CAPÍTULO 32

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8 p.m.

Valentina pasó por la sala con una canasta de ropa sucia y se detuvo para mirar a su esposa e hijos. Juliana estaba sentada junto a Mía en el sofá, ayudándola a estudiar para un examen de ortografía, mientras que Leonardo se sentaba en su regazo, a horcajadas sobre ella y mirando a su hermana, abrazando a Juliana con fuerza, claramente luchando contra el sueño. Ambos chicos estaban muy apegados a Juliana, felices de tenerla en casa, así que Valentina preparó la cena y limpió la cocina sola, queriendo darles ese tiempo juntos. Desde que aseguraron la nueva casa y obtuvieron las llaves antes de regresar a Nueva York, Valentina quería comenzar a empacar y acelerar el proceso para tenerlos a todos bajo el mismo techo de forma permanente, por lo que estaba lavando ropa para poder separarla y seleccionar alguna para donar.

—Mamá. — Leonardo suspiró y se inclinó hacia atrás para mirar a Juliana.

—Sí, bebé. — Dijo Juliana suavemente, besando la parte superior de su cabeza. —Es casi la hora de dormir para ti. — Añadió, recostándose un poco más en el sofá, para que Leonardo quedara más reclinado. Miró fijamente a Valentina, quien le sonrió y agarró una fina manta de la canasta a sus pies, se acercó y cubrió a Leonardo, quien la miró y exhaló contra el pecho de Juliana, temiendo que la castaña lo quisiera llevar a la cama. Valentina la besó la parte superior de su cabeza y notó que se aferraba con más fuerza a Juliana, ella abrazándolo con más fuerza.

—Puedes quedarte con tu mamá—. Valentina se rió, luego besando a Mía en la sien. —¿Lista para tu examen?

—Creo que sí. — Mía asintió. —Son muchas palabras, pero creo que estaré lista.

Valentina se sentó en el suelo frente al fuego y asintió hacia Juliana, indicándole que estaba lista para hablar. Juliana se levantó y cargó a Leonardo, lo sentó a su lado y dio unas palmaditas en el suelo para que Mía se uniera a ellas, lo cual hizo rápidamente.

—Bueno, Mía, aparte de extrañarte muchísimo y querer verte y abrazarte y todo eso, la razón por la que estoy en la ciudad es porque ya tenemos la casa en Arizona—. Juliana sonrió.

—¡Vaya! — Mía sonrió felizmente. —¿Entonces nos mudaremos esta semana?

—No exactamente. — Valentina sonrió. —Tienes una semana de clases todavía, pero tu mamá regresará a Phoniex el domingo por la noche...

—¿Tú también vas a volver? — Preguntó Mía.

Valentina negó con la cabeza. —No, cariño, me quedaré aquí contigo y ayudaré a mamá a elegir los muebles y otras cosas por FaceTime. — le dijo, rodeando a Mía con su brazo cuando se acercó a ella. —Realmente quería estar allí con tu mamá para elegir los muebles y hacer algunas otras cosas con ella, pero me iré el jueves y nos quedaremos hasta el sábado por la tarde, para ir ordenando la casa. Luego regresaré aquí el sábado, terminaremos de empacar todo y luego las dos volaremos de regreso a Phoenix definitivamente el martes por la mañana.

—¿Dónde estará Leo? —Preguntó Mía.

Juliana acarició la espalda del pequeño y miró fijamente a Valentina. —Leo se quedará conmigo cuando tu mamá regrese el próximo sábado para ultimar las cosas y buscarte.

—¿No tienes que trabajar? — Preguntó Mía. —¿Dónde se quedará Leo?

—Sólo tengo que trabajar el lunes, pero voy a trabajar desde casa. Y si tengo alguna reunión, entonces lo solucionaré. Hay una guardería en el edificio donde trabajo, justo en mi piso.

Mía frunció el ceño, pero asintió. —Entonces, ¿ya no tengo que quedarme con tía Daniela? —Preguntó Mía.

—Sólo por las dos noches que me iré esta semana—. Valentina asintió.

SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora