Capitulo 12

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

¿Que querían?—preguntó Itachi cuando Hinata respondió las llamadas de Kurenai, las cuales saturaron el celular. Sabía que le habían dado buenas noticias, pues ella se veía feliz.

—Dice que mi libro ya está listo para salir a la venta—el semblante de la joven cambio de feliz a uno de preocupación.

—Felicidades mi amor... ya verás que todo sale bien y tu libro obtendrá el efecto esperado—él la animo mientras conducía de camino a su casa. La pareja pasó prácticamente todo el día dentro del apartamento de Itachi y de no haber tenido que trabajar el día siguiente, se hubieran quedado por más tiempo. Aquella escapada sería inolvidable para los dos.

—Eso fue lo que me aseguró Kurenai—respondió sin mucho ánimo.

—¿Entonces porque te vez preocupada?—inquirió queriendo saber lo que pensaba.

—Ella me dijo que el día del lanzamiento, debo dar autógrafos en diferentes librerías y una vez que inicien las ventas, me llamarán para hacerme entrevistas durante la promoción del mi libro—respondió con preocupación.

—Me lo imagino y estoy seguro que todos te amarán cuando te conozcan—la joven sonrió. Amaba a ese hombre, Itachi era mucho más de lo que se hubiera atrevido a soñar—y si en algo te ayuda mi presencia, cuenta conmigo en todo el proceso.

—Gracias Itachi... todo esté procesó será mas llevadero teniéndote a mi lado—el azabache la beso cuando llegaron al hogar de la chica. Entre todos los mensajes también estaba uno de Mikoto invitándolos a comer durante el transcurso de la semana.

Itachi no se fue hasta que ella no entró a su casa. Se quedó pensando por unos minutos y llegó a la conclusión de hacer las cosas correctamente, lo que significaba poner fin a esa absurda apuesta que hizo en un momento de debilidad y arrogancia.

Una vez que lo hiciera, hablaría directamente con ella para confesarle lo que hizo. Estaba seguro que se molestaría, sin embargo, era mejor construir su futuro sin ningún tipo de secreto. Ella merecía toda su sinceridad, puesto que su corazón ya lo tenía en la palma de su mano. Sonrió para si mismo... nadie se hubiera imaginado lo mucho que iba a caer rendido a los pies de una mujer, incluso por ella hizo cosas que su naturaleza correcta nunca hubiera aprobado viniendo de alguien mas.

Aún con el aroma de la piel de su amada impregnada en todo su cuerpo, se dirigió a su hogar, aunque su deseo era ya no separarse de ella. Mucho menos ahora que ya se consideraba su dueño absoluto.

...

El día siguiente, transcurrió normal en la oficina, Itachi se encargó de sus deberes y a la hora del almuerzo fue a la oficina de Madara, debía hablar con él lo antes posible, ya no quería que su tío continuara creyendo que la absurda apuesta seguía en pie. Desafortunadamente, Madara había salido antes y no logró alcanzarlo. Con un suspiro tomó su celular y deslizó la pantalla para acceder a los contactos hasta encontrar el deseado—Necesitó que hablémoos a solas... es urgente, nos vemos esta misma noche en el bar a las afueras de Konoha... tu ya sabes donde—Era el mismo bar donde todo había comenzado, años atrás, quería que fuera en ese mismo lugar, donde pondría fin a todo.

Regresaba a su oficina cuando su tío respondió el mensaje—Ahí estaré—Otro suspiro escapó de su pecho. Por primera vez desde que comenzaron ese absurdo juego entre ambos, él aceptaría la derrota, sin embargo, esta vez no se sentía abatido por hacerlo. En esa ocasión, parecía querer liberarse de una carga invisible, la cual le pesaba más, desde que estaba con su morena.

Cuando tu llegaste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora