CAPÍTULO 20

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—Bien, chicos, una magdalena cada uno. — Juliana le dijo a sus hijos mientras se acercaban a la panadería.

Valentina tuvo una cirugía de emergencia, así que después de que Juliana recogió a Leonardo de la guardería, donde estaba sentado y jugando con Cynthia mientras esperaba, llevó a Mía a Target para comprar algunos útiles escolares que necesitaba, luego fue a la oficina de correos y finalmente fueron a la tienda de comestibles para comprar más bocadillos para el almuerzo de Leonardo cuando va a la guardería, luego finalmente a la panadería.

Saltó rápidamente y abrió la puerta para Mía antes de ir por Leonardo, sosteniéndolo con fuerza en un brazo mientras le ponía la capucha en la cabeza, asegurándose de que no le entrara nieve en los ojos.

—¿Le llevaremos un pastelito a mami? — Mía preguntó, bajándose más el gorro e inclinando la cabeza hacia atrás, mientras sacaba la lengua para atrapar algunos copos de nieve. —¡Así, Leo! — Mía le dijo a su hermano, sonriendo cuando Leonardo lo hizo mientras sacaba la lengua, imitando a su hermana por un momento.

—Genial, ¿eh? — Juliana se rió cuando Leonardo negó con la cabeza y se estremeció después de que algunos aterrizaran en su lengua. Ella frotó su espalda y lo besó en la frente mientras se dirigían a la puerta.

—Mag. — Leonardo señaló el cupcake amarillo gigante en la parte superior del edificio que estaba girando con luces intermitentes.

—Buen trabajo, cariño, eso es una magdalena. — Juliana le sonrió. —Sí, Mía, le llevaremos a mami un pastelito para que cuando salga de la cirugía pueda darse un gusto.

Juliana besó a Leonardo en la mejilla, sonriendo cuando él la abrazó con fuerza alrededor del cuello, descansando su cabeza en su hombro cuando entraron en la panadería. Mía corrió al mostrador de inmediato y miró a su alrededor mientras sus ojos se abrían ante las selecciones. Leonardo se movió hasta que Juliana lo dejó en el suelo, sosteniendo su mano y llevándolo hacia donde estaba Mía.

—Bienvenida a Bria's Bakery, ¿puedo ayudarle con algo? — Preguntó dulcemente una joven adolescente.

—Hola, vinimos a comprar magdalenas. — Mía asintió con orgullo, agarrando la mano de Leonardo, mientras seguían mirando alrededor.

Juliana sonrió.

—Hola, quiero hacer un pedido para recoger mañana por la mañana. Y también unos cupcakes para mis niños.

—Seguro. Para el pedido, ¿cuántos necesita?

—48, por favor. — Juliana respondió. —Nada muy elegante. Sólo una mezcla de chocolate y vainilla, glaseado de colores en la parte superior.

—¿Algún sabor en especial? — Preguntó la chica.

Juliana pensó por un momento, pero negó con la cabeza.

—No, no lo creo. ¿A qué hora podría recogerlos?

—Empezamos a hornear a las 4 de la mañana. Entre el tiempo para prepararlos y empacarlos, ¿estaría bien alrededor de las 8? — Preguntó la chica, sonriéndole a Leonardo, quien estaba hipnotizado por todas las golosinas azucaradas, y tenía la cara presionada contra el vidrio.

—A esa hora está perfecto. — Juliana sonrió. —Serán cuentas separadas. ¿Debo pagar ahora o al recogerlos? — Miró a sus hijos y vio como Leonardo bostezaba y se inclinaba en los brazos de Mía, quien estaba diciéndole todos los sabores.

—Puede pagar ahora para ahorrar tiempo, si lo desea.

Juliana asintió y le entregó a la joven su tarjeta, después de escuchar el total.

SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora