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[Narradora]


Dos cuerpos, dos vidas se alejaron pero sus almas siguen juntas.

Jeongguk fue destrozado con aquellas noticias que menos esperaba. Su abuela ya no estaba más y su gran amor ya no pudo esperar.

La vida le dió un giro por completo, aquel chico con un brillo único había cambiado. Las estrellas en sus ojos ya no existían, las motivaciones tampoco.

Después de aquel incidente, decidió quedarse en la casa de la abuela Choi, el señor Kang explicó que ahora este era su casa ya que la abuela había querido eso.

Lo que menos deseaba era mirar a sus padres, lo correcto era avisar todo lo sucedido pero sabía que tarde o temprano irían a buscarlo, mientras tanto se ahogaba el mismo en aquella tristeza que invadía todo su ser.

Día y noche abrazando las almohadas de su cama con sábanas cubriendo su todo su cuerpo, de pies a cabeza. Solo se levantaba para tomar ducha o comer algo.

Se sentía solo, la vida al parecer lo odiaba pero ¿por qué? Siempre fue un buen hijo que obedeció a sus padres, los amaba a pesar de todo el daño que le hicieron. Acaso ¿Esto era solo por amar a una persona que no debía?

Todas las noches lo pensaba y se preguntaba, ¿Que hubiera pasado si esa noche no hubiera escrito esas cartas? Sus papás no los leería, no lo hubieran alejado, si la abuela tenía una enfermedad incurable mínimo él hubiera estado con ella en sus últimos días y del otro lado, hubiera seguido con Vante, amandolo en secreto pero con él a su lado aún. Aunque los dos sentían lo mismo.

Ese era su gran dilema, el hecho de pensar si estaba bien o no. Lo que estaba seguro es que el hubiera no existe, las cosas ya estaban hechas. Él creía plenamente en el destino y sabía que todo esto era parte dé pero le aterraba, comenzaba a odiar algo que siempre le causó ilusión, pero esto así era.



. . .

Jeongguk se encontraba acostado en su cama, abrazando uno de sus peluches de su infancia, uno que le había regalado su abuela y que le recordaba a Vante también. El pequeño Osito, su primer mejor amigo, el que llevo esa primera noche que se quedó a dormir con Vante cuando eran muy pequeños.

Quien diría que este quedaría en el olvido, pensaba que lo había dejado solo por el hecho de que estaba creciendo pero no fue así, la realidad era que estaba encontrando a alguien más con el cual se sentía protegido y querido, había encontrado otro mejor amigo. Esa fue la primera pista de la abuela Choi para darse cuenta de lo tan cercanos que eran los dos chicos, Jeongguk jamás había soltado ni un segundo a ese osito pero después de la llegada de Vante, simplemente se quedó en el olvido.

Al sentirse solo volvió a buscarlo, lo encontró y ahora estaba abrazado a él todos los días.

"Perdóname por dejarte solo todo este tiempo Osito, tengo tanto que contarte, ahora, ¿Podemos volver a ser mejores amigos?"

Jeongguk le contó todo a aquel osito, llorando y abrazándolo millones de veces, quería desahogarse pero no tenía a nadie a su lado, solo aquel peludito amigo.

Luego de un rato, tocaron la puerta de la casa, Jeongguk pensó que era el señor Kang.

Esté le llevaba de comer todos los días ya que Jeongguk se negaba siempre a salir e ir a comer algo, piensa que si no fuera por el señor Kang tal vez no seguiría aquí.

Se levantó de su cama por primera vez en el día para poder atender a quien se encontraba fuera de la casa.

Este abrió con mucha pereza aquella puerta, la persona que esperaba no era el que se encontraba del otro lado, si no dos personas que en ese momento sentía tanto odio y rencor. Sus padres.

𝘠𝘰𝘶 𝘢𝘳𝘦 𝘮𝘺 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘺 ➺ 𝘛𝘢𝘦𝘬𝘰𝘰𝘬♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora