Capitulo 15

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Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

—Itachi hijo... ¿cómo fueron capaces de algo tan ruin? De todos los miembros de la familia Uchiha, siempre me pareciste el mas sensato. Sin importar que fueras mi hijo, siempre te miré como un caballero incapaz de hacer una canallada como lo que le hicieron a Hinata—el joven sintió que se le estrujaba el pecho con lo que dijo su madre, dado que tenía razón. Ahora no sólo decepciono a la mujer que amaba, sino también a quien mas admiraba, su madre. Mikoto se sentía herida y decepcionada con la conducta de su primogénito. No le extraño que su hermano estuviera metido en algo como eso y aunque le doliera admitirlo, hubiera creído que Sasuke no dudaría en hacerlo también ¿pero Itachi? No, de él nunca hubiera dudado, de no ser porque fue él mismo quien se lo confirmó, no dudaría en meter las manos al fuego por él.

—¿Que tienes que decir a tu favor Itachi?—esta vez fue Fugaku quien hizo la pregunta. Si bien es cierto que su hijo era un hombre hecho y derecho, les debía muchas explicaciones sobre lo que hizo, pues la familia Uchiha estaba en boca de todos gracias a las descabelladas decisiones que tomó su hijo al igual que Madara.

—No tengo nada que decir a mi favor y tampoco puedo negarlo—Fugaku se mantuvo imperturbable, mientras Mikoto se llevó las manos a la boca. Ella aún conservaba la esperanza de escucharlo negar todo y darles una explicación lógica, no obstante, él mismo estaba aceptando las acusaciones—cometí un error del cual me arrepiento infinitamente ya que gracias a eso perdí a la mujer que amó—los mayores se quedaron pasmados ante la declaración del muchacho, no obstante, eso era lo que se esperaba de Itachi... total y plena seguridad en sus respuestas.

—¿Ya hablaste con ella?—cuestionó Fugaku, pues la joven le agradaba para su hijo y después de escucharlo decir que la amaba, le quedó claro. Esa era la mujer adecuada para él. El problema era saber que haría para que lo perdonara y si había la probabilidad de que sucediera.

—Lo hice y ya no quiere verme—aún le dolía decirlo dado que volvía a recordar la decepción en las orbes de su amada—Lamentó mucho lo que hice, estoy muy avergonzado por involucrarlos a ustedes y a toda la familia en este gran lío—aunque sus padres estaban molestos no podían darle la espalda, después de todo y a pesar de lo que hiciera, Itachi continuaba siendo su hijo y era evidente que también estaba sufriendo por sus acciones.

—No te preocupes por nosotros, sabes que siempre hemos estado unidos y como la familia que somos, enfrentaremos lo que venga—Mikoto se acercó a él y le dio un abrazo, intentando trasmitir tranquilidad—El problema es ella, Hinata debe estar sufriendo mucho, yo pensé llamarla pero simplemente no me atreví hacerlo, después de todo, primero quería escuchar tu versión—el chico negó con la cabeza.

—No lo hagas, déjame a mí arreglar los errores que cometí. Ustedes no tienen la culpa y no quiero que se preocupen—Sasuke llegó y se mantuvo en silencio escuchando la conversación. Se lamentó mucho por lo sucedido, ya que su hermano se veía realmente enamorado, incluso mas de lo que estuvo en el pasado—Ahora iré a ducharme para ir a la empresa—su familia lo miró retirarse por las escaleras. A pesar de mostrarse fuerte, era evidente el gran pesar que llevaba dentro.

—Tu lo sabías ¿verdad?—Mikoto se dirigió a su hijo menor estando segura de la respuesta que iba recibir—Responde Sasuke—exigió al no obtener respuesta.

—Así es, nosotros estábamos presentes cuando ellos cerraron la apuesta luego de conocer a Hinata.

—¿Entonces a eso se debió que tu hermano la enamorara?—inquirió Fugaku.

—Aunque así lo parezca, no fue lo que sucedió... Itachi se hubiera interesado en ella aún sin haber realizado esa maldita apuesta, eso fue sólo un arrebato de egos entre dos antiguos rivales dispuestos a no dejarse vencer—Mikoto negó con la cabeza. Madara era otro que siempre se encontraba compitiendo como si fuera un joven. Sentar cabeza es lo que debería hacer y no andar en juegos crueles e inmaduros.

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