Capítulo 2.

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Artista de la imagen: nori2017009 (twitter)

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—Hey, Fushiguro. —su mano golpeó varias veces la puerta, sin obtener una respuesta. — ¡Si no te levantas vas a llegar tarde a clases! —levantó su voz con la esperanza de obtener una respuesta, pero el cuarto estaba repleto de silencio. —Que raro... —con su mano tomó el pestillo de la puerta, después de varios intentos dejó su idea de entrar al cuarto de lado. La habitación estaba cerrada con llave. 

— ¿Por qué está encerrado? —la voz de la maldición que tenía encerrada en su interior resonó en sus oídos, suspiró cansado ante ello. Al inició le parecía curioso como la maldición podía manifestar una boca por la parte que quisiera de su cuerpo, pero con el tiempo se volvió molesto no poder controlar eso y que la maldición hablara siempre que quisiera.

— ¿Te he dicho lo molesto que es que comiences a hablar de la nada? —se rindió ante la idea de sacar a su amigo de la habitación y comenzó a caminar para ir junto a su compañeros y profesor.

—No responde mi pregunta, además me gusta molestarte, es la única forma que tengo para entretenerme.

— ¿Cómo quieres que te responda algo que no sé? Desde que conozco a Fushiguro siempre que enferma falta unos días a clases, supongo que no quiere que lo molestemos o algo por el estilo, pero me preocupa que se aparte, ¿qué pasa si se desmaya o algo le pasa? No hay forma de que nos demos cuenta.

—Tus preocupaciones no son mi problema. —y al decir esto la segunda boca desapareció de su rostro. El resto de su trayecto fue en silencio.

[...]

— ¿Fushiguro no quería salir de su habitación? —preguntó confundida su superior de tercer año.

—Sí, toqué su puerta en la mañana y como no respondía intenté entrar, pero estaba con llave, ¿no es eso prohibido?

—No es prohibido, pero me sorprende que Fushiguro falte a clases solo por estar enfermo, no es ese tipo de persona.

— ¿No es ese tipo de persona? Cada ciertos meses no viene a clases porque enferma y falta mínimo 4 días, a veces un poco más. El director tiene muy consentido a Fushiguro, no sé como no lo expulsan por ausencias. —la de castaños cabellos se metió en la conversación.

—Lo dices como si esta fuera una escuela normal. 

Lo que decía su compañera le refresco la memoria, nunca se había percatado de ello, pero era verdad, ¿cada cuánto tiempo era? ¿Cada tres o cuatro meses? Lo único que se le cruzaba por la mente es que su amigo tenía la habilidad de decidir cuando enfermar, pero, ¿a quién le gustaría enfermarse por puro gusto? Descartó su teoría casi que en el momento que cruzó su mente. Entonces, ¿cuál era el motivo? Simplemente no tenía sentido, Fushiguro era un beta, ¿no es así? No tiene un periodo de celo como los alfas y omegas para necesitar aislarse del resto. Intentaba pensar en algún motivo creíble, pero ninguno terminaba de encajar en el rompecabezas.

— ¿Fushiguro enfermaba mucho de pequeño? —decidió salir de su burbuja de pensamientos, después de todo no lo estaba llevando a ningún lado, no encontraría respuesta alguna ahí. La mejor solución era preguntarle a alguien que lo conocía desde pequeño.

—Siendo sincera no puedo darte una respuesta, le veía de vez en cuando, pero tampoco tenía una relación tan estrecha con él. —la alfa intentaba recordar algún momento que le hubiera visto enfermo, pero a su mente no llegaba ningún recuerdo sobre ello.

— ¿Por qué tan pensativos? —su conversación se vio interrumpida por su profesor, su rostro reflejaba que deseaba unirse a lo que fuera que estuvieran hablando.

Hijo del Diablo [SukuFushi/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora