Not Just Boys [Drarry || Harco]

El niño metamorfomago

CAPÍTULO 15, PARTE 2.

Draco estaba sin palabras, los ojos verdes del infante le miraban con curiosidad y él no sabía cómo responder a eso, jamás había estado cerca de niños pequeños. Harry se acercó a él pasando sus brazos bajo las piernas del niño para que este pudiese moverse con más libertad.

-Teddy, él es tu tío Draco Malfoy ¿Puedes decir Draco Teddy?- el pequeño frunció el ceño y rápidamente se refugió en el pecho del de lentes.

-¡Agy!- repitió arrugando sus manitas en la chaqueta del mago.

-No te está rechazando querido, es solo que ha extrañado mucho a Harry- comentó Andrómeda haciéndose parte del momento -No le ha visto desde que inició el año escolar, me sorprendería si lo suelta en lo que resta del día.

-Está bien- contestó el rubio aún desconcertado por la situación en la que se encontraba -. Soy un extraño, él no debería confiar en extraños.

-Ya verás lo rápido que adquieres el titulo de familia- Andrómeda se parecía mucho a su hermana Bellatrix, pero la mirada dulce y la sonrisa sincera que le dedico a Draco en aquel momento solo le recordó al muchacho la calidez y el amor de su madre.

Sentía que iba a estallar en cualquier minuto, y no sabía si era por la felicidad o por la pena ¿Cómo era que podía hablarle de aquella forma, cuando su familia no había tenido nada más que malas palabras para ella? ¿Cómo podía transmitirle tanta seguridad con el suave agarre en su hombro? Ella tenía un brillo de soledad en los ojos y aún así su sonrisa era cálida y reconfortante.

-Querido, eres mi sobrino y tú no me has hecho nada. Si crees que te culpo por algo, estas equivocado. Eras solo un chico- los brazos de Andrómeda rodearon al rubio que ya sin poder contenerlo comenzó a derramar silenciosas lágrimas mientras intentaba corresponder el abrazo.

Se separaron un par de minutos después y Harry no estaba por ninguna parte, Draco frunció el ceño, porque si bien le agradaba sentir que le habían dado su espacio para vivir aquel momento con su tía. Estaba en una casa que no conocía para nada.

-Deberías sacarte el abrigo, hay un perchero de ese lado de la chimenea- el rubio agradeció la intervención de la bruja e hizo exactamente lo que se le había indicado, notando que aún llevaba consigo la bolsa con la compra de Honeydukes.

-Harry ha comprado calaveras de chocolate en Honeydukes- comentó sin saber muy bien que otra cosa decir -... y chocolates de verduras, creo que son para Teddy.

-Oh, pero son más de las que yo podría comer. Sé que son mis favoritas pero ¿qué pretende ese muchacho?

-Sucede que hay algunas para mí- respondió avergonzado -También son mis favoritas.

-¿Tu madre sigue prefiriendo los calderos?- Draco asintió.

-Aunque creo que no le gustan los de Honeydukes. En la mansión Malfoy una de las alacenas de la cocina tiene un stock muy antiguo de calderos de chocolate de Honey Dukes, siempre me fue prohibido tocarlos, pero ella solo los guarda en esa alacena. Lo hacía ella misma, para que ni siquiera los elfos los tocaran- la sonrisa de Andrómeda tuvo un leve cambio, tornándose ligeramente más sombría.

-Seguramente no los come porque los enviaba yo. Durante nuestros años en Hogwarts pasamos mucho tiempo en Honeydukes, tu madre y yo siempre compartimos el gusto por los dulces. Bella era más de cosas saladas- explicó -Bueno, creo que será mejor guardar estas para más tarde. Vamos a buscar a Harry, quiero despedirme de Teddy.

-¿No se queda a pasar el día?- preguntó Draco extrañado.

-Así que Harry no te ha dicho nada ¿verdad?