Capitulo 7

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro


Itachi literalmente, quería saltarle encima a su tío. Desde que se sentaron con ellos, no hizo mas que coquetear descaradamente con Hinata y ella parecía no darse cuenta, sino todo lo contrario. La ojiperla, se mostraba amable y condescendiente con el Uchiha mayor y también con la dama que lo acompañaba, para Hinata, solo se trataba de un hombre amable y educado, en ningún momento le pareció que se tratara de algo más.

—Y díganme ¿ya son novios?—el rostro de Hinata se tornó en rojo por la pregunta, sin embargo, era normal que el azabache de cabello mas largo preguntara, dada la forma en que estaban cuando llegaron.

—P-por ahora, sólo nos estamos tratando—se apresuró a responder. Madara sonrió complacido, definitivamente esa chica le gustaba para su sobrino, no obstante, eso no le impedía negarse a ella en caso de resultar igual a las otras conquistas de Itachi ¿Quien era él, para resistir a una mujer hermosa cuando era ella quien se ofrecía voluntariamente? Un caballero, siempre procura mantener contentas a las damas y según Madara, él era un caballero.

—Te aseguró que lo seremos mas adelante, de eso puedes estar seguro—respondió Itachi, mirándolo directamente, con clara advertencia. Parecía haber escuchado sus pensamientos, lo cuál hizo que Madara sonriera aún más, pues veía al muchacho muy interesado en la joven, hasta se estaba mostrando territorial.

—Tienes suerte querida, ya quisiera yo, que Madara hablará así de mi—soltó la voluptuosa mujer que llegó con el azabache mayor—Mira que he estado tras él, mucho tiempo, pero no pasamos de sexo ocasional, cuando vengo de visita a Konoha—la ojiperla se sonrojó ante la descarada afirmación de Mei, como se había presentado con anterioridad. Itachi, no pudo evitar sonreír, cuando Madara se mostró molesto por lo dicho, mientras que la ojiperla parecía querer desaparecer de vergüenza—Aún así, créeme, es el mejor sexo, que he experimentado, ya te tocará comprobarlo, cuando este galán cumpla su parte. La mayoría de los Uchihas, son unos sementales—Hinata quiso pensar que la fémina estaba bromeando. Si, eso debía ser.

—No digas eso Mei ¿Que pensarán estos jóvenes de tus exageraciones? A ella le gusta bromear con esas cosas... pero no somos más que socios de negocios y nada más—Madara le envío una mirada de advertencia a la pelirroja, que la mujer ignoró deliberadamente.

—Parece que tu mesa ya está lista—repuso Itachi, pensando que se desharía de la molestia de Madara. A la ojiperla por su parte, le dio mucha pena la forma en que Itachi, estaba tratando a su amable tío y a la acompañante. Para ella, no tenía nada de malo continuar compartiendo la mesa.

—Ya veo... Quizás a la señorita Hyuga, le moleste nuestra intromisión—estaba por levantarse, junto a la pelirroja, cuando Hinata habló. Era claro, que la chica cayó en la trampa de Madara.

—Claro que no—se apresuró a decir—Por mi, pueden cenar con nosotros  y estoy segura que a Itachi también le dará gusto ¿no es así Itachi?—la sonrisa arrogante de Madara, le dejó en claro al mas joven, que había ganado y que logró arruinarle la noche, la cual pensó, sería una de las mejores.

La cena avanzó entre conversaciones por parte de Madara y su acompañante. Hinata reía de vez en cuando y en ocasiones, se apenaba por el comportamiento se Itachi. Ella no entendía porque estaba tan molesto y lo que más le preocupaba, era que se hubiera molestado con ella también, por sugerir que la pareja los acompañara, sin embargo, sus preocupaciones quedaron atrás, cuando el azabache, la tomó del brazo y se la llevó a bailar, apenas terminaron de cenar.

La música era lenta y el Uchiha la pegó a él, tanto como le fue posible. Hinata lo rodeó del cuello y en ningún momento sus perlas se separaron de las obsidianas del varón. Tanta fue la intimidad entre ambos, que los dos dejaron de escuchar los ruidos provenientes del lugar y solo escuchaban la música, mientas se movían lento y en completa armonía, como si, solo ellos estuvieran en la pista de baile.

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