SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)

CAPÍTULO 36

Domingo 8 p.m.

—Oye, recoge tu juguete, no sé por qué lo trajiste—. Valentina suspiró hacia uno de los cachorros, quien dejó caer su juguete y se negó a recogerlo, en lugar de eso tomó un palo. Valentina se agachó y recogió el juguete que Hansel dejó atrás y lo arrojó en el carrito que empujaba a su lado, en el cual Leonardo iba sentado adormilado, con un ejército de peluches de Snoopy rodeándolo y uno firmemente en su mano.

—No. — Leonardo tomó el juguete y lo arrojó furiosamente fuera del carro.

—Leonardo. — Valentina lo regañó. —Déjalo ahí. — Le dijo, inclinándose y recogiendo el juguete nuevamente, arrojándolo en el carrito, uno de los cachorros saltando sobre los brazos de Valentina cuando ella se agachó. Le sonrió al cachorro, frotándole detrás de la oreja por unos momentos antes de comenzar a caminar nuevamente.

Leonardo miró fijamente el juguete y, enojado, lo arrojó fuera del carro nuevamente, Valentina puso los ojos en blanco y guardó el juguete en el bolsillo de su sudadera.

—¿Lleta?

—No, es demasiado tarde, además, ya deberías estar en la cama. — Valentina sacudió la cabeza rápidamente. —Llegaremos a casa pronto, luego será la hora del baño y mami te leerá un cuento.

—Mami. — Leonardo intentó levantarse, pero Valentina se detuvo rápidamente, no queriendo que se cayera.

—Siéntate, bebé—. Valentina le dijo, mientras uno de los cachorros saltaba al carro y se sentaba.

—Mami. — Leonardo extendió sus brazos hacia Valentina, una indicación de que quería que lo cargara en lugar de que lo empujara. Valentina vio lo cansado que estaba, así que subió al otro cachorro en el carrito, riéndose cuando ambos se acostaron, abrazados, probablemente cansados ​​por la larga caminata que habían realizado durante los últimos 45 minutos.

—Ven con mami—. Valentina lo levantó y agarró un Snoopy para que lo sostuviera. —Sé que estás cansado, cariño—. Susurró, besándolo en la frente y moviendo al bebé para que estuviera cómodo. —Regresemos a casa.

—Snoopy.

—Sí, Snoopy también viene a casa—. Le aseguró Valentina, mientras Leonardo exhalaba profundamente y cerraba los ojos. Comenzó a tararear suavemente, sonriendo cortésmente a las diferentes personas que vio paseando a sus perros o caminando con cochecitos, mientras se daba la vuelta y se dirigía de regreso a su casa. Logró sacar su celular del bolsillo cuando lo sintió vibrar y contestó rápidamente.

—Hola, Juls.

—Oye, ¿ya vas a regresar a casa?

—Sí, Leo se durmió, así que ahora lo estoy cargando y empujando a los perros en el carrito.

Juliana se rió.

—Bueno. Mía acaba de salir del baño, ¿qué loción quieres que lo ponga?

—La loción de la botella azul, le dije que la use por la noche ya que está medicada. Simplemente que use una capa ligera y no tendrá que usar su ungüento.

—Bueno.

—Estaremos en casa pronto, ¿puedes prepararme un baño para Leo, por favor? Puedes prepararlo en nuestra habitación y yo me bañaré con él. Llegaremos en unos quince minutos.

—Claro.

—Gracias.