Capítulo 21.

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Si alguien conoce al artista me lo indica por favor ♥

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Observaba todo con cuidado, sentía que todo transcurría en cámara lenta, ningún detalle se le escapaba. Las heridas, la sangre, ¿qué había pasado? Las maldiciones parecían calmadas, pero el pánico podía sentirse en el aire, él no era la excepción.

Tenía la idea que su alfa era invencible, que a pesar de recibir golpes y rasguños no lo vería sangrando o con heridas realmente graves, contrario a los humanos él podía sanarse, ¿cómo era posible verlo de esa manera? ¿Contra quién peleó? Sostuvo a su hijo con más fuerza mientras el pequeño hacía ruido sin darse cuenta de la gravedad de la situación. Quería acercarse, pero no lograba mover sus pies, tenía miedo de lo que pudiera observar más de cerca, sabía que estaba vivo, su marca se lo decía, y a pesar de que le aliviaba saberlo el miedo seguía presente, ¿el que lo dejó de esa manera lo había seguido? ¿Estaban cerca del peligro? No, probablemente no, su pareja no dejaría que se acercaran a ellos.

Lo pies le pesaban, no sentía la fuerza para mover las piernas, pero aún así decidió hacerlo, las maldiciones, parecían haberse olvidado de su presencia, nadie le explicaba nada, estaban centrados en colocar al alfa sobre la cama, pudo ver como la maldición que usaba ropa de monje atravesaba la puerta y se acercaba a su alfa, probablemente para evaluar la situación.

—Uraume. —su voz salió más débil de lo que esperaba, ¿era por el miedo? Solo en eso podía pensar.

—Saquen a Fushiguro-sama del cuarto. —los que estaban cerca obedecieron la orden y se acercaron al omega, no lo tocaron ni obligaron, solo querían escoltarlo a otra habitación. El omega clavaba sus iris en la persona de blancos cabellos, esperando que dijera algo más, pero las palabras nunca llegaron.

—No quiero irme. —si existía la posibilidad de quedarse ahí quería tomarla, quería ver qué pasaba, quería una explicación, no entendía nada, no lograba atar cabos por más lo intentara, ver la sangre que abandonaba el cuerpo del rey de las maldiciones lo ponía nervioso, pero aún así no quería irse, quería estar ahí, a su lado.

—Fushiguro-sama, obedezcame solo por esta vez, por favor. —no quería hacerlo, el tono de voz era el mismo de siempre, pero se sentía diferente, no le estaba dando una orden, pero por alguna razón parecía realmente querer que él no se encontrara en el cuarto, por lo que comenzó a caminar con su hijo en brazos, ocultando su pequeño rostro en su hombro. Probablemente no recordará la escena o se exaltará por lo que pueda llegar a ver, pero prefería evitar que sus ojos vieran toda la sangre, más cuando venía del cuerpo de su progenitor.

Trataron de escoltarlo a otra habitación para que pudiera descansar, pero no podría, no quería. Su pequeño continuaba despierto y la imagen de su pareja malherido continuaba grabada en sus ojos, no podría borrarla tan fácil, ni comportarse como si nada pasara. Pidió pasar el tiempo en la habitación que funcionaba como sala del trono, ninguna maldición se opuso a esto, fue guiado con cuidado hasta el lugar solicitado.

El aroma de su alfa inundó sus fosas nasales, era un olor bastante fuerte, después de todo era el lugar en el que mayor tiempo pasaba. Entró con pasos ligeros, pensando que tal vez el pequeño se estaba quedando dormido al no escucharlo hacer ruido, pidió estar solo y nadie se negó, todos abandonaron ese lugar en cuanto las palabras fueron pronunciadas. Caminando lentamente y meciendo a su bebé comenzó a dirigirse hasta el sofá que funcionaba como trono, al escuchar una ligera risa supo que el niño no estaba dormido, suspiró con cansancio ante esto, decidió dejar de luchar contra su hijo.

Se sentó en el sofá que estaba impregnado del olor de su alfa, era donde mayor se concentraban sus feromonas, el de ojos morados se puso inquieto al percibir el aroma de su padre, el omega trató de distraerle, después de todo no lo iba a encontrar en ese lugar. Jugó con él un poco, le hablaba de vez en cuando, le mecía, le besaba en la mejilla, tocaba sus diminutos dedos de los pies al saber que le hacía gracia, su melodiosa risa lo distraía bastante. Lo tenía sentado en sus piernas cuando notó cómo llevaba su mano a la boca y como se recostaba contra su pecho, tenía hambre.

Hijo del Diablo [SukuFushi/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora