CAPÍTULO 34

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—Ten, Leo Leo—. Juliana sonrió y le entregó al bebé dos trozos de manzana, y él los tomó de inmediato con una gran sonrisa.

—Graci. — Leonardo sonrió, dándole un mordisco a una de los pedazos mientras miraba el otro masticando lentamente. Estaba sentado en la sala de estar de la nueva casa sobre una manta, con el iPad de Juliana reproduciendo una caricatura para él. Juliana besó la parte superior de su cabeza y se frotó las piernas antes de levantarse, mientras algunos repartidores llevaban los nuevos televisores y sistemas de sonido que compró para la sala de estar y para su dormitorio, un regalo sorpresa para Valentina. Leonardo se levantó y miró a los hombres con el ceño fruncido, antes de caminar hacia ellos.

—Siéntate de nuevo. — Juliana le dijo. —Mamá no quiere que te lastimes. Mira las caricaturas, bebé.

Leonardo volvió a sentarse rápidamente, dio otro mordisco a su manzana y observó atentamente a Juliana. Dejó el pedazo de manzana en su pantalón y la levantó, frunciendo el ceño ante la mancha húmeda que dejó. —No.— Le gritó enojado a su pierna, tratando de limpiarla, dando otro mordisco.

—Okey, quisiera el televisor sobre la chimenea, aquí mismo—. Juliana señaló. —La barra de sonido debajo, en la pared, y los parlantes en las paredes, donde crean mejor—. Los hombres asintieron, diciendo que podían hacerlo por ella. Luego fue y se sentó en el suelo junto a Leonardo. —¿Te gustan las manzanas?

—Mamá. — Leonardo acercó una rodaja de manzana a la boca de Juliana, sonriendo cuando la morena le dio un mordisco y lo levantó en su regazo, viendo la caricatura con él, pero aún mirando al personal de Best Buy. —¿Mami? —Preguntó Leonardo de repente. Habían pasado dos días desde que Valentina regresó a Nueva York para empacar el resto de sus cosas, enviarlas a Phoenix y traer a Mía. A Leonardo le encantaba estar con Juliana y no había preguntado para nada por su mami, sorpresivamente. Él hablaba con Valentina por Skype todas las mañanas y todas las noches, pero aparte de eso, no la había mencionado. Sin embargo, sí mencionó a Mía constantemente.

—¿Quieres a tu mami? — Juliana le preguntó con una sonrisa y Leonardo asintió rápidamente. —Ella viene mañana con Mía.

—¿Ñana?

—Sí, Mami y Mía vienen mañana—. Juliana respondió.

Leonardo se rió felizmente, pataleando, antes de regresar su vista a la pantalla. Juliana levantó su teléfono y vió nuevamente las opciones de muebles que Valentina le envió por correo electrónico. Después de una larga conversación por teléfono anoche, decidieron comprar muebles nuevos para la sala, todavía no estaban seguras de la combinación de colores, por lo que se enviaron salas de estar simuladas que encontraron en Pinterest, cada una dando su opinión.

—Hoy tenemos que ir de compras—. Juliana le dijo a Leonardo, quien sacudió la cabeza, enojado.

—No. — Dijo el bebé con severidad.

—¿No quieres tus uvas?— le preguntó Juliana.

—No uvas.

—Bueno, ¿entonces qué vamos a comer? — Juliana se rió.

Leonardo frunció el ceño antes de sonreír. —¡Lleta!

—Hmmm, compraremos una galleta más tarde.

—¿Lleta ñana?

—Sí, mañana compraremos galletas con Mami y Mía—. Juliana asintió.

Miró otra caricatura con Leonardo recostado sobre su pecho, mientras comía su refrigerio y los trabajadores terminaban de instalar los dispositivos electrónicos en la sala de estar. Juliana miró alrededor del espacio, asintiendo con aprobación.

SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora