CAPÍTULO 28

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Llego al huerto parpadeando con fuerza para tragarme las lágrimas y limpiándome el beso de la boca. Soy un desastre, he besado al personaje equivocado, me he colado por el chico equivocado. Tal vez Sally King tuviera razón, quizá sea posible enamorarse en solo unos días, si la persona es la adecuada y encaja contigo a la perfección. «Por el amor de Dios, Yuri –me digo–, Hyunjin pertenece a otra realidad, a otro universo, y tú vas a volver a casa». La imagen de mi cuerpo cayendo con pesadez y atado a una cuerda me invade la mente: dentro de dos días, me ahorcarán. Me obligo a borrarla, apretando los ojos.

No paro de darle vueltas a esos pensamientos y recuerdo fugazmente las ocasiones en que mis peores miedos eran suspender un examen o atragantarme con otra aceituna. Apenas me percato de lo fría que me he quedado, de lo de noche que se ha hecho. Por fin, el reloj da las doce.

Se me revuelve el estómago.

Yeosang no va a venir.

La escena más importante hasta el momento y Yeosang me ha dejado plantada. Es como si me faltara la piel. He fracasado. Por alguna razón, él no me desea. In tenía razón. Debería haberme ceñido al guion. Lo repaso todo mentalmente, el baile del ahorcado, el beso, el mercado.

Caigo en la cuenta. El mercado. Está avergonzado, eso es. No fue capaz de dar la cara por un impe, un impe sin duda muy importante para mí. Me decepcionó, y lo sabe. Noto que se me ralentiza el pulso. Solo tengo que acudir a él, demostrarle que no pasa nada y encauzar de nuevo el canon.

Me obligo a dejar de pensar en Hyunjin, en el nudo que se me está formando en la garganta, en el cuerpo mutilado, flotante, y experimento una renovada sensación de determinación. Tomo una gran bocanada de aire con olor a manzana.

Echo a correr hacia la mansión, la rodeo hasta la parte de atrás y levanto la mirada hacia el roble. Hay luz en la ventana de Yeosang. Está despierto. Pruebo a lanzar unas cuantas piedras hacia arriba, pero las ramas se interponen y no consigo llamar su atención. Solo me queda una opción: tengo que trepar por esta mierda de árbol.

Recuerdo el consejo de Hyunjin, y sin prisa pero sin pausa, subo por las ramas sin soltar más de una extremidad a la vez, comprobando la firmeza de las ramas antes de depositar mi peso sobre ellas. Un montón de ramitas me golpean en la cara, las hojas se me enredan en el pelo y me araño la mano un par de veces con astillas de madera escondidas, pero avanzo a un buen ritmo.

Me acerco a lo más alto, sin mirar nunca hacia abajo, mirando siempre hacia arriba, anticipando el hueco entre las hojas y la visión de las estrellas, disfrutando de la caricia del viento en la cara cuando las ramas comienzan a ralear. Y cuando me aproximo a la ventana de Yeosang, preparada para estirar un puño tembloroso y golpear el cristal, tengo una sonrisa enorme dibujada en la cara. Yo, Yuri, trepando por un árbol monstruoso, haciendo que un gema se enamore de mí. Me siento invencible. Me deslizo sobre una rama que, por suerte, es lo bastante fuerte para soportar mi peso, y se me escapa una risita. La luz de su ventana me ilumina las manos cuando las tiendo ante mí. Y por fin, alzo el cuerpo de manera que consigo mirar directamente hacia el interior de su habitación.

Está tumbado en la cama. Veo las sábanas de satén arrugadas en torno a su cuerpo perfecto, musculoso. La forma de sus caderas, la línea de su torso, las cicatrices apenas visibles que le rodean la parte superior de los muslos. Está durmiendo, su pecho se eleva y hunde rítmicamente.

Y no es la única persona que yace desnuda en esa cama: mi propio giro argumental a mitad de camino.

Está tumbada a su lado, con el pelo dorado esparcido sobre la almohada y las piernas largas y bronceadas entrelazadas con las de él.

«Y los hombres y mujeres, meros actores».

Wonyoung.




fin de la actualización ^^ 

¿Cómo están? felices Pascuas :D

Espero que les haya gustado el capítulo ^^
Cuídense mucho y beban agua <3

Si ven algún error, comenten~
Nos leemos el jueves.

EL BAILE DEL AHORCADO (HyunRi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora