Not Just Boys [Drarry || Harco]

El salón de los Black

CAPÍTULO 16, PARTE 1.

La película había estado realmente buena.  Por su puesto, habían cosas que Draco no entendía, como eso del cohete espacial ¿en verdad los muggles creían que era tan sencillo ir al espacio? No había forma de que tuviesen cohetes espaciales en los restaurantes de pizza ¿verdad? Tendría que preguntárselo a Harry más tarde. Pero más allá de eso, Draco concluyó que las películas eran indudablemente geniales.

Por otro lado, el almuerzo no fue tan agradable. Fiel a su amenaza Harry le obligó a alimentar al pequeño Teddy. En consecuencia,  había terminado sucio con puré de patatas y el infante apenas había comido la mitad de su plato. Aun así, Harry le dijo que era un buen logro y Draco no supo si aquello significaba que debía preocuparse por la alimentación del niño.

Luego de eso, terminaron de recorrer la casa, aunque prácticamente solo les quedaba el ático. Draco se sorprendió bastante con el lugar, estaba acondicionado con una cocina pequeña pero bastante cómoda, diversas hierbas colgaban desde el techo y en conjunto con la estufa a leña otorgaban al espacio un aspecto rústico.

-¿Por qué una cocina aquí?- había preguntado.

-Bueno, la cocina principal esta muy lejos, a veces me quedo hasta tarde en la biblioteca o en el salón de juegos y si tengo ganas de comer no me apetece bajar tantas escaleras. Además, esta cocina sólo la utilizo yo. Kreacher tiene prohibido cocinar aquí- contestó con un leve sonrojo.

-Sería un buen lugar para instalar un caldero- comentó estudiando las hierbas colgantes.

-¡Pelota!- exclamó Teddy revolviéndose una vez más en brazos de Harry.

-Ya Teddy, ya iremos a jugar- respondió el de lentes tranquilizando al niño.

-¿Qué hay detrás de esa puerta?- preguntó el rubio apuntando a la única puerta que había en el ático.

-Tinajas, siempre me ha gustado sumergirme en agua caliente pero no puedo tener algo tan grande como el baño de prefectos, así que instale baños japoneses.

-Eres un excéntrico ¿lo sabes no?

-Estuve luchando contra el más grande mago tenebroso desde los once años, creo que puedo ser un poquito excéntrico- se defendió -. En todo caso, no me imagino la gran mansión Malfoy, esa que tiene pavos reales albinos en sus jardines, como un lugar poco excéntrico. Podría apostar mi vida a que también tienen un cuarto con tinajas.

-No seas estúpido Potter- gruñó el rubio comenzando a bajar las escaleras -, en la mansión hay dos réplicas del baño de prefectos.

El resto de la tarde fue tranquila, jugaron en el salón principal un rato. Teddy perseguía la pelota de un lado a otro solo para de vez en cuando cogerla con sus manitas y lanzarla torpemente hacia alguno de los mayores. Harry se vio obligado a utilizar un hechizo de barrera sobre la chimenea para que la pelota no cayese por casualidad en el fuego.

Después de eso, el pequeño metamorfomago no tardó demasiado en caer rendido ante el cansancio. Le llevaron a su habitación y le acostaron con cuidado, cerraron las cortinas para que ni la luz ni el sonido de la calle pudiesen perturbar su sueño y con un suave movimiento de su varita Harry encendió una pequeña lampara que adorno la habitación con lobos danzantes. Fue obvio para Draco que aquella secuencia de acciones era ya casi un ritual institucionalizado porque Kreacher apareció con un suave plop sin que le llamaran y le informó a Harry que velaría por el niño.

-Aún quedan dos horas para que el hechizo en cabeza de puerco desaparezca, pero no creo que Andrómeda tarde demasiado ¿Te apetece hacer algo?- preguntó el azabache.