SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)

CAPÍTULO 11

Maratón 1/4

Valentina se aclaró la garganta suavemente mientras continuaba masajeando la espalda baja de Juliana bajo el agua en la bañera, antes de besar su hombro y recostarse, apoyando la cabeza en la pared.

Después de cenar con los chicos, Juliana condujo hasta que Leonardo se quedó profundamente dormido en su asiento de seguridad, y Mía puso la cabeza contra la puerta para quedarse dormida.

Ella miraba a Valentina, quien cantaba suavemente siguiendo la música y la miraba a hurtadillas con una suave sonrisa.

No hablaron de Daniela en absoluto, pero Mía siguió preguntando cuándo podría volver a la casa de Daniela, a lo que Valentina rápidamente cambió de tema y mencionó que la Navidad se acercaba rápidamente, haciéndole saber a Mía que debería empezar a pensar en los regalos que quería.

Una vez que llegaron a casa, Valentina puso a Leonardo en la cama después de darle un baño caliente, riendo cada vez que su cabecita caía tratando de luchar contra su sueño, mientras Juliana se aseguraba de que Mía estuviera lista para dormir. Valentina notó que se agarraba la espalda nuevamente, así que preparó un baño caliente para las dos, encendió los chorros de su jacuzzi, ayudó a Juliana a entrar, sosteniendo su cintura con fuerza mientras se acomodaba entre sus piernas y suspiró de alivio cuando el calor del agua comenzó a aliviar su dolor de espalda.

—Has estado callada desde que llegamos a casa. — Juliana dijo, girando su cabeza para besar la mandíbula de Valentina. —¿Qué tienes en mente?

Valentina se echó hacia atrás, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Juliana, frotando su estómago.

—Mucho de nada. — Ella se encogió de hombros en respuesta.

—¿Te molestó ver a Daniela?

—No quiero hablar de ella, Juliana. — Dijo Valentina en voz baja. —Por favor, pasemos una noche sin mencionarla.

Juliana se volvió de nuevo para mirarla a los ojos y asintió con la cabeza antes de juntar sus labios.

—¿Puedes frotarme la espalda de nuevo?

Valentina rápidamente movió sus manos a su espalda y comenzó a frotar allí de nuevo.

—¿Cuándo es tu cita con la doctora de nuevo?

—El próximo miércoles.

—Está bien. Quiero hacerle algunas preguntas. — Dijo Valentina, frotando su dedo arriba y abajo de la columna lumbar de Juliana, notando su leve estremecimiento. —¿Dolió?

—Un poco.

Valentina hizo una nota mental y masajeó el área a su alrededor, antes de pasar lentamente su dedo sobre el lugar nuevamente, tratando de sentir cualquier hinchazón.

—¿Sigues bien?

—Sí, creo que es sólo dolor de espalda. — Juliana le aseguró.

—Está bien, salgamos para que pueda darte un masaje. — Sugirió Valentina, levantándose primero y secándose, luego se puso una camiseta sin mangas y pantalones cortos antes de ayudar a Juliana a salir, notando lo lento que se ponía de pie. La ayudó a secarse y le entregó la pijama, viendo a Juliana salir lentamente del baño mientras vaciaba la bañera y la limpiaba rápidamente.

Diez minutos después, Valentina entró en la habitación justo cuando Leonardo comenzaba a quejarse en el monitor, se acercó a la pantalla y vio a su hijo sentarse y mirar a su alrededor mientras gemía más fuerte durante unos minutos, antes de que finalmente se recostara y metiera el pequeño puño en su boca, tranquilizándose.