CAPÍTULO 30

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Viernes 9:00 p.m.

—¿Extrañas a mamá? — Preguntó Mía, girándose para mirar a su madre. Valentina estaba sentada en el borde del sofá, recostada en el brazo, Mía acurrucada a su costado y Leonardo dormía sobre su pecho. Los tres terminaron de cenar hace una hora, y después de que Valentina limpió la cocina, bañó a Leonardo y le puso su pijama, le dijo a Mía que escogiera una película para ver y relajarse antes de acostarse, dejándola quedarse despierta una hora más tarde, ya que es viernes por la noche y ya tenía la mitad de su tarea.

—Por supuesto. — Valentina asintió, abrazándola fuertemente y besando la parte superior de la cabeza de Leonardo, el pequeño sonriendo en sueños. —Pero estar con mis dos pequeños amores lo compensa.

—¿No estás enojada porque te pedí que te quedaras? —Preguntó Mía.

Valentina detuvo la película y levantó la barbilla de Mía para poder mirarla a los ojos. —No. — Dijo con firmeza. —Te dije que estábamos de acuerdo con cualquier decisión que tomaras. Tú me querías aquí, cariño, y yo quiero estar aquí. Tú eres nuestra primera preocupación, si no te sientes cómoda, entonces nosotras tampoco.

Mía asintió. —Sólo no quiero que mamá piense que te estoy acaparando ni nada por el estilo, porque ella es tu mejor amiga y sé lo importantes que son los mejores amigos.

Valentina asintió. —Los mejores amigos son muy importantes, pero tu mamá sabe que a veces tiene que compartirme, y definitivamente no le importa compartirme con ustedes dos, y voy a visitarla la próxima semana por dos días, así que está bien. Estarás bien sin Leo y sin mí por unos días, ¿verdad?

—Sí. — Mía asintió. —La tía Dani dijo que vamos a hacer cosas divertidas después de la escuela, siempre y cuando termine mi tarea.

—La tarea es lo primero, y quiero que escuches y hagas lo que la tía Dani te diga, sin réplicas. — Valentina le recordó.

Juliana se fue el viernes pasado a Arizona para comenzar su nuevo trabajo. Después de una despedida entre lágrimas entre las dos, y unas cuantas lágrimas de Mía, Juliana besó toda la cara de Leonardo. El bebé se había quedado dormido esperando que despegara el avión de Juliana. Esa noche, Valentina dejó que ambos chicos durmieran con ella después de hacer FaceTime con Juliana, quien les dio a todos un recorrido por el condominio que la compañía le proporcionó. Una vez que los chicos se durmieron, Valentina se sentó, dejando el FaceTime activado y observó a Juliana desempacar, antes de que cada una trabajara en silencio. Aunque no estaban hablando, querían sentir que todavía estaban una al lado de la otra, así que mantuvieron el FaceTime hasta que Juliana escuchó a Valentina comenzar a roncar ligeramente y besó el teléfono antes de colgar.

Mía se recostó sobre Valentina cuando comenzó la película nuevamente y colocó su mano en la espalda de Leonardo, sonriendo a su hermano, que estaba frente a ella.

—Leo debe estar muy cansado.

—Creo que sí, pero tampoco se siente muy bien, tiene fiebre, así que creo que el medicamento que le di le dio sueño. — Valentina sonrió. —Él está bien, su fiebre se le quitará. — Añadió al ver la preocupación en el rostro de Mía, tocando el cuello y las manos de Leonardo.

Mía lo besó suavemente en la frente y asintió.

—Sé que mamá te comparte como su mejor amiga, pero ella también es tu amante, ¿verdad? —Preguntó, frunciendo el ceño. —¿Ella te comparte como amante con nosotros?

—Mía Daniela Carvajal-Valdés, ¿dónde aprendiste esa palabra? — Valentina preguntó con dureza.

—Ustedes dos se aman porque están casadas, o están casadas ​​porque se aman. Tu amante es alguien a quien amas, como yo amo a Berkeley, porque ella es mi mejor amiga, y somos amantes porque sé que ella me ama como a su mejor amiga. — Mía trató de explicar, preguntándose por qué Valentina estaba tan molesta. —¿Dije algo malo?

SECOND CHANCES - JULIANTINA (Transcripción-Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora