53

0 0 0
                                    

Arian se despertó.

Sabía que estaba en un hospital por el inconfundible olor y recordó haber recobrado a ratos el conocimiento, pero no sentía el dolor.

También sintió un extraño vacío y supo la razón. Había perdido el niño.

Lo sabía aunque nadie se lo hubiera dicho.

Había tenido vida dentro de ella y ya no había nada y Aria sentía... nada.

Nada excepto una sensación de inevitabilidad. No estaba en su destino haber tenido ese niño como no había estado tener a Eliot. Ahora él era libre.

Sus ojos empezaron a estudiar la habitación. Era de noche y se preguntó qué noche sería. ¿Había estado allí un día o más? No importaba demasiado. Ya nada importaba demasiado. Su mirada encontró a Eliot, recostado sobre un sillón al lado de la ventana, profundamente dormido.

No parecía estar cómodo y seguramente tendría dolor de cuello cuando se despertara. Había una sombra de barba en su cara y parecía llevar la misma ropa que cuando salieron a buscar al niño que se había perdido.

Entonces sólo había pasado un día. Era martes. Como si hubiera sentido su mirada, Eliot se movió y abrió los ojos.

Cuando se dio cuenta de que estaba despierta, se sentó rápidamente, quejándose y tocándose el cuello dolorido.

- ¡Maldita sea, estas sillas son un instrumento de tortura! -se quejó aunque su mirada estaba fija en Aria, comprobando su estado.

-Deberías haberte ido a dormir a casa.

-No hasta que supiera cómo estabas -contestó él sentándose en el borde de la cama.

Aria apartó las piernas para dejarle sitio.

-Estoy bien, solo un poco magullada.

Eliot iba a decir algo pero parecía no encontrar las palabras adecuadas.

-Aria... -empezó, tomando su mano.

-Ya lo sé, no tienes que decírmelo. Sé que he perdido el niño -dijo sin pasión.

Aria vio que tenía los ojos enrojecidos y se preguntó si habría estado llorando. No le pareció posible y dejó de pensar en ello.

-Los médicos han dicho que fue el shock. Lo siento, Aria. De verdad quería ese niño.

- ¿Ah, sí? -murmuró ella.

- ¡Claro! ¿Cómo puedes dudarlo? -dijo eliot levantando la voz..

-Lo siento. No quería molestarte.

Su tono era desapasionado y Eliot la miró como si no diera crédito a lo que oía.

- ¿Qué te pasa? Te portas como si no te importara, pero yo sé que tú también querías ese niño.

-Las cosas ahora son menos complicadas.

- ¿Menos complicadas? No sabes lo que estás diciendo. Tú no eres así, tiene que haber sido el shock. Quizá deberías hablar con un médico.

Ella se encogió de hombros indiferente.

-De verdad, vete a casa Eliot. No quiero que te pongas enfermo.

Eliot se levantó de repente y se iba a marchar, pero se dio la vuelta de nuevo.

- ¡Deja de preocuparte por mí, maldita sea! ¡Yo no soy el que ha tenido un accidente! ¡Creí que estabas muerta!

-Pero no estoy muerta. He perdido a mi hijo, pero eso les ocurre a muchas mujeres. Le ocurre a cientos de mujeres cada día.

- ¿Y todas aceptan la noticia como tú? ¿Sin una lágrima? ¿Te estás escuchando a ti misma? ¡Podrías estar hablando del tiempo! -exclamó Eliot enfurecido.

Ario lo miró extrañada.

- ¿Por qué estás tan enfadado? ¿No te das cuenta de que es lo mejor que podía pasar?

- ¿Lo mejor? ¿Lo mejor para quién?

-Para ti, por supuesto. Ahora eres libre.

- ¿Libre? Aria, ¿de qué estás hablando?

-Eres libre para empezar una nueva vida.

Eliot no respondió inmediatamente. Se acercó hacia la ventana y miró al exterior. Cuando habló, lo hizo sin darse la vuelta.

-Ya veo. Eres muy generosa. ¿Y qué ocurrirá contigo?

- ¿Conmigo?

Se dio la vuelta, pero la distancia y la oscuridad hacían que Aria no pudiera ver su expresión.

- ¿Qué vas a hacer tú con tu vida?

-Ya pensaré en algo. Pero eso no es importante. Sólo quiero que sepas que eres libre y que no tendrás que volver a arrepentirte de nada.

- ¿Tú crees que no tendré que arrepentirme de nada ahora que soy... libre? -preguntó suavemente.

Aria suspiró, sintiéndose muy, muy cansada.

-Sé que no, así que ya ves, ha sido lo mejor que podía pasar.

- ¿Crees que no te quiero, Aria?

el prometido de mi hermana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora