Los personajes, de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¡Hola!—la ojiperla volteó, para encontrarse con esos ojos en tono violeta oscuro que tanto amaba—¿Acaso te escondes de todos?—preguntó acercándose a ella. Así era siempre, el la buscaba donde nadie podía verlos, según el, por seguridad de ambos, de esa forma, nadie podía iniciar chismes acerca de ellos dos. Eran muy pocas las personas que sabían acerca del romance.
—¡Hidan! Me asustaste—ella se acercó a el, con una pequeña cajita de regalo, pues era el cumpleaños del apuesto hombre y todos los compañeros de la editorial, donde ambos trabajaban, le hicieron una celebración.
Hinata, era escritora y cuando acudió a la editorial por sugerencia de una amiga, conoció a Hidan, el hombre que poco tiempo después, se convertiría en el amor de su vida. Aunque Hidan, era muy diferente a ella, la insistencia del joven finalmente dio frutos y meses mas tarde, comenzaron una relación amorosa, aunque para Hinata, era algo confusa, pues Hidan, se negaba a que todos lo supieran y ella no entendía muy bien, el porqué.
El joven se la pasaba diciendo, que todo era para mantenerlos a salvo de habladurías pero las malas lenguas, le decían que el, la estaba engañando descaradamente, con una de las compañeras laborales. Hinata se negaba a creerlo, porque se había enamorado y para ella, todo lo que su amado le decía, era la pura verdad.
Si bien es cierto, que en fechas importantes, el no estaba con ella, era por su trabajo, pues Hidan trabajaba mucho para poder en un futuro, formalizar algo con ella. Hinata por su parte también, se dedicaba a ahorrar la mayor parte del tiempo, pues también quería contribuir con los gastos que pudieran atravesar, llegando la boda y la luna de miel, incluso los últimos meses, le daba a Hidan, la mayor parte de sus ganancias, obtenidas de sus libros, las cuales eran considerablemente grandes. La idea fue de el, argumentando que se encargaría de buscar una propiedad para que ambos vivieran, cuando se casaran.
Neji, a menudo, se molestaba con ella, por ser tan confiada, esa era una de las razones, por las cuales, ellos dos se habían distanciado un poco, a pesar de sólo tenerse el uno al otro como única familia, ademas de Hana, la pequeña hija de cuatro años de Neji, la cual era la adoración de Hinata.
Neji, tuvo una novia y poco tiempo después, ella quedó embarazada. Apenas dio a luz, las cosas entre ambos, se salieron de control, hasta el punto de separarse, quedando el chico, con la custodia total de la pequeña hija. Entre ambos primos, la criaron y cuando entró en el jardín de niños, la situación entre los dos Hyugas, llegó a su punto de quiebre y todo grasias a Hidan, quien siempre se encargaba de poner a Neji en mal frente a Hinata, asegurando que era el, quien se quería beneficiar de las ganancias por sus libros.
Ahora cada uno vivía en diferentes, sitios, Neji y Hana vivían en la casa Hyuga, que pertenecía a los padres de ambos y la ojiperla vivía en una linda, pero solitaria cabaña, que le dejaron sus padre y que también, le traía la paz necesaria, para continuar escribiendo sus novelas. Con un poco de suerte, pronto, las ganancias serían suficientes, para poder formalizar su relación con el hombre que amaba.
—Grasias, pero yo aún te debo el tuyo—agradeció el chico, al recibir el regalo. La verdad era que durante toda la relación, Hidan nunca le regaló nada, argumentando que no era necesario hacerlo, puesto que, contaba con todo su amor y eso valía mas, que mil regalos costosos.
—No te preocupes—ella trató de restarle importancia, pero en el fondo, añoraba por lo menos una flor, o una tarjeta. No tenía que ser algo costoso, para hacerla feliz, simplemente le hubiera gustado el detalle.
—Hinata ¿estás aquí?—la llamo Ayame, una de las pocas personas, que podía considerar amiga.
—Debo irme, antes de que nos vea—el varón le dio un rápido beso y se escabulló sin ser visto.
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Cuando tu llegaste
FanfictionUna linda y tímida joven, ha esperado por años que el hombre que ama, formalice su relación, pero en lugar de hacerlo con ella, formaliza con otra, dejándola humillada y sin esperanzas. Herida, busca alejarse, para cambiar de aires, es así que encue...