Artista de la imagen: oosienoo (twitter)
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El pequeño bebé continuaba llorando, no reconocía quien lo estaba cargando, no quería estar en los brazos de un desconocido, lloraba al sentir el aroma de su madre y que no fuera por él. El corazón del omega dolía al escuchar la desesperación de su hijo.
—No te lo voy a repetir, Kugisaki, deja a mi hijo y lárgate.
—Fushiguro, escuchame...
— ¿Escucharte? ¿Qué quieres que escuche? ¡En cuanto se dieron cuenta de mi embarazo me trataron de matar! No me dejaron explicar nada, no me dejaron defenderme, ¡no sabían absolutamente nada!
—Es porque era probable que fuera el hijo de Sukuna.
—No, simplemente lo asumieron, no tenían forma de comprobarlo, ¡deja de tratar de excusarlos! ¿Qué gano con volver? Van a matarme en cuanto tengan la oportunidad.
—No, hablemos tranquilamente, prometo que no van a hacerte daño.
— ¿Hablar? ¿Después de que prefirieron atacar y matar a quien se les cruzara por el frente? Solo vienen por mi hijo, no hubieran tratado de lastimarme si fuera como tú dices.
—Es porque este lugar está lleno de maldiciones, hay que exorcisarlas, lo sabes, hay gente que puede morir por su causa, tenemos que buscar la manera de que sobreviva la mayor cantidad de personas posibles.
La situación sobrepasaba sus límites, no quería volver, solamente quería alejarse con su familia. Que una de las personas que consideraba una amiga fuera la causante del llanto de su bebé le paniqueada, conocía sus habilidades, sabía podría hacerle daño a su hijo y eso realmente le aterraba.
Comenzó a sentir una presión sobre su espalda, no le lastimaba por la tela que cubría su cuerpo, pero era algo filoso, estaba seguro de ello. Volteó su mirada con cuidado, un hechicero le amenazaba con una lanza, la punta estaba perfectamente colocada sobre uno de sus puntos vitales.
— ¿Me consideran una maldición? ¿Por eso vinieron a matarme?
— ¡No! Las cosas no son así, solo escúchame. ¿No extrañas toda tu vida de antes? ¿No extrañas los días en los que éramos solo nosotros tres? Recuperemos a Itadori y volvamos a ello.
—No, escúchame tú a mí. En un año mi mundo se rompió a pedazos, las personas que pensé que me protegerían trataron de matarme sin dejarme explicar, las maldiciones que tanto me esforcé por eliminar me acogieron y me dieron un trato más humano que el que me ofrecieron los hechiceros, casi muero dando a luz, y si no morí en ese momento es porque tengo que proteger a mi hijo, ¡dejen de pensar que con su emocionalismo barato van a comprarme! ¡Mátalo!
El sonido del metal cayendo al suelo resonó por toda la habitación, ya no había nada en su espalda que atentara contra su vida, por otra parte el hechicero que le amenazaba comenzó a ser atacado por el perro divino sin darle oportunidad alguna de defenderse. La sangre comenzó a correr por el suelo, los gritos que escapaban de la garganta del hechicero se fueron apagando con el paso de los segundos.
— ¡Fushiguro! —su apellido resonó como si le regañaran, su mirada cargada de rabia se plantó en su ex compañera.
—Ellos solo tratan de sobrevivir al igual que los humanos. Si llegaron para atacar y causar una masacre no esperes que haya compasión alguna.
— ¿Los defienden? Ellos son los malos.
— ¡Tú no sabes nada! ¿Realmente son ellos malos? No me han hecho daño, me tratan con respeto, ¡no me discriminan por ser un maldito omega! Es fácil hablar cuando no has pasado por nada. No estoy siendo obligado a estar aquí, nunca se me fue obligado a nada, decidí tener este bebé por mi propia cuenta, me voy a quedar aquí con mi familia.
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Hijo del Diablo [SukuFushi/Omegaverse]
FanfictionNo sabía por cuanto tiempo continuaría con vida, no planeaba dejar el plano existencial en el que se encontraba, tampoco iba a permitir que le arrancaran la vida, pero no podía arriesgarse de nuevo, su poder debía seguir existiendo aun si no era él...