peleas disminuirían, quizás harían otra apuesta en torno a una estupidez que Harry terminaría pagando, en el peor de los casos Blaise conseguiría que Pansy por fin lo sacara de la friendzone. En ningún momento, jamás, ni más loco de los escenarios, se había imaginado que su hogar se convertiría en un club clandestino.

-Eh Luna ¡sube el volumen de la música!- escuchó gritar a Angelina desde algún rincón, demasiado melosa con George.

Luna acató la petición y subió el volumen de la radio encantada que en ese momento tocaba los mejores hits bailables del año. Michael Corner, un poco pasado de tragos o de pociones (a Harry ya le era dificil distinguirlo) bailaba con Padma que de vez en cuando escaneaba el lugar en busca de su hermana. Un poco más allá Neville le hablaba a Hannah Abbot sobre las leyendas del árbol de navidad. Hermione y Pansy estaban en las escaleras, conversaban animadamente con Cho Chang y Daphne Greengrass.

Kreacher estaba un poco atacado con el bullicio, pero cuando Harry le encargó la tarea de lanzar perdición del ladrón a todo quien cruzará su humor había mejorado bastante. Ahora andaba por ahí, entre la cocina y sus aposentos.

Tambien habían llegado (quién sabe como) Justin Finch, Susan Bones, Lee Jordan, Olliver Wood y, de alguna forma, una buena parte del escuadrón de escobas de Hogwarts. Harry era consciente de que Magnus Bane estaba en alguna parte de su segundo piso dándose el lote con Alec. Kirby y Rainclouds estaban metidos en la cocina preparando tragos que tenían a todos o demasiado animados. Jace y Clary  habían cogido el papel de repartidores de alcohol. Incluso Demelza y Ritchie habían hecho aparición en la improvisada reunión y jugaban algún estúpido juego de cartas con Ron y Blaise.

Y todo lo que se había necesitado para desatar aquel caos había sido recordarle a Pansy que Draco no podía salir a festejar en un club londinsese, incluso si era uno muggle. Aquel pequeño comentario y un poco de cabreo por parte de la slytherin habían sido suficiente para que Hermione decidiera que si no podían ir a la fiesta siempre podían traer la fiesta a ellos.

Se alegraba de que se estuviesen llevando bien. Pero presentía que tendría que invertir mucho tiempo en la limpieza de su hogar antes de volver a Hogwarts y no podía estar del todo tranquilo sabiendo que tenían alcohol, pociones de dudosa reputación y muchos menores de edad en un mismo espacio.

-Te dije que no querías a Pansy y Blaise en tu casa para año nuevo- le recordó Draco estrechando un poco más su mano entre las suyas. Harry contestó con una sonrisa a medias, aunque no por ello menos feliz.

Realmente, era un año nuevo feliz y no tenía nada por lo que preocuparse demasiado, excepto por...

Sintió las guardas de la casa vibrar por la presión de la red flu. No pudo evitar apretar un poco más la mano de Draco, se pregunto si le estaría haciendo daño. Si lo estaba haciendo, Draco no replicó, simplemente le dedicó una fugaz mirada de comprensión.

Harry inspiró y dejó ceder las protecciones. Seamus fue el primero en salir de la chimenea, le dedicó un leve asentimiento a Harry en forma de agradecimiento. Lo cierto es que Finnigan había aparecido en Grimmauld Place una hora antes, luego de saludar muy tímidamente a Harry y conversar un rato con Blaise y Ron se había comenzado a despedir de todos excusándose de que no podía pasar al nuevo milenio sin ver a su mejor amigo.

No había sido tan difícil como lo había imaginado en un comienzo, cuando la idea cruzó su cabeza,.Seguramente había contribuido que luego de Navidad había intercambiado un par de cartas con su ex (Draco estaba bastante complacido de que Denébola tuviese trabajo y la oportunidad de volar). Como fuese, el impulso le había ganado y le dijo a Seamus que podía invitar a Dean si quería. El escoses no se había hecho mucho de rogar y prometió volver pronto si es que Ginny y su novio aceptaban la invitación. Ahora era obvio que lo habían hecho. Porque las guardas volvían a estremecerse dando la señal de que Harry tenía más invitados.