Alcanzando una estrella ¡Vkook! ✔️

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Un sonido proveniente de una máquina de hospital fue lo que despertó a Jungkook, su cabeza pesaba una tonelada y dolió como un demonio, pero eso no era lo que alteraba a Jungkook, pues sabía que había tenido un accidente y era normal que su cabeza doliera a tan alto grado, lo que realmente asustaba al castaño, era la falta de luz en su habitación, por unos segundos creyó que solo estaba de noche y decidieron apagar todo para que él pudiera descansar con tranquilidad, pero unos sollozos le dieron a entender que no estaba solo ¿Entonces por qué estaba tan oscuro? Eso lo empezaba preocupar.

Una mano calida y familiar rozó la suya con delicadeza, era su madre quien se encontraba a su lado llorando a mares como si el fin del mundo hubiera llegado, Jungkook tardó unos segundos en poder sincronizar su cerebro con su habla y aunque al principio sus palabras eran entendibles, con la práctica pudo hablar fluidamente.

-M-mamá -titubeó- ¿Por qué todo está tan oscuro?

-Hijo -dijo su madre llorando con más fuerza-, todo aquí está brillante, la luz del sol entra por la venta y las lámparas hacen todo más visible.

-No estés jugando mamá -musitó con su voz enojada-. No puedo ver nada.

-Y nunca volverás a ver Jungkook -la voz del doctor se hizo presente. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Jungkook.

El doctor le explicó a Jungkook como había pasado las cosas; todo había pasado muy rápido, pero era entendible, un fuerte golpe en la cabeza hizo que las córneas de sus ojos -aquellas que le permitían ver- se dañarán a tal punto, que la vista de Jungkook jamás se podría arreglar, incluso si alguien le donara unas nuevas córneas no serviría, todo intento por una vista nueva sería en vano. Jungkook soltó una carcajada un poco sobre actuada, el doctor y su madre habían hecho una gran broma para asustarlo, o eso era lo que él pensaba.

Su madre seguía llorando sin consuelo alguno, mientras que el padre de Jungkook se encontraba al lado de su madre tratando de darle ánimos, pero todos allí sabían que algo así no tendría remedio. Jungkook en su desesperación salió de cama cayendo al suelo, caminó con pasos torpes hacia la ventana que se encontraba junto a su cama y abrió las cortinas tratando de mirar la ciudad, si estaba de noche igual podría ver las grandes farolas, luces y lámparas que adornaban la ciudad, pero su alma falleció al ver que todo seguía igual, oscuro.

-No, no puede ser verdad -sollozó- ¡Díganme que no es verdad! Por favor, todo debe ser una broma.

-Traté de que esto no pasara Jungkook -comentó su padre-, pero no me hiciste caso.

-No lo regañes cariño -oro su madre casi inaudible-. Ahora lo que menos importa es el pasado, Jungkook está pasando por algo terrible y debemos apoyarlo.

El castaño sentía su corazón palpitar con rapidez, por una estupidez como conducir borracho, había causado su ceguera eterna, jamás volvería a ver los colores, ni siquiera podría seguir con su carrera de arte, nunca podría volver a tocar o diseñar un cuadro lleno de pinturas coloridas, él mismo había cavado su tumba y era demasiado tarde para arrepentirse.

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