CAPÍTULO 17

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Más tarde vuelvo a encontrarme a Hyunjin en la cabaña, en el momento en el que conocía a Sakura en el canon, sin conocer en absoluto su auténtica identidad de rebelde, sin conocer en absoluto su relación con Yeosang. Se ofrecía a enseñarme la hacienda y la llevaba a recoger manzanas. Parecía tan amable, tan ingenuo... Pero este Hyunjin, mi Hyunjin, sospecha de mí, incluso está cabreado. Parece que no solo los gemas desaprueban las relaciones mixtas. 

Hago como que no lo veo y me centro en las instrucciones de Yeeun. Se sienta a la mesa de pino, frente a In y a mí. Nos calentamos las manos con unas tazas de té y ella, sin darse cuenta, nos lanza nubecillas de vapor de su taza al hablar.

–Si queréis integraros, tenéis que poneros a hacer vuestras tareas el resto de la noche. Algunos de los impes nocturnos, lo que tienen familia y responsabilidades, vuelven a la ciudad al amanecer, pero nosotros preferimos dormir aquí y minimizar el contacto con los guardias todo lo posible.

La mención de los guardias me causa escalofríos, que Yeeun finge no ver.

–In, tú puedes ayudar a segar el césped. Yuri...

–No me vendría mal una mano para recoger manzanas –la corta Hyunjin.

Me sorprende. A juzgar por su expresión, soy la última persona con la que quiere pasar el tiempo. A lo mejor me espera una bronca.

–Vale, me da igual –dice Yeeun, con un gesto de indiferencia–. Pero no la agotes, Ardillita.

Salgo del ambiente húmedo y oscuro de la cabaña de los impes. La luna le da a la hacienda un resplandor lechoso y las estrellas se estiran hasta el infinito. Sigo a Hyunjin por el potrero y alrededor del lago, que parece un ópalo gigante en medio de la noche. El aire está más frío y por fin se ha disipado el olor a humo, vencido por el de la tierra y las hojas húmedas. Resisto la tentación de frotarme los ojos, pero la falta de sueño y el estrés están empezando a afectarme.

En el canon, llegados a este punto, Hyunjin bombardeaba a Sakura con preguntas y no perdía detalle de todas sus respuestas mientras estudiaba a su cara con ojos de cachorrillo. «¿Y cómo te llamas?» «¿De qué parte de la ciudad eres?». Pero ahora me enfrento a un silencio incómodo. Empiezo a pensar que ojalá pudiéramos seguir el guion de la película, pero con nuestra historia no tendría sentido.

–¿Por qué Yeeun te ha llamado Ardillita? –pregunto al fin.

Conozco la respuesta, pero no puedo soportar más la tensión. 

Sigue caminando, un paso decidido detrás de otro. Su reflejo en el agua se aleja de él como una aguja.

–Solo es un apodo.

–Eso ya lo había deducido, pero ¿por qué te llaman así?

Por fin me mira a los ojos, lo que me causa una pequeña oleada de entusiasmo en el estómago. Luego echa a correr hacia un roble cercano, planta un talón en el tronco y salta con el otro pie. Un brazo rodea el tronco, el otro se agarra a una rama baja y Hyunjin se aúpa hasta apoyar la pelvis en la rama. Balancea las piernas hacia arriba hasta quedar sentado, con la espalda erguida y los brazos cruzados como un elfo. Mira hacia abajo y se echa a reír. Ni siquiera ha sudado una gota.

Yo también me río.

–Vale, vale, lo pillo... es por los dientes, ¿verdad?

–Al menos no has hecho un chiste sobre mi cola...

Enrosca las piernas en la rama y deja caer el cuerpo hacia atrás hasta quedar colgado boca abajo como un murciélago, lo cual le da un aire muy extraño, con todo el pelo hacia abajo y las mejillas colgando hacia sus ojos. No puedo evitar pensar en el beso invertido de la película de Spiderman. A lo mejor lo de seguir el guion no es tan importante, al fin y al cabo...

EL BAILE DEL AHORCADO (HyunRi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora