Capítulo 26.

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En buena teoría esto iba a ser publicado a finales de enero, pero mi novia cumplió años a principios de febrero y me pidió una historia de regalo; luego de eso estuve ocupadísima con la universidad, so sí jeje.

Como nota, yo les dije que iba a continuar con esto, solo que me iba a tomar mi tiempo para ello porque cuando digo que estoy con mucho encima, es en serio. No es regaño, pero me desmotiva bastante ver comentarios donde dan por sentado que no lo voy a seguir cuando ya he dicho varias veces que sí. Se los comento más que todo por si el capítulo no es tan wow, prácticamente lo terminé a la fuerza para que no pasara más tiempo.

Si alguna del grupo de whatsapp ve esto, holis, les dedico el cap, muak.

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Conforme pasan los días, puede darse cuenta de cómo su hijo va creciendo. Es más risueño, juguetón, le interesan mucho los animales, duerme más. Verlo dormir es de alguna manera relajante. El mundo está jodido, deben luchar por vivir, aunque eso involucre asesinar, pero Raiden descansa como si nada importara.

— ¿Tienes todo listo? —siente las manos de su alfa rodear su cintura, también como apoya el mentón sobre su cabeza.

—Sí, creo. Solo falta alguna que otra cosa de Raiden.

Ha pasado un mes desde la reunión junto a Getō y se les informó que pueden hacer la mudanza cuando lo deseen.

Durante todas esas semanas, Sukuna se encargó de reorganizar las tropas, avisar a las maldiciones escogidas por su pareja que irían con ellos a la nueva ubicación y eliminar al que estuvo filtrando información. Megumi por su parte se concentró por completo a su bebé y fortalecerse, a veces con la ayuda del alfa, a veces con Uraume.

—Te siento tenso.

—Sabes por qué es. Solo no quiero mudarme otra vez, menos a un lugar en el que sabes que ni mi bebé ni yo somos bienvenidos.

—En cuanto el peligro acabe nos iremos de ahí, ¿sí? —el omega asiente. Aleja los brazos de su pareja y con ello se da la vuelta.

— ¿Debemos irnos mañana a fuerzas?

—Es lo planeado, ¿por qué?

—Han pasado casi tres meses desde mi celo, debe llegar en cualquier momento y prefiero que no sea en ese lugar, si pudiera pasarlo aquí estaría más tranquilo.

—Podemos posponerlo, pero no por mucho tiempo, ¿cuándo debe llegar?

—Ni idea, sé que pronto. Antes lo anotaba en mi celular y tenía una idea más clara, pero ahora solo estoy consciente de los meses que hay entre celos. —el alfa suspira resignado.

—Déjame pensarlo un rato, ¿sí? —escuchan un pequeño sonido provenir de su bebé, al dirigir la mirada lo ven dormido, pero no descartan la idea de que estuvieran cerca de despertarlo—. ¿Vamos a fuera? —recibe un asentimiento y caminan hasta el jardín donde se quedan en el engawa. No hay muchas maldiciones en la casa, no importa si los ven siendo afectivos o no, por lo que Megumi se sienta en medio de las piernas de Sukuna, recostando su espalda en el pecho contrario. El alfa le abraza y deja caer su mentón sobre la cabeza pelinegra.

—Raiden está a punto de cumplir los seis meses.

—Sí... ¿tiene algo en especial?

—Es cuando los bebés comienzan con la alimentación complementaria, por lo menos los humanos, se supone pueden comenzar a alimentarse papillas, no solo la leche.

—Ya veo, hablaré con Uraume.

— ¿Qué se supone debe comer?

— ¿A qué te refieres?

Hijo del Diablo [SukuFushi/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora