Dio Brando es un abogado de 27 años, que tiene que cuidar a sus cuatro hijos: Giorno, Donatello, Ungalo y Rikiel. Ellos le dan aliento para vivir el día a día, puesto que en el amor, no le ha ido muy bien.
∆Stands: Si, pero no tienen mucha relevanci...
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Se despertó, casualmente solía hacerlo automáticamente sin necesitar de un despertador o algo similar; quitó suavemente la mano de su acompañante para levantarse, quitándose la cobija notó lo peor —¡Q-Qué!— removió al rubio bruscamente —¡Dio! ¡Dio! ¡Dio!— casi gritó su nombre
—¿Qué ocu...— se levantó casi al instante del susto, nunca la había escuchado llamarle de esa forma, pero cuando abrió los ojos noto las sábanas manchadas de sangre —P-Pero...— se quedó perplejo, no es como si supiese mucho del tema pero comprendió que eso no era normal si se suponía que estaba embarazada
—P-Perdí a-al... bebé...— su mirada de pronto pareció pérdida, no supo cómo conllevar la situación ¿Cómo fue posible? ¿Acaso no se había cuidado lo suficiente? ¿Había fallado como madre? —¡AAA!— grito sin control alguno ni analizar la situación mientras se desbordaba en llanto, se sentía tan mal, como nunca en su vida
—Nori... Oh... Disculpame...— la abrazó intentando calmarla pero eso parecía haber empeorado la situación —Escuchame... Iré a despertar a los niños para que vayan a la escuela y luego iremos al hospital ¿de acuerdo?— busco su mirada o algo similar pero no parecía ser ella misma, se veía muy mal. Aún así se puso de pie y fue a la habitación a despertarlos —Niños alistense solos por favor, Giorno ¿podrías encargarte?
—Sí papá, pero ¿Qué fue ese grito? ¿Mamá está bien?
—Algo así, no te preocupes por eso ahora— corrió nuevamente ahora a la cocina para medio preparar algo rápido, no tenía tiempo, y ahora estaba tan nervioso y preocupado que las cosas hubiesen salido aún peor si no hubiese tenido su stand de apoyo. Volvió tan pronto como pudo a la habitación pero la situación no había cambiado en lo mínimo; busco en el armario ropa para ambos y luego se dirigió a ella —No podemos ir así, ven— la ayudó a ponerse de pie y la acompañó hasta el baño —¿Puedes bañarte o te ayudo?
—Puedo sola
—Está bien... Yo... Te estaré esperando— suspiro, salió y fue nuevamente a la cocina para terminar un desayuno "bueno", los niños ya estaban en la mesa —Por favor vayan a la escuela con cuidado, cuando salgan cierren la puerta bien ¿de acuerdo?
—¿Pasa algo?— Giorno aún tenía dudas al respecto
—Nori y yo debemos ir a hacer algo de urgencia, pero para cuando ustedes vuelvan todo estará normal— medio sonrió, eso no era cierto
—¡Está bien, suerte!
—Gracias Donatello— le dio un beso a ambos en la frente y subió las escaleras para cambiarse y recoger las sábanas, después se encargaría de cualquier cosa —¿Nori estas- miró la puerta abrirse, de acuerdo, en ese mismo instante ninguno de los dos estaban para arreglarse, bajaron las escaleras en silencio y de la misma forma salieron hasta el auto ¿Qué se supone que debía decir en un momento así?
