Hijo del Diablo [SukuFushi/Omegaverse]

Capítulo 24.

Artista: noriiyyy (twitter)

Amixes no entren a la universidad, eso no es de Dios. Tras de eso me dio covid jajan't.

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— ¿Por qué deberíamos confiar en ustedes? —cuestionó el alfa. Sabía que ambas maldiciones no eran de fiar, por supuesto que estaba dispuesto a todo para acabar con el problema principal, pero tampoco se arriesgaría por beneficio; su pareja dudaba de los hombres que trataban de ayudarlos a pesar de que se encontraba apoyando a las maldiciones, sabía que no les perdonaría tan fácil lo que fuera que hicieran en el pasado, pero si continuaba con un mal sentir hacia ellos era por algo.

— ¿Y por qué no? Es ganar-ganar, nos deshacemos del mayor problema de las maldiciones y nos aliamos, tendremos más manos a la disposición en caso de un ataque. —explicó la maldición de cabello negro. El alfa parecía pensárselo bastante, el omega solo tenía mala cara mientras trataba de mantener a su hijo quieto al querer tocar al shikigami; la situación era extraña, por su parte el omega tenía bastantes dudas, estaba seguro de que su destinado solo veía los pros y los contras, se preguntaba si estaría bien hablar. —Pueden trasladarse con nosotros si así lo desean, estamos en una zona segura y nadie conoce la ubicación, probablemente no podremos recibir a todos, pero sí a los que ustedes consideren importantes, pueden mover al resto de peones al lugar que quieran

—Quisiera saber algo. —la voz del omega resonó en la habitación, los ojos de las maldiciones se posaron sobre él. — ¿Cómo dieron con este lugar? No solo ustedes, los hechiceros también estaban muy cerca de la zona, que conveniente, ¿no? —habló con tono burlón. —Justo ahora que no estamos en buena posición aparecen, ¿por qué ahora? ¿Por qué no antes?

—Parece que no eres idiota, ¿no es así? —se río la maldición con cicatrices en el rostro. El lobo de jade gruñó mientras el alfa le observaba en forma de amenaza; desconocían cuan fuerte era el omega a ese momento, sabían que el alfa no estaba en su mejor condición, pero probablemente no era la mejor idea provocarles. — ¿Insinúas algo en particular sobre nosotros?

—Fue Mahito de forma anónima quien le notificó a los hechiceros, no voy a negar eso. —podían darse cuenta del enojo y odio aumentando en el alfa y omega, pero era mejor ser honestos y ganarse su confianza antes de ser eliminados por el mismo rey de las maldiciones, parecía que su compañero no parecía darse cuenta de la situación en la que se encontraban. —Aunque la información la obtuvimos nosotros también de forma reciente, la ubicación nos fue brindada por uno de sus subordinados, no la obtuvimos por arte de magia. Tienen ratas en sus filas, deberían tener cuidado.

—Sí, me encargaré de eliminarlos después. Me intriga y sorprende más la valentía de ambos para venir aquí para colaborar cuando no han hecho más que ponernos el pie, ¿qué méritos tienen para que aceptemos que se nos unan? Derrotar a un hechicero no es algo del otro mundo, es el más fuerte sí, pero no es inmortal, es solo un humano y su resistencia no es infinita, alguna manera siempre va a existir. —trataba de darle apoyo a su omega, pero la verdad es que tenía la mente en blanco y sabía que las maldiciones, o por lo menos Getō, no iban a ceder tan fácil; si estaban en ese lugar es porque necesitaban de su ayuda, les hacía falta fuerza y poder, tal vez solo querían moverse bajo su nombre; no era de extrañar que recurrieran a él, todas las maldiciones se movían bajo sus órdenes, con su poder casi completo no faltaba mucho para que comenzara a moverse el reloj.

—No tenemos méritos, eso es verdad, pero no lo vean por el lado de "¿qué obtendremos?"; como lo mencioné antes esto es ganar-ganar, no es un secreto la fuerza de ambas partes, tendremos más apoyo de ser necesario y actualmente deshacernos de Gojō Satoru es el objetivo de ambos bandos, ¿por qué no una alianza? Mientras nos prestan el poder de ambos nosotros les damos refugio, cualquier pequeña traición sería suficiente para romper el acuerdo, después de deshacerse del estorbo principal ustedes deciden si mantener la alianza. Pueden poner las condiciones que gusten y nosotros las nuestras, si logramos llegar a un acuerdo perfecto y de no ser así seguiremos como hasta ahora. —y la oferta sonaba cada vez más tentadora en la cabeza del alfa, ni siquiera era por la alianza, le daba completamente igual tener más manos en sus filas, conseguir maldiciones fuertes que quisieran ayudarle no era difícil ni un problema, era el lugar seguro lo que llamaba su atención; no sabía donde se encontraba ubicado ese lugar a pesar de saber de la existencia de las maldiciones y sus aliados desde poco después de volver a la vida, probablemente era un lugar bastante seguro y era lo que necesitaba, un lugar donde su hijo y omega pudieran estar sin necesidad de estar pendientes por su vida.