SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)

CAPÍTULO 4

11:00 p.m.

—Esta semana me recordó cuánto extraño tenerte en casa por la noche. — Juliana le dijo a Valentina mientras los dos se tendían en el suelo frente a la chimenea. Después de recoger a Mía en la escuela, salieron a cenar pizza y luego se acurrucaron con sus hijos y tuvieron un maratón de películas de Disney. Leonardo se durmió primero, se acurrucó en el regazo de Valentina y, una hora más tarde, Mía estaba profundamente dormida, acurrucada al lado de Juliana. Una vez que los llevaron arriba y los metieron en la cama, dándoles besos en la cara, volvieron a la sala y se relajaron frente a la chimenea, compartiendo una botella de champán.

—Yo también extraño esto. — Valentina asintió. —Te echo de menos. — Añadió tímidamente, inclinándose hacia adelante para besar dulcemente a Juliana. —Tienes una linda rutina con ellos por la noche, eres como una máquina bien engrasada. — Ella bromeó. Juliana se rió.

—Mía trabaja mejor con la rutina, lo sabes, de lo contrario corre como loca por toda la casa. — Tomó un sorbo de su champán y dejó la copa, apoyando su mano en la cadera de Valentina. —Amo a nuestros hijos, pero pueden ser muy inquietos por la noche.

—Eso veo. — Valentina asintió. —Bueno, hablaré con el departamento sobre cambiar mi horario al primer turno nuevamente. No debería ser un problema, debido a mi antigüedad.

—Bien. — Juliana miró a Valentina, admirando cómo las llamas del fuego hacían que su rostro brillara. —Eres tan linda, mi amor.

Valentina la miró a los ojos y admitió que se sonrojó.

—Gracias, amor, tú también. — Ella respondió, agachando un poco la cabeza. Juliana levantó la barbilla y volvió a conectar sus labios. —Estoy tan emocionada por la cita de mañana.

—Yo también. — Valentina sonrió. —¿Cuándo fue la última vez que salimos a pasar la noche sin los chicos? Sin contar una cena de trabajo con algunos de tus clientes.

Juliana pasó sus dedos por el costado de Valentina, frotando su espalda cuando tosió levemente.

—Ha pasado un tiempo.

—¿Fue antes de Leo?

—Maldita sea... Sí, ¿no? — Preguntó Juliana. —Ha pasado un año, bebé.

—Bueno, a veces tomamos bebidas o intentamos ver una película después de dejar a tus clientes, pero sólo una noche en la que planeamos salir y pasar el rato y disfrutar la una de la otra, definitivamente fue antes de Leo. — Confirmó Valentina.

—Wow. — Juliana exclamó, mientras sus ojos se abrían.

—Hemos pasado el rato en casa y hemos tenido más que suficientes noches de películas aquí, y algunas actividades muy necesarias de mamá y mami cuando los niños están dormidos. — Valentina movió las cejas con una gran sonrisa. —Pero también quiero vestirme bien y llevarte por la ciudad.

—No puedo esperar. — Juliana le guiñó un ojo. —Siempre nos aseguramos de tener nuestro tiempo de entretenimiento para adultos.

—¿Entretenimiento para adultos? — Valentina se rió. —Siempre estás en modo de trabajo, bebé.

—¿Yo? — Juliana se sonrojó. —No soy yo la que gritó en la repetición de Grey's Anatomy la otra noche, que estaban tardando demasiado durante la cirugía.

Valentina se rió.

—Acababa de conocer una manera más eficiente de salvar al paciente, y pensé que, si gritaba lo suficiente, Christina me escucharía.

—Sin mencionar que Mía te hizo una pregunta simple y tú abriste diagramas en tu iPad para mostrársela. — Juliana bromeó.

—Okey. — Valentina asintió. —A veces es difícil para mí salir del modo médico. Pero mañana sólo somos Juliana y Valentina Carvajal-Valdés.