CAPÍTULO 35

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6:00 a.m.

—No tienes que levantarte, cariño—. Juliana sonrió mientras salía de la ducha y regresaba al dormitorio. Vio a Valentina sentada a un lado de la cama, frotándose los ojos mientras bostezaba. —Te ves cansada. —Añadió, inclinándose y besando a su esposa antes de sentarse en el sillón al final de la cama y ponerse crema.

—Buenos días, Juls. — Valentina bostezó. —Necesito levantarme, hay un montón de cosas que necesito hacer hoy. Quiero hacer una lista de compras, comprar algunas frutas y verduras, y quiero conseguir carbón para poder asar esta noche para la cena. También tengo que ir comprar algunas cosas para Mía después de que te vayas, y elegir los muebles. Ya sabemos que Leo ya está despierto y listo para jugar, sin mencionar que tenemos que ir a dejar a los cachorros.

—A los cachorros los van a recoger—. Juliana sonrió. —La escuela que encontré los recoge, es un pequeño autobús para cachorros, muy lindo. Sólo tenlos en sus transportadoras, ya escribí nuestro nombre y dirección allí.

—Genial. — Valentina asintió, levantándose y estirándose. —Me voy a duchar rápido antes de prepararte un pequeño desayuno.

—No tienes que prepararme el desayuno, Valentina. Dejé lista la cafetera anoche y puedo comer algo rápido—. Juliana sacudió la cabeza y caminó hacia el armario.

—¿No quieres un omelette? — Preguntó Valentina, levantando una ceja, sabiendo que a Juliana le encantaba cuando los hacía.

—Bueno, sí. — Sacó rápidamente la cabeza del armario y sonrió. —Iré a ver Leo y sacaré a los cachorros para que hagan sus necesidades.

—Bueno. — Valentina se rió, entrando al baño. —Me encanta esta ducha—. Ella sonrió, entrando de inmediato y poniendo Spotify.

Juliana se puso la bata, decidió vestirse después de buscar a Leonardo, sabiendo que el bebé le podría arrugar la ropa, de todos modos. Entró a su habitación, sonriendo cuando Leonardo se levantó de inmediato y le sonrió.

—Buenos días, Leo Leo. — Exclamó, abriendo las persianas de su habitación y levantando a su hijo, que le ofreció los brazos. Después de darle un abrazo y besarlo por toda la cara, encendió su radio y puso la canción que decía el alfabeto y los números, antes de dejarlo en el suelo.

—Mamá volverá enseguida—. Leonardo la miró fijamente y se sentó, mirando la pared donde las letras y números parpadeaban en colores brillantes, siendo el proyector un regalo de Navidad de Daniela.

—¡B! — Leonardo señaló felizmente la letra antes de que cambiara.

Juliana sacó un conjunto para que Leonardo lo usara, un par de jeans azules con una camiseta blanca con figuras azules y rojas, también tomó un suéter blanco y sacó sus zapatillas Nike rojas. Leonardo mirándola antes de levantar a Big Bird y balbucearle mientras señalaba la pared, seguramente gritándole que prestara atención.

—Adiós, mamá—. Leonardo se rió.

Juliana sonrió y lo saludó mientras salía de la habitación, caminó por el pasillo hasta la habitación de Mía, queriendo ver a su hija, cuando la escuchó toser y abrió la puerta para verla vomitando.

—¡Mía! — Entró corriendo a la habitación y le frotó la espalda, miró a su alrededor, agarró rápidamente la funda de una almohada, acercándosela a la boca mientras comenzaba a toser de nuevo. —Tranquila, cariño, sácalo. — Le susurró cuando Mía trataba de evitar seguir vomitando.

Una vez que terminó, Juliana la levantó en su regazo y le frotó la espalda, meciéndola de lado a lado. —¿Qué pasó?

—Traté de llegar al baño—. Mía sollozó y Juliana notó los pequeños charcos de vómito que conducían al baño.

SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora